El peor Mundial del baloncesto masculino español desde 1994, a la par que el primer gran campeonato sin presencia de la selección en cuartos de final en nada menos que 23 años, ha abocado a La Familia a vivir, en 2024, una situación literalmente de otro tiempo: disputar el Preolímpico en busca del billete para los próximos Juegos Olímpicos. Tanto nos han ‘malacostumbrado’ los chicos de la canasta a los éxitos que la última vez en la que se vieron en una tesitura así fue en 1988.
La posibilidad de quedarse sin acudir a la cita olímpica por primera vez desde Atlanta 1996 no es descartable, con apenas cuatro plazas en juego entre 24 selecciones en julio del año que viene. Sin embargo, la historia está del lado de España, que salió airosa en la inmensa mayoría de las ocasiones en las que tuvo que clasificarse por esta vía.
Los precedentes
El debut en las lides preolímpicas tuvo lugar en 1960, cuando mitos primigenios como Emiliano Rodríguez, Nino Buscató y Alfonso Martínez, entre otros, certificaron, en esta competición, su presencia en los Juegos de Roma. Para conseguirlo, ganaron a China Taipéi (83-55), Sudán (88-40), Surinam (77-54), Bélgica (81-71) y Canadá (60-49). Únicamente la República Checa, entonces Checoslovaquia, pudo con España (52-64), que concluyó tercera en un evento disputado en Bolonia.
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Peor suerte se corrió en 1964, cuando no se obtuvo el pase para los Juegos de Tokio en un Preolímpico que albergó Suiza. Se venció a Holanda (85-80), Luxemburgo (88-58), Inglaterra (97-67), Bulgaria (76-73), Bélgica (82-78) y Alemania del Este (69-67), pero se perdió ante Francia (66-93) y, en un segundo encuentro, los belgas (85-94). Emiliano lideró a un combinado que no prosperó en Ginebra, pero sí en México cuatro años después.
En 1968, en un Preolímpico con sede en Monterrey, España fue primera para poder ser de la partida en los Juegos Olímpicos mexicanos: sus victorias frente a Indonesia (105-69), Uruguay (68-63) y Australia (85-66), por una única derrota a manos de Polonia (82-83), lo permitieron, con un Clifford Luyk estelar.
También se estaría en Múnich 1972, aunque para ello hizo falta superar un Preolímpico dividido en dos fases. La primera fue en Holanda, concretamente en Ámsterdam. Allí se ganó a Inglaterra (96-63), Hungría (96-67), Bulgaria (108-84), Italia (67-66), Francia (90-78), Suecia (93-77) y Holanda (102-79), con derrotas infligidas por los polacos (86-88) y los checos (87-88). De cara a la segunda cita preolímpica, se viajó hasta Alemania. En Augsburgo, España superó a Suecia (77-67), Grecia (88-82), Canadá (94-68), Finlandia (90-71), Bulgaria (67-64) y México (75-69): Polonia, otra vez, resultó el único verdugo (78-82). Wayne Brabender destacó sobremanera en ambos casos: terceros primero y segundos después.
Montreal 1976 no contaría con los españoles, que se quedaron sin plaza en el Preolímpico de Hamilton. En tierras canadienses, el equipo nacional se impuso a Polonia (99-73), Holanda (97-86), Inglaterra (98-79), Bulgaria (115-79), Suecia (91-78) y República Checa (94-89). No obstante, las derrotas encajadas con México (72-73), Yugoslavia (hoy Serbia: 71-96) y Brasil (100-109) pesaron más, con Brabender de nuevo como máximo referente.
Aunque Suiza, en concreto Ginebra, traía malos recuerdos preolímpicos, fue el escenario de la clasificación para Moscú 1980. En esa ocasión, hubo que vencer a Hungría (97-50), Inglaterra (125-63), Polonia (107-81), Finlandia (107-92), Alemania (85-59), Francia (103-100) e Israel (100-89). No importaron los tropiezos con checos (68-70), suecos (86-87) e italianos (79-93), con un tercer puesto final en el que Brabender, una vez más, tuvo mucho que ver.
La primera plata olímpica del baloncesto español, en 1984, empezó a forjarse en el Preolímpico de Francia. Derrotar a Turquía (111-74), Suiza (111-78), Grecia (90-89), Suecia (97-76), Alemania (99-78), Israel (120-97), Inglaterra (102-91) y Francia (117-102) dio el billete. El único partido perdido fue contra la extinta Unión Soviética (92-119), que quedó primera, por delante de España, y ni siquiera estuvo en Los Ángeles, al devolverle el boicot olímpico previo a Estados Unidos. Fernando Martín y Epi eran las estrellas de una plantilla memorable.
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Así llegamos hasta 1988, cuando se entró en los Juegos de Seúl a través de un Preolímpico celebrado en Holanda. España quedó tercera al deshacerse de Inglaterra (98-64), Irlanda (118-62), Suecia (103-97), Holanda (94-68), Francia (90-70), Alemania (106-96) y Grecia (91-84). Italia (90-91) y las intratables URSS (82-129) y Yugoslavia (73-84) superaron a los nuestros, comandados por Andrés Jiménez, en Róterdam.
¿Qué se sabe sobre el Preolímpico de 2024?
Para poder estar en París 2024, los chicos de Scariolo deben ser primeros en el Preolímpico que les toque disputar: cuatro ganadores, cuatro plazas. Entre el próximo 2 y 7 de julio, habrá que acudir a la sede que toque en suerte en busca del objetivo soñado. ¿Contra quién podría jugar España? Camerún, Bahamas, Baréin, Polonia, Croacia, Montenegro, Puerto Rico, Brasil, República Dominicana, Grecia, Georgia, Egipto, Finlandia, Nueva Zelanda, Líbano, Filipinas, México, Angola y Costa de Marfil estarán. También cuatro de estas seis selecciones europeas: Alemania, Eslovenia, Lituania, Italia, Serbia y Letonia.
España podría salir beneficiada en el futuro sorteo por su buen ranking FIBA, que le evitaría coincidir con algunos de los hipotéticos contendientes más potentes. El formato, al menos en el precedente más inmediato, es el siguiente: cuatro grupos de seis subdivididos en dos grupos de tres por torneo, con los dos primeros de cada subgrupo disputando las semifinales y los vencedores de la final de su Preolímpico de turno certificando la presencia en París. Una que costará lo suyo concretar. Palabra de Scariolo: “El Preolímpico va a ser durísimo, va a ser una gesta titánica clasificarse para los Juegos”.