El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont ha hablado con total claridad este martes para fijar las condiciones indispensables para que Junts apoye la investidura de un presidente en España (se presupone que la de Pedro Sánchez): amnistía para “abandonar la vía judicial contra el independentismo” y derecho de autodeterminación. Puigdemont ha comparecido desde Bruselas y asegura que es el momento para llegar a “un acuerdo histórico” que no es “contrario a la Constitución”. Se trata solo, según Puigdemont, de “tener voluntad política”. El líder de Junts ha aclarado además que no hay ninguna negociación abierta, pero que la habrá en los próximos días.
En una sala abarrotada, con miembros de la CUP y Esquerra presentes, Puigdemont inició su conferencia solicitando “olvidar la confrontación” y denunciando los “ataques” que el independentismo ha sufrido tanto por parte del PSOE como del PP. Enumeró entonces un primer agravio: dejar a Xavier Trias fuera de la Alcaldía de Barcelona a pesar de haber ganado las elecciones municipales el pasado mes de mayo. Junts es, según Puigdemont, una formación a la que se le ha “arrinconado, menospreciado y atacado sin descanso por parte de los dos grandes partidos españoles”.
El expresidente catalán, prófugo de la Justicia española, reconoció, no obstante, que está dispuesto a olvidar que “Cataluña ha sido tradicionalmente una nación atacada” y empezar una nueva etapa porque los siete diputados de Junts obtenidos tras las generales de julio son indispensables para la gobernabilidad de España. “O hay elecciones o un pacto con nosotros”, matizó, a no ser, señaló Puigdemont, que algunos diputados socialistas abandonen la disciplina del PSOE y apoyen a Feijóo, una posibilidad que también deslizó el líder catalán. “Hoy España tiene un dilema: o repite elecciones o pacta con un partido que mantiene la legitimidad del 1 de octubre y que no renunciará a la unilateralidad como recurso legítimo para hacer valer los derechos del pueblo catalán”.
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Lo que está claro, aseguró Puigdemont, es que “hoy en día no se dan las condiciones” para que Junts se siente a negociar con PSOE y PP. Y eso a pesar de los gestos que se han ido produciendo por parte del Ejecutivo de coalición en funciones en los últimos días para allanar el camino a esa negociación: que Junts y Esquerra tengan grupo propio en el Congreso de los Diputados; la solicitud por parte del Gobierno español al Consejo de la Unión Europea para que se reforme el reglamento lingüístico y que el catalán (junto al euskera y el gallego) se convierta en lengua oficial y de trabajo en el ámbito comunitario; y la reunión que se produjo este lunes entre Yolanda Díaz y Carles Puigdemont, legitimando al líder catalán como interlocutor político.
Junts avisó de que “estamos preparados para una repetición electoral o para una negociación histórica”. Pero para que se llegue a este segundo es necesario que se den unas condiciones previas, “que hoy no se cumplen. No tiene sentido enmarcarse en una negociación”, señaló si no se está dispuesto a llegar a estas condiciones. ¿Cuáles? Las que ya se esperaban: amnistía y autodeterminación.
Puigdemont exige la desjudicialización del ‘procés’. “El 1-O no fue un delito, como tampoco lo fue la declaración de independencia, ni las manifestaciones masivas. Exijo el abandono de la persecución judicial con una ley de amnistía”, señaló. Llegaron entonces nuevos agravios: “El Estado español espía, infiltra y hace montajes contra la independencia catalana”. Puigdemont pidió respeto a la legitimidad histórica del independentismo, “ya que nos consideran la segunda amenaza más importante después del terrorismo yihadista”. Por todo ello, aunque Puigdemont dejó claro que está dispuesto a sentarse a negociar, “no tenemos ninguna confianza en la palabra que nos den”. Por eso solicitó también la creación de una herramienta que legitime y supervise los acuerdos alcanzados, si finalmente se produce cualquier negociación.
Una negociación, insistió, que todavía no está en marcha, pero “que no tardará en llegar”. Puigdemont ha establecido los límites de sus exigencias como “los definidos por los acuerdos y tratados internacionales que se refieren a derechos humanos”. “Ninguna de nuestras exigencias son contrarias a la Constitución. Son condiciones previas que se deben cumplir para evitar elecciones. Y si se dan, trabajaremos para llegar a un acuerdo histórico”. Finalmente, Puigdemont aseguró que es imprescindible y posible también un referéndum de autodeterminación acordado con el Estado español. “No existen impedimentos constitucionales”. El expresidente fugado a Bélgica deja así la puerta abierta a las conversaciones con los dos grandes partidos, en busca de un “acuerdo histórico”. Sabe, no obstante, que con estas condiciones el acuerdo con un PP apoyado por Vox es imposible. Solo queda la vía del PSOE, que es favorable a la amnistía pero no a la independencia.
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“No existe una receta autonómica para resolver los problemas de Cataluña”, ha concluido el expresidente de la Generalitat tras recalcar la falta de ejecución de los Presupuestos Generales en Cataluña o la falta de inversión crónica. “El pueblo catalán tiene el derecho de hacer realidad la decisión que ya tomó en 2017 y solo un referéndum acordado con el Estado puede cambiar ese mandato”, ha asegurado.