La gran banca ha subido a cuenta gotas el interés por los depósitos a plazo fijo desde que en julio del año pasado el Banco Central Europeo (BCE) cambió de estrategia en su política monetaria y comenzó a subir los tipos de interés para doblegar la inflación hasta colocar el precio del dinero en el 4,25%. En 14 meses los bancos españoles han aumentado a cámara lenta los intereses de sus depósitos desde el cero por ciento hasta una media en el 2,22% en junio, por debajo del 2,73% que da de media la banca europea.
La tacañería de la banca nacional al retribuir el pasivo ha provocado en los últimos meses la retirada de ahorro en depósitos por parte de familias y empresas que buscan en otros productos como las letras del Tesoro o los fondos de inversión intereses más generosos.
Esta fuga de depósitos hizo que en julio el ahorro acumulado en plazos fijos bajara hasta los 1,28 billones de euros, lo que supuso 25.600 millones menos que en el mismo mes del año pasado y 13.200 millones menos que el acumulado en junio.
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Las familias retiraron en julio 5.500 millones de euros en depósitos y su ahorro en ellos se redujo hasta los 984.800 millones, lo que supuso 12.600 millones menos que en julio de 2022. Por su parte, las empresas retiraron en julio 7.700 millones y a cierre del mes acumulaban 299.000 millones de euros, 13.000 millones menos respecto a julio del año pasado.
Frenar la fuga subiendo la rentabilidad
Y es esa huida la que puede espolear a la gran banca a aumentar la rentabilidad de los depósitos, señala Diego Morín, analista de IG: “La fuga de depósitos está obligando al sector a mover ficha rápidamente y será más pronto que tarde cuando comience a remunerar mejor los plazos fijos”.
Reconoce que algunos de los bancos que cotizan en el IBEX 35 han comenzado a subir los intereses, pero solo a aquellos depositantes con ahorros de más de 50.000 euros. “Se trata de una subida personalizada con la que quieren frenar la fuga de capital”, indica, y pone como ejemplo los últimos movimientos en este sentido que ha realizado Banco Santander a través de Openbank.
Un retraso de meses
Lo cierto es que la gran banca acumula un retraso de meses en la subida de la retribución por los depósitos frente a la diligencia con que ha incrementado el interés cobrado en sus préstamos hipotecarios. En principio, los analistas esperaban que la rentabilidad subiera a principios de verano y el detonante sería el vencimiento del plazo para que los seis grandes –Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter y Unicaja– devolvieran al BCE cerca de 61.000 millones de euros de las TLTRO (facilidades especiales de liquidez) que les prestó para garantizar el flujo del crédito en la pandemia.
Se suponía que la devolución de estos préstamos mermaría una parte de su liquidez y que se verían obligados a obtener financiación de otras fuentes, entre ellas, de los pequeños ahorradores y de las empresas, y el mejor reclamo para atraer sus ahorros sería mejorando la remuneración de los depósitos. Pero las previsiones no se cumplieron.
El verano está acabando y los bancos se muestran remisos a mover ficha debido a que aún les sobra liquidez. Darío García, analista de XTB, reconoce que a pesar de que su liquidez “se ha reducido, lo ha hecho a nivel interbancario e institucional, pero desde el punto de vista comercial e incluso a nivel bursátil, seguimos viendo niveles que no deberían apreciarse en un contexto donde la inflación y los tipos de interés están tan elevados”.
Por ello, los analistas ven difícil una subida importante de la rentabilidad de los depósitos a muy corto plazo, la retrasan a los primeros meses de 2024. También los representantes de los grandes bancos han atrasado al año que viene esta subida, según manifestaron en la presentación de los resultados del segundo trimestre.
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Además de la fuga de depósitos, otro catalizador que podría adelantar un movimiento al alza, a juicio de Darío García, es si se produce “una corrección sustancial en los mercados de riesgo y, por lo tanto, una destrucción de liquidez. En este caso, los bancos podrían alinear la remuneración por los depósitos a los tipos de interés actuales”.
Defender su rentabilidad
Argumenta que los bancos son conscientes de que mientras puedan ofrecer un plazo fijo “interesante”, pero que no reste rentabilidad respecto a los tipos de interés, seguirá siendo “un buen negocio para ellos”. Por lo tanto, “mientras no vean una caída de la demanda en la oferta actual, no tienen la necesidad de incrementar la remuneración, ya que no van a reducir su diferencial de rentabilidad perjudicando sus resultados”. Reconoce que “no parece que ningún banco quiera dar el paso de incrementar de golpe la remuneración, generando un efecto cascada de clientes”.
Pero, como se está viendo en los últimos meses, la demanda de depósitos bancarios por parte de ahorradores y empresas está cayendo y sacan de ellos sus ahorros para traspasarlos a otros productos financieros que les generen un mejor rendimiento como la deuda pública y los fondos de inversión.