Artista del Año en 2021 según la revista Time. Nominada a siete GRAMMYs por Sour, su primer álbum, de los cuales se acabó llevando tres galardones a casa: el de mejor disco pop, el de mejor nuevo artista y el de mejor canción pop en solitario con drivers license. El título anterior fue el primer sencillo que Olivia Rodrigo (California, Estados Unidos, 2003) sacó en solitario. En ese momento participaba en High School Musical: El musical: La serie y empleó la composición como el canal en el que verter todas las emociones que había sentido (y sufrido) tras su desengaño amoroso con Joshua Bassett (compañero de reparto en la ficción de Disney+).
Sour fue un éxito repentino y rotundo. Rodrigo consiguió encapsular a la perfección la magia del primer amor y la rabia contenida tras la mentira y la ruptura. Las canciones de su debut varían entre la ensoñación del romance, la traición y el enfado. La joven intérprete pasa todas las fases del duelo en un disco que ya es historia por ser de los pocos que han conseguido superar los mil millones de escuchas en Spotify.
La fama para ella fue repentina y las expectativas depositadas en su figura, desmesuradas. No en vano, la cantante ha admitido recientemente en una entrevista con The Guardian que, tras la fama de Sour, tuvo que ir paso a paso para poder lidiar con la exposición publica. “Tuve éxito de la noche a la mañana. Llevaba años trabajando en canciones y preparándome para ese momento. En muchos aspectos fue muy instantáneo, así que tomarme las cosas con más calma fue mi forma de afrontarlo”, admite en la entrevista.
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Además de afrontar la fama a una temprana edad, con Sour Rodrigo tuvo que hacer frente a las acusaciones de plagio. Ocurrió con uno de los temas más populares (del ya popular álbum): good 4 u. La banda Paramore consideraba que la joven intérprete se había inspirado en uno de los temas más icónicos de su longeva carrera musical, Misery Business. Rodrigo tuvo que añadirles en los créditos de la canción a posteriori tras la polémica.
Dos años después de un debut musical soñado, Olivia Rodrigo regresa con GUTS para afrontar la maldición del segundo álbum. La presión es alta y las expectativas rozan la cima de K2. Los dos adelantos que ha publicado antes de su lanzamiento este viernes 8 de septiembre, vampire y bad idea right?, muestran a una artista que continúa por la senda del desamor y las relaciones sentimentales, pero que demuestra haber encontrado un sonido más maduro para su relato.
El primer sencillo de su nuevo disco, vampire, es un alegato en contra de los chupasangres emocionales: esas personas que tiran de la cuerda sentimental hasta que ya no queda un resquicio de lo que eras. Olivia Rodrigo profundiza en los males de una ruptura con un lenguaje más sustancial y vigente. El segundo, bad idea right?, mucho más jovial y desenfadado, ahonda en los errores, en las idas y venidas y en esas uniones tóxicas a las que regresamos para justificar el desarrollo de personaje.
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Una nueva era
Los que han podido escuchar GUTS hablan de un álbum que fusiona diversión, letras que buscan poner orden en el caos de la fama repentina a una edad temprana y sonidos en los que, además de pop, hay resquicios de rock. No en vano, The New York Times considera a Rodrigo una auténtica estrella del rock en su nueva etapa musical. “Creo que hay muchas canciones divertidas”, indicó la propia artista en una entrevista con la emisora británica Capital FM. “Escribí el álbum pensando en una gira, así que creo que todos son temas que quería que la gente pudiera gritar en multitud. Espero poder conseguirlo”, añadía.
Olivia Rodrigo amenaza (en el mejor de los sentidos) en regresar a lo más alto con una nueva hornada de sentimientos y de letras que resuenan con una generación que ha tenido aprender a lidiar con el reajuste de expectativas vitales y frustraciones varias. “He experimentado mucha confusión emocional por tener todos estos sentimientos de rabia e insatisfacción que sentía que no podía expresar, especialmente en mi trabajo”, declaró en su entrevista con The Guardian. “Eso provoca muchos sentimientos reprimidos. Siempre he luchado por querer ser esa chica americana perfecta y con la realidad de no sentirme así todo el tiempo”, relata.