Atrás quedaron los meses en los que los precios subían más que los costes salariales y laborales. El factor trabajó comenzó a acortar terreno con la inflación a finales de 2022 y el crecimiento se consolida en 2023, permitiendo recuperación de poder adquisitivo, pero suponiendo también mayores costes a las empresas. Así lo reflejan los datos publicados este viernes por el INE relativos al Índice de Coste Laboral Armonizado (ICLA), indicador que proporciona una medida comparable para toda la UE.
Según la estadística, el coste laboral por hora trabajada ha crecido un 6,5% en España en el segundo trimestre del año en comparación con el mismo periodo de 2022 y el coste salarial registra un alza del 5,7%. Con datos desestacionalizados y corregidos de calendario, el crecimiento del coste laboral total se queda en el 5,6% y el coste salarial en el 4,8%.
Esto supone el mayor crecimiento del coste por hora trabajada desde el segundo trimestre de 2020, cuando marcó un 8,1% de crecimiento interanual. Esto se debió a que el desplome de las horas trabajadas por los confinamientos del inicio de la pandemia no fue acompañado por destrucción de empleos, ya que la mayor parte se aseguraron a través de los ERTE.
Por primera vez en esta estadística trimestral, los costes laborales y salariales superan con creces al avance de la inflación, que en la primera mitad del año tuvo un aumento del 2,2%, según el INE, aunque esta cifra será mayor en los próximos meses. De hecho, el Banco de España espera que el IPC marque una subida media del 3,2% en 2023.
Aunque los salarios avanzan, tanto por las subidas pactadas en convenios como por las alzas del SMI, se evidencia un incremento mayor de los otros costes, entre los que se encuentran cotizaciones sociales a cargo de los empleadores y las percepciones no salariales, según indica el INE. Desagregando los componentes del coste laboral se observa un mayor crecimiento de los “otros costes”, que crecen un 8,8%; un 7,9% en datos corregidos. En este concepto se engloban las cotizaciones sociales a cargo de los empleadores y las percepciones no salariales, según indica el INE, y también crecieron más que los salarios en el anterior trimestre.
Las cotizaciones sociales se han elevado en 2023 como consecuencia de la entrada en vigor de la segunda parte de la reforma de las pensiones, que establece el crecimiento anual de una décima del tipo del Mecanismo de Equidad Intergeneracional. Este era del 0,6% en 2022, asumiendo el empleador el 0,5% y el trabajador el 0,1% y llegará a ser del 1,2% en 2029, con un reparto del 1% a cargo de la empresa y del 0,2% a cargo del trabajador.
El sector público tiene los costes salariales que más suben desde 2020
Los costes salariales crecen un 5,7% en la serie original, pero hay notables diferencias por sectores. Los mayores incrementos en el segundo trimestre se registran en las actividades profesionales, científicas y técnicas y en el transporte y almacenamiento, cuyos costes salariales se elevan un 8,1% respecto al mismo periodo de 2022.
Sin embargo, no son las actividades que más han aumentado sus costes salariales en comparación con 2020. Las ocupaciones que destacan en este sentido son las que tienen un elevado componente de empleo público: los costes salariales del sector de la administración pública, defensa y Seguridad Social obligatoria registran un índice de 114,7 y las actividades sanitarias y de servicios sociales uno del 112,2, mientras que el índice medio es de 108,5.
En contraste con estos aumentos, hay sectores cuyos costes salariales están por debajo de los del año 2020: industrias extractivas, con un índice de 92,7, y las actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento (97,6).