Una cosa es dialogar y otra cosa es acordar. Así es como el PP reduce sus contactos con Junts a un mero trámite, que sumado al rechazo firme del PNV, se traduce en unas posibilidades nulas de que Feijóo salga investido presidente del Gobierno a finales de este mes. De esta forma, el PP acepta su destino: unos 172 apoyos insuficientes para que la investidura de su líder salga adelante. “Gobernar implica renunciar a poner la nación al servicio de una persona, eso es lo que ofrecemos a los españoles y, aunque eso nos cueste recibir un ‘no’, os puedo asegurar que ese ‘no’ se recibe con absoluta dignidad, confianza y determinación”, presagió Feijóo este jueves en un acto del partido presidido por Isabel Díaz Ayuso, el PP de Madrid.
“En política lo importante no es el puesto que se tenga, sino lo que defiendes, lo que valores. No es ser presidente del Gobierno después de perder, sino después de ganar, servir a tu país en el lugar que te toque, sea o no razonable. Eso es lo importante, lo importante es defender España”, remarcó Feijóo en su discurso.
Hace escasos días, el PP dio un volantazo a su estrategia política de cara a la investidura con el fin de no quemar todos los cartuchos cuando aún quedaba más de un mes para la sesión en el Congreso. Dirigentes del partido aseguraron que la tradición y la legalidad de la formación de Carles Puigdemont no estaban en duda, por lo que hablarían con ellos dentro del marco constitucional. Esto no gustó a todos los sectores del partido, de hecho, provocó un malestar que el PP catalán hizo público. El presidente del partido autonómico, Alejandro Fernández, dijo abiertamente que Junts era su rival y rechazó el diálogo con la formación. Una posición a la que, desde el principio, Génova le restó importancia y lo redujo a una opinión de tantas.
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Y es que no le conviene al PP tirar mucho de ese hilo y, de hecho, ya ha dejado de hacerlo. Ahora dicen que no se plegarán a los privilegios de unos pocos a costa de los restantes y, en ese sentido, Feijóo admite que es probable que esto le arrebate la presidencia, aunque lo cierto es que nunca hubo indicios de que el PP rozase esos 4 apoyos necesarios para llegar a los 176 de la mayoría absoluta. “Hay líneas rojas, y a los que están fuera de la Constitución los vamos a escuchar, pero evidentemente los acuerdos serán imposibles porque pensamos de forma distinta”, admitió este jueves el coordinador general, Elías Bendodo.
Pero el relato es importante, y el del PP ya no va dirigido al 26 y 27 de septiembre, sino a lo que pasará a partir de ese momento. La dignidad, la igualdad entre los españoles y las “prioridades de las familias”, son el nuevo caballo de batalla de Feijóo en la siguiente pantalla a la investidura: la oposición o la repetición electoral. Por eso, no quiere adquirir “deudas” en estos momentos, sino centrarse en los 8 millones de españoles que le han votado y en el resto de ciudadanos que comparten “los valores constitucionales”.
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“No vamos a llegar (a la presidencia) por atajos a costa de la igualdad de los españoles, sino a través de principios que compartimos la mayoría de los españoles”, sentenció Feijóo. También hizo alusión a los territorios, asegurando que defenderá los intereses de los madrileños, de los gallegos, de los andaluces, de los vascos o de los catalanes, que quieren “progresar y no romper” y que quieren que se les tenga en consideración a todos y “no a los independentistas”. De esta forma, desechó cualquier posibilidad de pactar con los partidos nacionalistas e independentistas, que en el caso de sentarse con el PP para negociar su investidura, la lógica dice que pondrían sobre la mesa sus intereses territoriales.
Así, el PP constata que los acuerdos con Junts son “imposibles” y, aunque se sienten con ellos, serán rechazados si el planteamiento es el esperado. “La igualdad es la bandera del PP ahora y siempre”, fijó el presidente del partido.
El PP aprovecha el ‘no’ a su propuesta para cargar contra Sánchez
Feijóo también ha aprovechado el rechazo de Pedro Sánchez a su propuesta de gobernar dos años con el compromiso de convocar elecciones pasado ese tiempo. De hecho, el líder del PP ha afirmado que el PSOE ha dejado de ser un partido de Estado, y ha criticado que no asimile que los que han perdido las elecciones son ellos y no el PP.
Con ese rechazo, y tras haber asimilado que no cuenta con el apoyo ni del PNV ni de Junts a su investidura, Feijóo le da una vuelta a su estrategia y utiliza esto como arma arrojadiza. Critica que Sánchez pretenda que el 94% de los españoles dependan de un 6% de independentistas, por lo que la “misión” y la “responsabilidad” del PP será exponer una alternativa al “bloque” y al “desgobierno de la desigualdad”. De cara al futuro, advierte: “Cuando el gobierno es débil, los independentistas son más fuertes que nunca” y, ante ello, hay una alternativa al “chantaje” porque “resistir no es gobernar”.
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