Este viernes 8 de septiembre se celebra el primer aniversario de la muerte de Isabel II, la reina de Inglaterra más longeva de la historia. Con más de siete décadas dedicadas en cuerpo y alma al trono británico, la Isabel II fallecía en el castillo de Balmoral, Escocia, a causa de su “avanzada edad”.
Para este día tan emotivo y señalado, la Familia Real Británica tiene previsto recordarla en la intimidad y no han programado ningún tipo de acto o evento público. Sin embargo, el miembro que, con casi con total seguridad, no estará presente en el homenaje será su el príncipe Harry.
Tras su fallecimiento, la aparente unión de los Windsor ha terminado por estallar y las tensiones en Buckingham Palace se han convertido en las principales protagonistas semana tras semana. Si bien su reinado tampoco estuvo exento de polémicas, lo cierto es que siempre intentó mantener una imagen de unidad familiar, dejando a un lado las diferencias con el fin de evitar escándalos.
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Meghan y Harry, los más relegados
El reinado de Carlos III parece estar marcado por las diferencias del monarca con su hijo pequeño, Harry, con quien el distanciamiento es cada vez más palpable. Sin Isabel II para mediar, las tensiones entre ambos han ido en aumento.
Ya desde que Meghan Markle y Harry decidieron abandonar la corona británica, las relaciones con la casa real británica fueron disminuyendo y, actualmente, penden de un hilo. La publicación del libro del duque de Sussex, Spare, donde revela algunos secretos de su familia, ha sido uno de los primeros detonantes, junto con su primer documental estrenado en Netflix.
Desde entonces, se han sucedido una serie de desplantes y discrepancias que abarcan desde la modificación en el estatus de Alteza Real del príncipe Harry por parte de Buckingham Palace, pasando por el cambio del nombre de Meghan en la partida de nacimiento de Archie y sus entrevistas a diferentes medios, hasta el reciente documental Corazón Invictus, en el que indirectamente envía varios reproches a los Windsor.
Si bien Harry y su hermano, el príncipe Guillermo, parecían mantener una buena relación, ahora su vínculo es prácticamente nulo. Los dos hijos de Diana de Gales y sus respectivas esposas, que en algún tiempo fueron apodados Los cuatro fantásticos, se vieron por última vez en público el pasado 19 de septiembre de 2022, durante el último adiós a Isabel II.
Un reinado exento de popularidad
Tras la muerte de Isabel II, su hijo mayor tomó las riendas del trono británico como Carlos III, un rey que llegó a la corona con casi 74 años para asumir una gran responsabilidad y ganarse el corazón del pueblo. A pesar de que uno de sus deseos es mantener el legado de su madre a la altura, lo cierto es que se le está haciendo bastante complejo.
El hecho de que no haya podido apaciguar las aguas en el seno de su familia y su actitud de superioridad son dos cuestiones que le han lastrado entre la población del Reino Unido en lo que a popularidad se refiere. De hecho, se podría decir que el primer aniversario de su madre coincide con su annus horribilis.
En su coronación, el que fuera príncipe de Gales relegó a su hijo menor a las últimas filas, donde también se situaba su hermano Andrés, quien ha perdido todos sus títulos militares desde 2019 debido a su escándalo por abusos sexuales y se ha visto obligado a abandonar su casa en Windsor. Esta acción dejaba entrever la fría relación entre la familia, en la que parece no haber cabida para la reconciliación.
Carlos III quiere establecer cambios en su reinado, como reducir los cuantiosos gastos de la monarquía, dejando claro que es algo que atañe a los reyes y a los, ahora, príncipes de Gales. Mientras se establecen estos nuevos desafíos, la historia en Buckingham Palace continúa sin Isabel II.