El gasto público en pensiones ha vuelto a tocar techo este mes de agosto. La Seguridad Social ha regado con 12.039 millones de euros los bolsillos de más de nueve millones de beneficiarios. En concreto, la partida supone un incremento del 10,9% respecto al mismo período del año pasado. Lo cierto es que durante los últimos meses la tendencia no ha dejado de crecer y se prevé que los subsidios sigan la misma tónica en 2024. El grupo que más dinero recibe es el de los jubilados, que se quedan con tres cuartas partes del presupuesto total.
La pensión media de jubilación ha alcanzado en agosto los 1.375,68 euros, registrando una subida de casi 60 céntimos respecto al mes anterior. Mientras tanto, el subsidio por incapacidad permanente ha superado los 1.118,40 euros y la prestación por viudedad ha escalado hasta los 852,44. Todas las pensiones de carácter contributivo han sufrido un ligero impulso en 2023, no obstante, todavía son muchos los hogares que tienen dificultades para llegar a final de mes.
La cuantía que cobran los pensionistas depende fundamentalmente de tres factores: la edad, los años cotizados y la base reguladora de su salario. Los trabajadores, cuando abandonan el mercado laboral y solicitan el correspondiente subsidio, tienen que reparar en estos tres condicionantes. La fórmula es bien sencilla: las personas que hayan cotizado más tiempo, tendrán derecho a una prestación más elevada. Sin embargo, los ciudadanos tienen otras alternativas para ensanchar su retribución y pueden reclamar una serie de complementos. Estas son las opciones que tienen los beneficiarios para recibir más dinero a final de mes.
Los complementos para hinchar la pensión
La Seguridad Social contempla una serie de añadidos para ensanchar la cuantía de las pensiones que no alcanzan el mínimo establecido. Los complementos son más elevados cuando los receptores viven con una pareja económicamente dependiente. La primera de las opciones que baraja el sistema es el complemento por cónyuge a cargo, un extra que entra en el tablero de juego cuando el titular del subsidio convive con su consorte. Se considera que existe dependencia financiera cuando el núcleo familiar no supera los 10.048 euros anuales en rentas y también cuando uno de los miembros de la pareja no recibe ningún tipo de prestación.
El segundo de los complementos se dirige a los pensionistas con cónyuges a no cargo, es decir, aquellos que conviven con su pareja, pero sin que uno de los miembros dependa económicamente del otro. Si los ingresos del hogar están por debajo de las cuantías mínimas, los beneficiarios pueden solicitar este suplemento. Por último, está el complemento para los contribuyentes que integran una unidad económica unipersonal, es decir, las personas sin cónyuge ni cargas familiares que reciben una asignación inferior al mínimo establecido.
La pensión de viudedad
Además, los beneficiarios de una pensión de viudedad pueden solicitar un cuarto complemento cuando tienen responsabilidades familiares a su cargo, es decir, hijos menores de 26 años o mayores de esta edad con discapacidad. En estos casos, para cobrar el suplemento, la renta del núcleo familiar dividida por el número de miembros que lo componen no puede superar el 75% del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Los ingresos por capital y las prestaciones también computan para determinar el derecho o no a este complemento.
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