El estado de salud de Michael Schumacher es una incógnita para el mundo desde hace casi una década. Un 29 de diciembre de 2013, a punto de finalizar el año, la leyenda de la Fórmula 1 sufrió un grave accidente de esquí mientras se encontraba de vacaciones en familia. Las graves lesiones que se produjo a consecuencia del percance, sobre todo en la cabeza y en la espalda, le han mantenido en cama desde entonces, sin que se cuente con información absolutamente veraz sobre cómo se encuentra.
Las especulaciones han estado a la orden del día durante estos diez años. “Creo que está en un estado vegetativo, lo que significa que está despierto pero no responde. Está respirando, su corazón late, probablemente pueda sentarse y dar pequeños pasos con ayuda, pero no más. Creo que eso es lo máximo para él. ¿Hay alguna posibilidad de verlo como era antes de su accidente? Realmente no lo creo”, llegó a reconocer el neurólogo Erich Riederer, hace un tiempo, a TMC.
El hijo de Schumacher, Mick, que llegó a seguir los pasos de Michael en la F1 entre 2021 y 2022, ha llegado a exponer en alguna ocasión que lo que más le gustaría sería poder hablar con su padre. “Creo que papá y yo nos entenderíamos ahora de una forma diferente simplemente porque hablamos un idioma similar, el idioma del motor, y tendríamos mucho de lo que hablar. Ahí está mi cabeza la mayoría de tiempo, pensando que eso sería tan guay. Lo dejaría todo sólo por eso”, confesó el joven en el documental que Netflix dedicó a Schumacher en su momento.
Te puede interesar: Alonso no piensa en la retirada
Cuando apenas quedan unos meses para que se cumplan 10 años del suceso, ha sido un amigo cercano de Michael Schumacher, el periodista suizo Roger Benoit, quien ha querido pronunciarse sobre cómo está el siete veces campeón del mundo en la actualidad.
La realidad de Michael Schumacher
En una entrevista para el periódico suizo Blick, Benoit no ha escatimado dureza a la hora de sincerarse sobre cómo está Schumacher a día de hoy. “Sólo hay una respuesta a esa pregunta, y es la que dio su hijo: ‘Daría cualquier cosa por hablar con papá’. Esta frase dice todo sobre cómo lo ha pasado su padre durante más de 3.500 días. Un caso sin esperanza”.
A pesar de esta sentencia tan contundente, aprovecha la conversación con el medio de su país para ahondar en recuerdos más positivos sobre Schumacher. Una vez que el germano se instauró en la élite del Gran Circo, se instauró la costumbre, entre los integrantes del mundillo, de apostar “en qué puesto acabaría en las carreras”. En un principio, “la apuesta era de 10 marcos alemanes”. Más tarde, pasó a ser “de 10 euros”.
Quienes se jugaban los cuartos por Schumi no eran precisamente unos cualquiera. “Bernie Ecclestone, Flavio Briatore, Jean Todt y muchos otros participaban. Ecclestone siempre hacía tres o cuatro apuestas diferentes para aumentar sus posibilidades de ganar. Una vez, ganó 3.500 dólares en Argentina. Luego entró en la sala de prensa con el dinero, se sentó en la mesa del frente y felizmente lo contó frente a la multitud de medios”, ha relatado Roger Benoit.
En esas apuestas, Todt, que era jefe de equipo de Schumacher, siempre pronosticaba un segundo lugar para el mito. ¿Por qué? “Una vez me lo explicó: ‘Si Schumi queda segundo, ganaré algo, y si él gana, seré feliz de todos modos’. Después de unos años, vino a verme y me dijo que ya no podía hacerlo más. Los medios italianos se enteraron y titularon: ‘Todt siempre apuesta contra Schumi’”, apunta Benoit.
En los últimos días, Schumacher ha sido noticia en España debido a uno de los grandes rivales que tuvo en sus últimos años en el paddock: Fernando Alonso. Con su segundo puesto en el Gran Premio de Bélgica, el asturiano le superó en cuanto al récord de mayor tiempo transcurrido entre su primer y último podio en la F1. Además, también batió idéntico registro si nos ceñimos a las vueltas rápidas.