Las administraciones públicas han disparado las subvenciones a las empresas en los últimos años a raíz de la crisis económica que inició la pandemia en 2020. Según la información publicada en el portal de subvenciones, las ayudas públicas de más de 100.000 euros a empresas ascendieron a un total de 7.872 millones en 2022, un 113% más que en 2019, aunque ya tienen una tendencia descendente después de que alcanzaran el máximo en 2021 (8.450 millones).
En este contexto, las empresas de mayor envergadura del país, las que cotizan en el Ibex 35, captaron 192,38 millones en 2022, una cifra notablemente inferior a la del año anterior, 582,14 millones. Además, el 43,19% de las subvenciones del pasado año se han concedido con convocatorias de los fondos europeos Next Generation. Esta es la primera vez que el Ministerio de Hacienda especifica qué parte de las ayudas públicas se nutren de dicho fondo.
Según la información consultada en el portal de subvenciones, 25 empresas del Ibex recibieron en el último año algún tipo de ayuda por parte de alguna administración, ya fuera a través de las empresas principales o de otras dependientes de la matriz. La que más ayudas se embolsó en 2022 es Telefónica de España: un total de 46,86 millones de euros, de los cuales el 93,65% proceden de los fondos Next Generation. Telefónica, que se terminó de privatizar en 1999, ha estado los últimos años entre las empresas que más ayudas públicas reciben.
En concreto, las subvenciones otorgadas por el Estado a Telefónica en 2022 por un valor de más de 41 millones de euros tienen la finalidad de que la empresa extienda las infraestructuras digitales de banda ancha a todo el territorio español, especialmente a las zonas despobladas, y se enmarcan en los fondos de recuperación. A esto se suman subvenciones menores de los gobiernos regionales de Aragón, Galicia y Castilla-La Mancha con finalidades muy parecidas.
Detrás de Telefónica se sitúan ArcelorMittal España, con 23,82 millones, y Repsol Petróleo, con 13,07 millones, que proceden prácticamente de las mismas convocatorias de ayudas públicas. En ambos casos, las mayores cuantías (19,62 millones y 10,56 millones, respectivamente) provienen del Estado y son subvenciones a fondo perdido por el mecanismo de compensación de costes de emisiones indirectas de CO2. Estas ayudas tienen la finalidad de inyectar dinero público a los sectores industriales a los que se considera expuestos a un “riesgo significativo de fuga de carbono”. Dentro del Ibex, también las reciben otras empresas, como Acerinox.
Según reconoció la Comisión Europea en la comunicación sobre el Pacto Verde Europeo de diciembre de 2019, “mientras muchos de los socios internacionales no compartan las mismas aspiraciones de la UE, existe un riesgo de fuga de carbono”. La Comisión anticipó dos escenarios: que la producción de ciertas industrias europeas “se traslade a otros países menos ambiciosos en lo referente a la reducción de las emisiones” o que “los productos de la UE sean sustituidos por productos importados que emitan más carbono”. Para evitar esto, que provocaría que no hubiera una reducción de las emisiones mundiales y la desindustrialización de Europa, se subvenciona a ciertas empresas europeas a cambio de que no se ‘fuguen’ y hagan la transición energética.
Por último, cabe destacar las subvenciones del Estado a ciertos bancos para financiar el tipo de interés de los créditos destinados a la construcción de buques, según lo aprobado en el marco de la OCDE. Sabadell recibió 12,89 millones en 2022; Bankinter 10,8 millones y CaixaBank 2,54 millones por este motivo.
Rescates millonarios de la SEPI
Las empresas del Ibex no destacan especialmente por recibir grandes cantidades de ayudas públicas en comparación con otras sociedades. De hecho, hay tres empresas que han obtenido más por separado en 2022 que todo el Ibex: Barna Steel (346,32 millones); Técnicas Reunidas (207,51) y Volotea (200,01). Estas cantidades corresponden mayoritariamente a préstamos con la SEPI, por lo que no son subvenciones a fondo perdido, pero sí tienen la consideración de ayudas equivalentes según las normas de la Comisión Europea que definen las ayudas de estado.
Las tres empresas beben, mayoritariamente, del fondo de apoyo a la solvencia de empresas estratégicas creado para las que atravesaran dificultades temporales como consecuencia de la pandemia. Barna Steel, la sociedad dominante del Grupo Celsa que se dedica a la producción de acero, obtuvo dos préstamos en junio de 2022 por un valor total de 346,09 millones.
Técnicas Reunidas, especializada en ingeniería y construcción de infraestructuras para el sector petrolífero y gasista, también obtuvo dos préstamos en febrero que suman 204,39 millones. La aerolínea Volotea logró un préstamo en julio de 2020 (2,5 millones) y otro en junio de 2022 (200 millones). El fondo gestionado por la SEPI se clausuró en julio de 2022 tras aprobar 30 operaciones por 3.256 millones de euros.
Las administraciones públicas ya reciben más ayudas que las empresas
Pese a que los casos más conocidos son los de las ayudas a las grandes empresas, las subvenciones han recaído más en las propias administraciones públicas por el reparto de los fondos Next Generation. Según los datos agregados publicados por el Ministerio de Hacienda en julio, las personas jurídicas que no desarrollan actividad económica recibieron el 41,39% de las subvenciones públicas de 2022, 20.083 millones de un total de 48.520.
Le siguen las pymes y personas físicas que desarrollan actividades económicas con 16.111 millones (33,2%). En último lugar se sitúan las grandes empresas con el 10,07% y 4.888 millones de euros. Atendiendo solo a las concesiones con financiación del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia en 2022, el 61,15% lo recibieron las personas jurídicas que no desarrollan actividades económicas, fundamentalmente administraciones públicas. En 2020 y 2021, con los fondos Next Generation poco implantados, las empresas eran las principales beneficiarias.
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