El bonito pueblo medieval español donde puedes recorrer una mina de 600 metros de longitud y tiene un espectacular recinto amurallado

La villa invita a perderse en sus calles, en las cuales albergan impresionantes monumentos que hacen viajar a la Edad Media

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Daroca, en Zaragoza (Getty).
Daroca, en Zaragoza (Getty).

A lo largo de nuestro país, se pueden encontrar pequeños pueblos que son toda una maravilla. Gracias a su intacto trazado medieval y a su rico patrimonio histórico y cultural, hacen recordar una vida pasada, la cual se puede palpar en sus numerosos monumentos. A su vez, el entorno que les rodea cobra gran protagonismo, ya que su orografía le podía otorgar una protección a la villa, en caso de que fuese un puesto fronterizo, o distintos recursos naturales.

En Aragón, se ubica una localidad que cumple con todas estas características y que, además, es considerada como una de las más bonitas de la comunidad. Estamos hablando de Daroca, un pequeño pueblo zaragozano que se caracteriza por mantener sus raíces medievales y por albergar un importante panorama artístico y arquitectónico.

Es la capital del valle del Jiloca y fue una antigua villa fronteriza con la corona de Castilla, de ahí que cuente con un gran recinto amurallado y un imponente castillo. Justo a eso, es conocida como “la ciudad de los siete sietes” por la variedad de monumentos que en ella descansan. De todos ellos destaca su ya nombrado recinto fortificado, sus iglesias y templos, edificios civiles y su misteriosa mina, la cual es uno de los mayores secretos que esconde Daroca.

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Una galería de 600 metros de longitud

Puede que la Mina de Daroca sea uno de los puntos más escondidos de la localidad, pero constituye una de las obras públicas más relevantes del siglo XVI en Europa. El túnel cuenta con una longitud de 600 metros, una anchura de seis y una altura de entre siete y ocho metros, y atraviesa el cerro de San Jorge. Este tiene su origen en los problemas de canalización de agua que tenía el pueblo durante el siglo XV y XVI.

La Mina de Daroca, en Zaragoza (Ayuntamiento de Daroca).
La Mina de Daroca, en Zaragoza (Ayuntamiento de Daroca).

Así, la calle Mayor es la arteria principal de la localidad y se ubica justo encima del fondo de un barranco, por lo que las avenidas torrenciales de agua, muy frecuentes, discurrían por el centro de la ciudad, siguiendo el trazado de la calle y ocasionando gravísimos daños. “Con asiduidad, el concejo tenía que enviar a varios hombres a recoger las puertas de la Puerta Baja, una de las dos principales de Daroca, porque se las había llevado la riada, arrastrándolas casi hasta el río Jiloca, que fluye a más de un kilómetro de la ciudad”, comenta el Ayuntamiento de Daroca.

De esta forma, la localidad decidió a mediados del siglo XVI iniciar una gran obra de ingeniería, consistente en la excavación de un gran túnel que diera salida a las aguas procedentes de las tormentas sin necesidad de que estas atravesaran la ciudad por su mismo centro. Así, una vez empezado el proyecto, se estableció también un gran muro llamado ‘la barbacana’, de 300 metros de longitud, con el fin de proteger la muralla y dirigir las aguas hacia la boca de la mina.

Tal fue su majestuosidad, que al poco tiempo se convirtió en uno de los monumentos más conocidos de la ciudad, además de ser usada para otros menesteres, como una ruta ideal para el ganado o de vía de transporte durante la Guerra Civil.

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Un paseo por Daroca

Recorrer las calles de Daroca lleva al viajero a épocas pasadas. Gracias a hermosos trazado medieval, se pueden disfrutar de monumentos como La Puerta Baja, la cual da la bienvenida de una forma esplendorosa con sus torres almenadas construidas en el siglo XVI. Este es el primer atractivo que uno se encuentra al entrar a la ciudad. La otra entrada, la Puerta Alta, es de comienzos del siglo XVI y se levantó en sustitución de otra anterior.

La Puerta Baja de Daroca, en Zaragoza.
La Puerta Baja de Daroca, en Zaragoza.

A su vez, destacan también el portal de Valencia, flanqueado por un sólido torreón de sillar, y la puerta del Arrabal, conocida popularmente como portillo de San Valero, que ofrece una hermosa vista del caserío. No obstante, si por algo sobresale la villa es por su espectacular recinto amurallado. Recorrer las murallas es algo obligatorio (ruta de las murallas), pues se puede contemplar toda su magnitud a la vez que uno se dirige hacia el castillo. Se levantó sobre el siglo XI y en él se encuentran los restos de la primitiva alcazaba musulmana.

Desde este punto, las vistas de la villa y sus alrededores es algo imperdible. De vuelta al casco histórico, uno de sus monumentos más importantes es la colegiata de Santa María, en cuyo interior, de gran riqueza ornamental, destaca el baldaquino del altar mayor, dedicado a la Asunción, así como el increíble órgano del siglo XIV. Asimismo, acoge también los Sagrados Corporales, testigos del milagro acaecido en la ciudad en el siglo XIII, cuando unas sagradas formas sangraron misteriosamente durante un inesperado ataque musulmán.

A este templo le acompañan, los de San Juan y Santo Domingo, ambos construidos en el siglo XII en estilo románico y acabados en el siglo XIII con técnicas mudéjares. Por otro lado, la arquitectura civil hace acto de presencia con casas señoriales como el palacio de los Luna, la antigua Casa de Canónigos, el palacio de Gil Bernabé y el antiguo Hospital de Santo Domingo, actualmente sede del Museo de la Historia y las Artes.

Castillo de Daroca, en Zaragoza (Ayuntamiento de Daroca).
Castillo de Daroca, en Zaragoza (Ayuntamiento de Daroca).

Cómo llegar

Desde Zaragoza, el viaje hasta Daroca es de alrededor de 1 hora por la carretera A-23. Por su parte, desde Teruel el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 5 minutos por las vías A-23 y N-234.

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