La Guardia Civil, en colaboración con Europol, ha decomisado en España 18 toneladas de anguila europea que iban a ser vendidas ilegalmente en el mercado asiático. La anguila es una especie protegida que no se puede comercializar fuera de la Unión Europa. La operación ha acabado con 30 detenidos que pensaban obtener unos 20 millones de euros por la comercialización de estos peces en el mercado negro. Las que estaban lista para ser transportadas fuera de nuestro país incumplían los requisitos sanitarios mínimos.
Esta operación se enmarca dentro de un proyecto europeo (en el que participan 32 países) que, según destaca la Guardia Civil en un comunicado, ha concluido “en una campaña histórica a nivel de incautaciones y detenciones, alcanzando un balance global de 25 toneladas de anguila incautada y 256 detenidos”. La mayoría de las aprehensiones se han realizado en nuestro país.
De hecho, España ha realizado cerca de 1.000 controles e inspecciones en puertos, aeropuertos y vías de comunicación para controlar el tráfico ilegal de esta especie. En esta ocasión las detenciones se han llevado a cabo en Asturias y San Sebastián con ramificaciones en Portugal y Francia. A los arrestados se les imputan delitos de tráfico de especies, contrabando, falsedad documental y contra la salud pública. En mayo, la Benemérita concluyó otra gran operación (27 detenidos en España, Francia, Bélgica y Polonia) y decomisó otras 1,5 toneladas.
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Entre los modus operandi detectados, cabe destacar el empleo de empresas legalmente establecidas para el comercio de anguila europea que aprovechan su entramado para introducir además en el mercado angula de procedencia ilícita, capturada tanto en territorio nacional como en países limítrofes. “La legislación es clara. Una vez que se pesca la anguila, debe ir a la lonja, al circuito legal de venta, y de ahí a pescaderías y restaurantes. Como la anguila no cría en cautividad, el objetivo es su venta legal dentro de la UE. Fuera de las fronteras europeas, su comercialización no es legal”, explica un portavoz del Seprona a Infobae España.
Lo que pasa es que la anguila europea es muy demandada en otros mercados debido a los grandes beneficios económicos que conlleva, pudiendo alcanzar hasta los 9.000 euros por kilogramo. Los mejores clientes proceden den mercado del sudeste asiático. Las anguilas están en piscifactorías hasta que pueden ser transportadas. ¿Cómo? En equipajes personales, “empleando para ello maletas acondicionadas para su transporte con bolsas inyectadas de oxígeno, para garantizar su supervivencia hasta 42 horas”.
Luego hay empresas pantalla constituidas expresamente para la exportación de angula hacia Asia, que camuflaban las exportaciones entre otros productos refrigerados. Hay que incidir, señalan desde el Seprona, que actualmente se encuentra establecida una “cuota cero” de exportación hacia terceros países desde la Unión Europea, lo que conlleva que se encuentre totalmente prohibida su exportación al exterior.
La colaboración entre los diferentes países de Europa, entre los que destacan España, Portugal y Francia, supone una pieza clave en la lucha contra las organizaciones criminales que desarrollan esta actividad delictiva. Además, el empleo de empresas legales para ocultar el tráfico ilícito dificulta notablemente la investigación, dado que la estructura de transporte, almacenamiento y venta se utiliza para blanquear grandes cantidades de angula de origen plenamente ilegal.
Especie amenazada
Por su parte, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) colabora en el mantenimiento, traslado y posterior devolución al medio natural de las angulas incautadas, que han sido liberadas en diferentes puntos del territorio nacional como Asturias, Cantabria, Tarragona, Castellón o Cádiz. De esta forma, se consigue uno de los objetivos más difíciles en la lucha contra el tráfico de especies, que es la total reintroducción en el medio de los especímenes intervenidos.
No hay que olvidar que la anguila europea es una especie autóctona muy amenazada. En este marco, la pesca y comercialización de la especie de manera ilegal contribuye notablemente al deterioro de sus poblaciones, “por lo que la eficaz lucha contra este tráfico y la coordinación entre los países europeos constituyen una pieza fundamental para su conservación”, destacan desde el ministerio del Interior.
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