Ni los pronósticos más optimistas colocaban a Fernando Alonso en una posición tan alta durante este Mundial de Fórmula 1. Pero se han superado todas las expectativas con Aston Martin y con el español, que es el tercer mejor piloto de la temporada en estos momentos gracias a sus siete podios. El bicampeón del mundo es quien más cerca se encuentra de los Red Bull de Max Verstappen y Checo Pérez, soñando incluso con apuntarse, en algún momento, la victoria número 33 de su carrera en el Gran Circo.
Alonso no se conforma y quiere más, con el objetivo de volver a pelear por el título muy presente. Y más con la mentalidad ganadora que siempre le ha caracterizado. “Para mí, es el número 1 o nada”, ha reconocido ahora el más veterano de la parrilla (42 años), que también considera muy valioso el tiempo que pasó fuera del deporte rey del motor, entre 2019 y 2020. “Lo que hice fuera me ha convertido en un piloto más completo. Diferentes coches, competir en varios formatos de carrera y aplicar diversas técnicas de conducción me han permitido comprender aún mejor la filosofía del automovilismo”, valora.
El asturiano ha aprovechado sus últimas declaraciones, además, para ponerse frente al espejo y analizar su yo del pasado en la F1 en comparación con el actual: ya son más de 20 años en la competición y las cosas han cambiado lo suyo.
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Alonso se examina a sí mismo
El primer punto en el que se detiene Magic al abordar su evolución es la estrategia de carrera. “Hoy sé leer mejor una carrera. Sé cuándo atacar y cuándo no. Cuando empecé, la gestión de los neumáticos apenas tenía importancia. Hoy sí”, confiesa. Los avances que se han ido implementando tampoco son cosa menor a tener en cuenta: “Cuando empecé en 2001, todavía teníamos un interruptor de encendido en un coche en gran parte analógico. Pero, más de dos décadas después, veo cómo la tecnología está cambiando el juego”.
El papel de los boxes en los Grandes Premios es otro hoy en día, en comparación con el pasado. “Con las paradas en boxes de hoy en día, se trata de aparcar al centímetro. Con las paradas para repostar como eran, no importaba. Estabas parado 10 segundos de todos modos por el repostaje”, recuerda Alonso.
Con todos estos aspectos sobre la mesa, el de Oviedo lo tiene muy claro: “Si tuviera que correr contra el Alonso de 2006, ¡le ganaría exactamente por esos detalles!”. A su juicio, la perfección “es un objetivo móvil”, y el año que viene confía en que su equipo siga prosperando. “En 2024, tendremos más oportunidades de luchar por victorias y podios, si somos capaces de sentar las bases esta temporada”, espera.
Pasan los años, pero Fernando Alonso no deja de tener entre ceja y ceja el campeonato. “Sé que no tengo para siempre, pero mientras haya un uno por ciento de posibilidades de volver a ganar el título, seguiré adelante. Y si no funciona como piloto, tal vez lo haga en un papel fuera del coche. Si luego gano el campeonato del mundo, eso también me daría satisfacción, porque entonces podría decir que he ayudado a construirlo”, sentencia.