La Comunidad Valenciana y Canarias son las últimas regiones en anunciar que eliminaran o bonificaran el Impuesto de Sucesiones. Con esta rebaja fiscal, se sumarán a la lista de comunidades donde es más barato heredar, dado que se suprime o se reduce este impuesto. Pero, ¿cuáles son estas regiones?
El Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones grava el patrimonio adquirido por las personas físicas a través de herencias, legados o donaciones. Hay que tener en cuenta que, una vez se produce la defunción, se debe tributar en la comunidad autónoma en la que residía el fallecido, por lo que no se podrán realizar cambios de domicilio fiscal post mortem para evadir el pago de este gravamen. Este impuesto está cedido a las comunidades autónomas, de manera que pueden aplicar reducciones en el mínimo exento, modificar la tarifa y aprobar deducciones y bonificaciones en la cuota del impuesto.
Los partidos políticos utilizan la fiscalidad como una de sus principales armas electorales. En los últimos años, el Partido Popular rebajó impuestos a las grandes fortunas en Andalucía y descontó medio punto cada tramo del IRPF en Madrid. El impuesto de sucesiones es un gravamen de competencia autonómica, por lo que el Gobierno central no puede interferir en su aplicación. Las políticas fiscales de este tipo tienen una repercusión inmediata en las cuentas regionales. Su supresión o subida genera importantes desigualdades entre las comunidades y a menudo generan batallas fiscales.
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Por el momento, la ley otorga potestad a los gobiernos regionales para establecer bonificaciones del 100%, es decir, para eliminarlas y que los contribuyentes afincados en esa comunidad autónoma no tengan que abonar la cuantía referente a este impuesto. Andalucía, con Juanma Moreno a la cabeza, eliminó el pasado año este impuesto. Una corriente a la que se ha unido recientemente la Comunidad Valenciana y que se suma al grupo de Cantabria, Madrid, Murcia y Castilla y León, que ya lo tienen suprimido.
El caso de Canarias
Asimismo, el Consejo de Gobierno de Canarias ha aprobado un decreto-ley para bonificar al 99,9% del impuesto de sucesiones y donaciones por lo que dejará de ingresar unos 18 millones de euros anuales, medida que afectará básicamente al tramo familiar —hijos, cónyuges, tíos y sobrinos mientras que en donaciones se deja fuera a los familiares de tercer o cuarto grado y los externos—.
Si quien hereda es descendiente directo del difunto o hijo adoptado, en ambos casos menor de 21 años, lo normal es pagar únicamente importes simbólicos. En La Rioja sólo se paga si la herencia supera los 400.000 euros y en regiones como Aragón, Cataluña, Castilla-La Mancha y, hasta ahora, la Comunidad Valenciana existen bonificaciones y reducciones.
Si quien recibe el patrimonio es el cónyuge, descendiente o ascendiente y tiene más de 21 años tampoco se paga prácticamente nada por el impuesto de sucesiones en Andalucía, Madrid, Cantabria, Castilla y León, Extremadura y Murcia. Otros territorios como La Rioja, Asturias, Galicia, Cataluña, Aragón y la Comunidad Valenciana aplican distintas bonificaciones. Si quien hereda es otro familiar, en Canarias las reducciones son de casi el 100% y en Madrid alcanzan el 25%.