Dos movimientos en el tablero político, de forma casi simultánea, coincidieron este lunes, dando un primer paso de cara al escenario que quedará previsiblemente tras el 29 de septiembre. Quedan 21 días para el comienzo del debate de investidura de Alberto Núñez Feijóo, abocada al fracaso, pero en caso de que esto se constate, PSOE y Sumar tratarán de volver a armar la mayoría de la Mesa del Congreso para reeditar el Gobierno de coalición.
A la espera de alcanzar esa pantalla, Pedro Sánchez y Yolanda Díaz movieron ficha, a priori cada uno por su cuenta, con acciones que buscan llegar al mismo puerto: conseguir que Pedro Sánchez obtenga la confianza del Congreso antes del 27 de noviembre, el plazo que delimita con una repetición electoral. En cualquier caso, nuevamente, Sumar puja por marcar el paso en el marco de discusión sobre esta eventual investidura: la negociación con los partidos independentistas.
Primero fue hablar sin tapujos de una futura ley de amnistía, una medida política defendida por los de Yolanda Díaz, “absolutamente constitucional”, con una “multiplicidad de supuestos” para los posibles beneficiados, esto es, las “personas que han puesto urnas” y los policías que participaron en el dispositivo contra el referéndum independentista del 1-O, tal como señaló la propia Díaz hace una semana.
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Ahora, la vicepresidenta segunda en funciones, en calidad de líder de Sumar, y Jaume Asens se reunieron en el Parlamento Europeo con el líder de Junts y eurodiputado, Carles Puigdemont, y su compañero de bancada Antoni Comín. El encuentro, adelantado por la prensa en la mañana de este lunes, contó la presencia de medios gráficos para recoger recursos.
Esta cita, de la que el PSOE se desmarca, supone un punto de inflexión por el alto valor simbólico al ser la primera vez que un miembro del Gobierno de coalición se reúne con Puigdemont desde que este huyera a Bélgica en 2017. Por supuesto, un encuentro rechazado por el PP, que al mismo tiempo defiende hablar con la formación que lidera Puigdemont, y por el presidente socialista de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page.
En dicha reunión, ambas formaciones acordaron “explorar soluciones democráticas para desbloquear del conflicto político” en Cataluña. De esta manera, Díaz y Puigdemont protagonizaron una reunión “fructífera”, que permite “establecer una relación normalizada y estable” entre ambas formaciones políticas. De hecho, en las semanas previas a este encuentro, ya desde Sumar ponían de relieve la falta de confianza de los independentistas hacia los socialistas como un reto a mejorar en aras de llegar a un acuerdo de investidura.
Sánchez se compromete a “dejar atrás la fractura” en Cataluña
Fuentes socialistas dejaron claro que Yolanda Díaz iba “en nombre de Sumar y que no representa al PSOE en ese viaje”, pero en Ferraz, conscientes de la necesidad de los votos de Junts, evitan calificar la iniciativa. “Nosotros seguimos nuestra hoja de ruta”, apostillan voces de la dirección socialista. La portavoz del PSC, Elia Tortolero, aseveró que la reunión “no compromete a los socialistas en nada” e insistió en que la vía es la “discreción y el diálogo”: “El PSC hace más de lo que explica”, añadió.
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Por otro lado, el presidente del Gobierno en funciones y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, hizo un compromiso público en clave territorial. Aprovechó la inauguración de Los desayunos del Ateneo en Madrid para proponerse “dejar atrás definitivamente la fractura que vivimos en el año 2017″ en la próxima legislatura. “Llega el momento de ser coherentes y de seguir avanzando en ese propósito por la convivencia”, explicó previamente.
El líder del Ejecutivo en funciones, acompañado por la mayoría de miembros de su gabinete pertenecientes al ala socialista y de la presidenta del Congreso, Francina Armengol, reconoció que la tarea de investir un nuevo ejecutivo será “compleja y exigente” y por ello agradeció de antemano a todas las fuerzas con representación parlamentaria “la altura de Estado que están demostrando en su voluntad de negociar y entenderse con el PSOE y con Sumar”.
“Nos une, por ejemplo, la convicción de que España puede crecer con justicia social, de que el diálogo es más eficaz que el enfrentamiento; que cuando hay voluntad, voluntad de entenderse quiero decir, la pluralidad puede significar, además de prosperidad, de avance y de riqueza, algo muy importante: estabilidad”, aseguró en clara alusión a las fuerzas nacionalistas e independentistas.
El PSOE y Sumar ya han dado pasos hacia adelante para avanzar hacia un acuerdo, como la cesión de diputados a Junts y ERC, respectivamente, o las negociaciones para que en el Congreso se puedan hablar las lenguas cooficiales. También estos últimos dieron un voto de confianza al tándem progresista al apoyar la candidatura de la socialista Armengol para presidir la Cámara Baja. Por delante, varias semanas de conversaciones a varias bandas con distintos modus operandi, pero un objetivo común: que la investidura de Sánchez prospere.