Un palacio tranquilo en medio de la algarabía del centro, unas vidrieras de ensueño y unas grandes escaleras que dan acceso a un mundo de colores y fantasía. No, no se trata de Disneyland, sino del Palacio de Longoria, la sede de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), el lugar elegido para inaugurar ‘¡Animación! De Garbancito de la Mancha a Robot Dreams’, la exposición que recoge los más de 100 años de la animación española. Un sitio de cuento de hadas que no podría ser mejor escenario para redescubrir el muchas veces infravalorado o directamente desconocido género que ha dado tantas alegrías a niños y mayores en nuestro país.
Una vez superado el hechizo inicial de entrar en tan noble edificio, reservado el resto del tiempo a los miembros de la SGAE, uno se encuentra con el caluroso recibimiento de Willy Fog, Tadeo Jones o Mortadelo y Filemón, algunos de los personajes cuyas figuras a tamaño real custodian el tesoro ofrecido por la SGAE, una gran colección de elementos imprescindibles y muchos de ellos inéditos de la historia de la animación española. Aunque a la entrada se encuentran los trabajos de los últimos grandes animadores de nuestro país –Alberto Mielgo y su Jíbaro, Alberto Vázquez y Unicorn Wars o Salvador Simó y Buñuel en el laberinto de las tortugas–, el tour comienza al otro lado del majestuoso palacio, con la comisaria Maribel Sausor como maestra de ceremonias.
Allí uno se topa con Garbancito de la Mancha (José María Blay, Arturo Moreno, 1945), el primer largometraje animado en la historia de España y la primera rodada en color fuera de Estados Unidos, toda una pionera en su época. Lo mismo con Érase una vez, la película de Alexandre Cirici Pellicer y José Escobar del año 1950 que adaptaba el clásico cuento de la Cenicienta en el mismo año en que Disney sacaba su propia película, con medios y en condiciones muy distintos a los de la cinta de Estela Films. Dos películas que estaban precedidas por los cortometrajes de Segundo de Chomón, auténtico padre de la animación en nuestro país.
El tiempo que transcurre desde esa época dorada en los 40 y los 50 es un periodo extraño para la animación, que no termina de encontrar su sitio en el cine y, por ello, acaba mutando y reciclándose en otros formatos como las series de televisión, con La familia Telerín como máximo exponente, o incluso en la publicidad. También fue una época propicia para el alumbramiento de viejos y nuevos personajes icónicos de nuestra historia, como el Don Quijote de Cruz Delgado o Mortadelo y Filemón, recordada con especial cariño tras la reciente muerte de Francisco Ibáñez. Otro que tiene un lugar especial en la historia de la animación española y que tristemente también nos dejó hace unos meses fue Claudio Biern Boyd, el padre de grandes series como D’Artacán y los tres mosqueperros, David el gnomo o La vuelta al mundo de Willy Fog. Todos ellos bajo el sello BRB Internacional, con el que produjo todos estos grandes éxitos –en asociación con Televisión española– y que constituyeron el intento más cercano y fructífero en nuestro país por imitar un sistema a lo Disney, con una coherencia y línea estilística en todas sus producciones.
El futuro de la animación ya está aquí: ‘Robot Dreams’, ‘Dragonkeeper’...
Porque para bien o para mal, si de algo sirve la exposición ¡Animación! De Garbancito de la Mancha a Robot Dreams es para ilustrar en gran medida lo que ha sido este género en nuestro país, un pequeño barco que se ha movido al compás de la inspiración de unos pocos, pero que nunca ha terminado de coger velocidad de crucero, y se ha visto solo en un mar rodeado de otros grandes estudios y productoras internacionales. Ello explicaría que algunos de los últimos grandes éxitos, como el del mencionado Alberto Mielgo o de la película Klaus de Sergio Pablos, hayan nacido al amparo de gigantes como Netflix y no en el seno de nuestro país.
Aun con todo, existen motivos de sobra para mirar hacia el futuro con optimismo, y el del cine español está escrito con letras de colores y animadas. En menos de un año queda pendiente el lanzamiento de nuevos y esperados proyectos que demostrarán que el cine de animación está recuperando su magia tal y que es capaz de traspasar fronteras como ya hizo Tadeo Jones, quizá el último y el único gran éxito animado hecho en España.
Robot dreams, la nueva película de Pablo Berger (Blancanieves) sobre un perro y un pequeño robot, ya ha triunfado en el festival de Cannes, en Annecy –festival de animación por antonomasia– y lo hará pronto en nuestro país con su estreno en salas el próximo 6 de diciembre. También Dispararo al pianista, la nueva película de la asociación Fernando Trueba & Javier Mariscal tras Chico y Rita, o Dragonkeeper, una superproducción en colaboración con China a cargo de Salvador Simó Busom, el director de Buñuel en el laberinto de las tortugas. Parece que, como todo siga así, la SGAE tendrá que buscar un lugar aún más grande para hacer hueco a una colección de guiones, pósters y demás detalles inéditos que hagan justicia a una leyenda que no para de crecer.
¡Animación! De Garbancito de la Mancha a Robot Dreams estará en la sede de la SGAE en Madrid (Calle Pelayo, 61) y se podrá visitar entre el 7 de septiembre y el 2 de octubre.