La España de Scariolo, un seguro de vida en la cuerda floja: los precedentes para ser optimistas contra Canadá

Con el técnico italiano al mando, la selección española de baloncesto se ha acostumbrado a superar momentos muy comprometidos en las primeras fases de los campeonatos. El de este domingo podría ser uno más que añadir a la lista

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Sergio Scariolo reflexiona durante un entrenamiento con España (FEB)
Sergio Scariolo reflexiona durante un entrenamiento con España (FEB)

La selección española de baloncesto se la juega en el Mundial este domingo. Como si de una eliminatoria de octavos de final se tratase, el partido contra Canadá (15:30 horas, La 1 y RTVE Play) debe resolverse de manera favorable para seguir adelante en el torneo. Los resultados previos llevan a que a ninguno de los dos equipos les valga otra cosa que no sea la victoria. Un desafío mayúsculo, para seguir con la tradición de las primeras fases con suspense que suelen caracterizar al equipo nacional desde que Sergio Scariolo es su entrenador.

Las eliminatorias son el hábitat en el que los integrantes de La Familia acostumbran a desenvolverse con mayor soltura. Antes de afrontarlas, lo más normal, en los últimos años, es que se produzcan una o varias derrotas en las fases previas. El tropiezo contra Letonia en el arranque de la presente segunda fase mundialista (69-74) confirmó una regla no escrita desde la llegada de Scariolo: las curas de humildad en los primeros compases suelen llevar a resurgir después y, en una gran mayoría de ocasiones, acabar triunfando en el campeonato de turno.

Es imposible pronosticar qué sucederá en esta ocasión. Lo que sí se puede hacer es agarrarse a los numerosos precedentes en los que los chicos de la canasta dieron la talla cuando irse a casa era una posibilidad muy real.

Piña de España en el entrenamiento previo a medirse a Canadá (FEB)
Piña de España en el entrenamiento previo a medirse a Canadá (FEB)

2009-2012

Nada más empezar a ser seleccionador nacional, a Scariolo le tocó bailar con la más fea en el arranque del Eurobasket de 2009. Una derrota contra Serbia en el debut (57-66) no fue nada en comparación con el sufrimiento extremo del partido siguiente frente a Gran Bretaña: la eliminación continental sobrevoló el ambiente. Sin embargo, se acabó venciendo a los británicos (84-76) y, aun perdiendo también contra Turquía nada más iniciarse la segunda fase (63-60), conquistando el primer oro europeo de nuestra historia.

La táctica del ave fénix no llegó a tan buen puerto en el Mundial de 2010, puesto que Serbia eliminó a España en cuartos de final con el célebre triple fatal de Teodosic. Aun así, la selección se recompuso tras perder contra Francia (66-72) y Lituania (76-73) en el grupo, metiéndose entre los ocho mejores. La historia de empezar mal y terminar en lo más alto se repitió en otro Europeo, el de 2011. Entonces, se perdió contra Turquía (65-57), otra vez en primera fase. Algo anecdótico si tenemos en cuenta la posterior consecución del título.

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Los Juegos Olímpicos de Londres 2012, en los que se consiguió la plata, tampoco estuvieron exentos de zozobra. Tras salvar otro duelo de infarto con Gran Bretaña de por medio, no se pudo con Rusia en la fase preliminar (74-77), al contrario de lo que sucedería en semifinales. En el partido siguiente, Brasil también venció a España (88-82), en una de las derrotas más polémicas, a la par que útiles, de nuestra época dorada baloncestística: perder supuso evitar a Estados Unidos hasta la final.

El capitán Rudy Fernández anima en un entrenamiento del Mundial (FEB)
El capitán Rudy Fernández anima en un entrenamiento del Mundial (FEB)

De 2015 hasta la actualidad

La segunda etapa de Scariolo empezó como la primera: con muchas dudas iniciales. En el Eurobasket de 2015, se cayó ante Serbia (70-80) e Italia (98-105) antes de superar el resto de adversidades y sumar un tercer entorchado en el Viejo Continente. Los Juegos Olímpicos de Río 2016, saldados con un bronce, también tuvieron la dosis habitual de derrotas comprometedoras: Croacia (72-70) y un verdugo recurrente, Brasil (65-66), pusieron entre la espada y la pared a España. Sólo USA, en semifinales, pudo con ellos a partir de entonces.

El Eurobasket de 2017, en el que se logró un nuevo bronce, no tuvo sobresaltos que complicasen las cosas en los primeros días de evento: el único mal día fue en semifinales, con una Eslovenia después campeona al otro lado de la cancha. Dos años después, llegaría el Mundial de 2019, en el que España terminaría invicta (se pudo con Italia y Serbia durante la segunda fase). En los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 (celebrados en 2021), caer una vez más a manos eslovenas (87-95), en el cierre del grupo, abocó a verse con los estadounidenses en cuartos y quedarse sin medalla.

Como las buenas costumbres hay que mantenerlas, el Eurobasket de 2022 que volvió a terminar con final feliz en términos españoles, por cuarta ocasión, tuvo su día para olvidar de rigor. En ese caso, fue Bélgica (73-83) la que puso todo en tela de juicio. Pero se ahuyentó a los fantasmas, como se desea que ocurra un año después a raíz del escarmiento de Letonia en Yakarta.

Parra, Brizuela y Aldama, en un entrenamiento con España (FEB)
Parra, Brizuela y Aldama, en un entrenamiento con España (FEB)

Enfrente, uno de los combinados más peligrosos de esta Copa del Mundo, cuyos miembros tienen igualmente herido el orgullo por culpa de los brasileños. Nadie dice que vaya a ser fácil, pero dista mucho de resultar imposible: la película de dar un golpe sobre la mesa cuando se está en la cuerda floja ya la hemos visto antes con la España de Scariolo.

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