Los numerosos vestigios y restos de la Guerra Civil española que conviven diseminados en el territorio español con el presente, evocan la memoria y la herida histórica que aún arrastra la sociedad española. Testimonios y recuerdos en primera persona donde el sufrimiento y la supervivencia retumban en boca de abuelos, tíos o padres que nos conmueven y nos hacen ver lo que de verdad se vivió en esos años.
Uno ellos es Belchite, un pueblo que fue testigo del sufrimiento de una población entera y que el paso del tiempo lo ha trasladado hasta nuestros días. Una ciudad asediada por el continúo bombardeo y por la negación por parte del régimen de Franco de ser reconstruida. Donde gracias a las visitas guiadas y la fundación Pueblo Viejo de Belchite se ha mantenido la historia y la memoria de los que un día vivieron uno de los episodios más destacados de la contienda.
Historia del pueblo viejo de Belchite
El 18 de julio de 1936, desde Zaragoza, el general Miguel de Cabanellas ordenó la detención de alcaldes y diferentes militantes del Frente Popular, y un día más tarde decretó el Estado de Guerra. Milicias falangistas comenzaron a reprimir alcaldes y enemigos políticos en diferentes poblaciones de Aragón, a la vez que, los anarquistas avanzaban desde Cataluña y Valencia. En apenas un mes, se creó el frente de Aragón, el cual partía de norte a sur la comunidad.
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En este frente, Teruel y Huesca fueron lugares de cruentas batallas; sin embargo, Zaragoza se encontraba alejada de él, por ello se centró en poblaciones como la de Belchite. En este mismo pueblo tuvo lugar una de las ofensivas más destacadas de la Guerra por parte del ejército republicano. Todo comenzó cuando Santander estaba a punto de caer en manos sublevadas. Ante esto, el bando republicano decidió tomar Zaragoza y liberar la presión en el frente norte.
La batalla de Belchite fue un asedio al pueblo que duró dos semanas, del 24 de agosto al 6 de septiembre. Durante esos días, los bombardeos por parte de los republicanos fueron intensos y periódicos para, finalmente, penetrar en la ciudad el día 3 de septiembre. En ella, se agolpaban alrededor de 3.000 soldados falangistas frente a los más de 20.000 republicanos. Desde ese momento, se vivió una batalla cruenta en las calles donde se luchaba por cada palmo, hasta que la última resistencia sublevada, atrincherada en la iglesia de San Martín de Tours, fue sometida el día 6 de septiembre.
La localidad quedó gravemente dañada y se estima que alrededor de 6.000 personas perdieron la vida. No obstante, a pesar de los daños, la mayoría de casas seguían en pie y se estima que alrededor del 70 % podría haber sido habitable. Sin embargo, tras la guerra, Franco se negó a reconstruirlo para dejar evidencia de lo que denominó como el ‘terror rojo’. Así, levantaron uno nuevo en 1954. Con el paso del tiempo, la localidad se fue deteriorando debido al expolio, el olvido y la climatología.
Sin embargo, a día de hoy, el pueblo viejo de Belchite cuenta con una segunda vida gracias al trabajo y dedicación de la Fundación Pueblo Viejo de Belchite. A través de ella se preserva la memoria histórica del lugar y de aquellos que vivieron el acontecimiento, así como se consolida también su patrimonio arquitectónico y cultural.
**(Información obtenida del libro Rutas de la Guerra Civil española, de Miguel Cuesta. Editorial: Anaya Touring)**
“Id allí y lo veréis”
Las evidencias que se pueden contemplar hoy en día demuestran la magnitud que tuvo el acontecimiento. Raquel Gracia, guía turística que realiza las visitas al Pueblo Viejo de Belchite, cuenta a Infobae España como los mayores del pueblo le decían cada vez que preguntaba qué pasó: “Id allí y lo veréis”. Y es que no hay más que visitar el pueblo para conocer o intentar imaginarse lo que pudo pasar. Son muchos los testimonios y vivencias que con el paso de los años han salido a la luz.
Uno de los más conocidos es el de Josefina, una mujer que con tan solo 12 años tuvo que vivir, como otros muchos niños, el calvario de la guerra. Ella se encontraba escondida en casa junto a sus padres y sus hermanos. Tras unos días resguardados de los disparos y las bombas, empezaron a escasear los víveres, por lo que se plantearon salir al exterior al escuchar que iba a abrir la puerta de San Roque.
Finalmente, Josefina, a hombros de su padre, y acompañada de uno de sus hermanos, salió de la casa y resulto herida. Su padre la dio por muerta y la abandonó, pero solamente estaba herida en una pierna. Fue trasladada por un soldado republicano al hospital de Alcañiz, donde la operaron y estuvo cuatro meses. Durante este tiempo, su familia la daba por muerta y ella no sabía nada de ellos.
Este es una de las muchas historias que hay detrás de Belchite, un pueblo donde los vecinos se tenían que jugar la vida para poder sobrevivir. De hecho, tal y como cuenta Raquel, la búsqueda de agua y comida era un viaje de ida, pero no se sabía si de vuelta. “Tenían que salir de los refugios y andar tres kilómetros hasta el río para ir a por agua, un momento en el que pasaban mucho miedo exponiéndose al terror de las bombas, pero es que si no iban a por agua también se iban a morir”.
