Contra todo pronóstico, cada vez son más los compradores de vivienda que no acuden al banco a pedir una hipoteca: en concreto, seis de cada diez la pagan al contado, según datos del Consejo General del Notariado.
Esta huida de la financiación bancaria se debe a que los futuros propietarios no quieren afrontar el encarecimiento de los préstamos hipotecarios iniciado en julio del año pasado, cuando el Banco Central Europeo emprendió la subida de los tipos de interés, y que colocó en junio el interés medio de las hipotecas en el 3,19%, lo que supuso la cifra más alta desde abril de 2017, según datos del Instituto Nacional de Estadística.
La subida de los intereses, junto al endurecimiento de los requisitos por parte de los bancos para conceder hipotecas, provocó en junio una caída del 21,9% del número de hipotecas constituidas sobre viviendas, hasta alcanzar las 33.478 operaciones, encadenando cinco meses de descensos. También bajó la cuantía media de las hipotecas hasta los 143.796 euros, un 0,7% menor que en mayo.
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¿Quién puede comprarse una vivienda sin hipotecarse?
Aunque adquirir una vivienda sin hipotecarse parece una misión casi imposible, no lo es. En el mercado inmobiliario existen tres perfiles de compradores de vivienda y dos de ellos tienen liquidez suficiente para comprarla al contado.
El perfil más común de comprador es el de un trabajador que para acceder a una vivienda tiene que pedir financiación al banco, apunta Simone Colombelli, director de Hipotecas de iAhorro. El segundo es el de una persona que adquiere un inmueble de poco importe, para lo que no necesita financiarse, si acaso, pide un préstamo personal no muy elevado. El tercer perfil es el de un millonario que puede permitirse adquirir una vivienda cara a tocateja. Colombelli explica que “un 45% de los ciudadanos que compran viviendas en España de más de 500.000 euros las pagan sin hipoteca”.
Según datos de iAhorro, el 38% de las personas que compran viviendas de menos de 100.000 euros, no piden financiación, un 31,50% solicita una hipoteca para asumir el pago de la vivienda y un 29,9% pide un pequeño préstamo personal, aunque pague un poco más que con la hipoteca porque sus tipos de interés son más altos. Esta elección es debida, indica Colombelli, a que “cuando las cantidades son pequeñas y, por tanto, se amortiza el préstamo muy rápido, el comprador asume ese sobrecoste en tipos de interés”.
Cuando el precio supera los 100.000 euros, el volumen de compradores que prefiere pedir un préstamo personal a una hipoteca es mínimo porque les sale más caro. Así, para viviendas de entre 100.000 y 200.000 euros el porcentaje se reduce al 2,5% del total y entre 200.000 y 300.000 euros, al 0,20%; a partir de 300.000 euros es del 0%.
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Las viviendas más caras se pagan en ‘cash’
Un hecho a destacar es que cuanto más sube el precio de la vivienda más aumenta el pago al contado. Según datos del comparador de hipotecas iAhorro, el 6,9% de los compradores de una casa cuyo precio oscila entre 100.000 y 200.000 euros no pide financiación, porcentaje que alcanza el 44.4% entre los que compran una vivienda cuyo precio supera los 500.000 euros. Esto se explica, a juicio de Colombelli, porque los más adinerados “no necesitan pedirle el dinero a un banco para poder pagar una vivienda”.
La mayor parte de estas vivienda están destinadas a residencia habitual, concretamente el 71,2%, según datos de iAhorro, mientras que un 18,3% compra el inmueble para destinarlo a segunda residencia y el 10,5% restante tiene la intención de utilizarlo como inversión para su venta posterior o para alquilarla.