Qué ver en Belchite
En cuanto a la arquitectura del pueblo, Belchite presenta un trazado mudéjar a excepción de la calle Mayor. Se distribuye en calles muy estrechas y era un pueblo ‘amurallado’, pero sin muralla, pues tenía todas sus casas adosadas. Cuenta con tres puertas de entrada, donde destaca el Arco de la Villa, levantado en el siglo XVII y principios del XVIII en estilo barroco. Además, es el único edificio reconstruido del pueblo, los demás solo están consolidados debido a la falta de fondos.
Igualmente, en pie solo quedan dos iglesias. A la de San Agustín no se puede acceder porque no está consolidada, mientras que la de San Martín, corresponde a la iglesia parroquial y se levantó en el siglo XIV, aunque su construcción termina en el XIX. Así, presenta diferentes estilos: neoclásico, renacimiento, barroco y mudéjar. También destaca la Torre del Reloj, que anteriormente fue la iglesia de San Juan, y las casas de la calle Mayor, las cuales eran típicos palacios renacentistas aragoneses.
Sucesos paranormales
El pueblo viejo de Belchite es conocido también por ser un espacio donde los sucesos paranormales ocurren presuntamente de forma recurrente. Raquel explica a este medio que ella “era muy escéptica a todos estos temas antes de empezar a trabajar aquí, y ahora cada día creo más”. El pueblo de Belchite es más que historia, pues entre sus paredes suceden cosas que se alejan de lo convencional.
“Cada uno canaliza las energías de forma diferente, yo he tenido gente en las visitas que se ha echado a llorar o se ha negado a entrar en algún lugar, o que le olía hierro, qué es como huele la sangre”. También existen testimonio donde los visitantes ven o perciben siluetas con distintas formas humanas. “Hace unas tres semanas, un matrimonio se quedó fuera de la iglesia y me dijo haber visto una monja vestida con unas características muy detalladas”, explica la guía.
Raquel señala también como ella no ha vivido nunca una experiencia de este tipo, sino que solo nota una presión muy fuerte en la cabeza cuando está en una zona determinada del pueblo. Por su parte, otros visitantes han experimentado visiones de sucesos que ocurrieron en un punto determinado del pueblo y que Raquel no ha llegado a contar en la visita. A esto se le suman las imágenes y fotografías de aficionados donde se retratan cosas difíciles de explicar de forma racional.
Cómo visitar Belchite: horarios y precios
Si estás pensando en visitar esta ciudad fantasma es necesario que conozcas sus diferentes horarios y pases. Todas las visitas son guiadas, pudiéndose hacer durante el día o durante la noche. Ambas visitas son complementarias, pero a la vez diferentes, pues en la diurna se explica toda la historia de Belchite, desde el origen del pueblo hasta hoy en día, así como las diferentes vivencias y acontecimientos que ocurrieron.
“Intentamos hacer llegar lo que de verdad se vivió allí, lo que de verdad sufrió el pueblo de Belchite”, explica Raquel. Por su parte, las nocturnas están totalmente dedicadas a la parapsicología. “Nosotros contamos tradición oral, leyendas que nos han contado los mayores y algo de documentación”, indica.
Visita diurna
- Horario. Las visitas guiadas para la sesión diurna son de lunes a viernes a las 12:00 h, 17:00 h y 19:00 h, y los sábados y los domingos a las 10:00 h, 11:00 h, 12:00 h, 17:00 h, 18:00 h y 19:00 h.
- Precio. La tarifa general es de 8 €, siendo para los menores de 14 años gratuita. Se debe estar en El Arco de la Villa 10 minutos antes de la visita.Para grupos de más de 20 personas el precio se reduce hasta los 4 € por visitante.
Visita nocturna
- Horario. Las visitas guiadas para la sesión nocturna son los jueves, viernes y sábados a las 22:00 h.
- Precio. La tarifa general es de 12 €, siendo para los menores de 14 años gratuita. Se debe estar en El Arco de la Villa 10 minutos antes de la visita y la entrada hay que recogerla en el Pueblo Viejo.
Visita combinada (diurna y nocturna)
- Horario. La visita diurna es a elegir entre cualquiera de los pses disponibles. Aunque tiene que ser de jueves a sábados, pues es solo cuando es posible realizar la nocturna.
- Precio. La tarifa general es de 14 €, siendo para los menores de 14 años gratuita. Se debe estar en El Arco de la Villa 10 minutos antes de la visita.
Por otro lado, desde la página web de Turismo de Belchite expresan las siguientes recomendaciones:
- Los menores de 18 años deberán acceder acompañados de un adulto.
- Se permite el acceso a perros con correa.
- Es obligatorio seguir las indicaciones de los guías.
- Comenzada la visita no puede abandonarse el recinto hasta su finalización.
- Recomendado el uso de linternas durante las visitas nocturnas.
Cómo llegar
Desde Zaragoza, el viaje hasta el Pueblo Viejo de Belchite es de alrededor de 40 minutos por la carretera A-222. Por su parte, desde Teruel el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 40 minutos por las vías N-420 y A-222.