Narraba Roberto Bolaño un total de 119 feminicidios en su novela 2666. Tantos crímenes llevaban a buscar un asesino en serie, un depredador, un misógino, porque es menos doloroso pensar que hay un hombre que mata de forma masiva antes que aceptar que el sistema ha normalizado que una mujer muera a manos de un novio, de un amante, de un marido, de un compañero de trabajo.
La escritora Cristina Fallarás, imbuida por las palabras de Luis Rubiales, por la victoria de Jennifer Hermoso, por quienes minimizan el consentimiento, ha utilizado desde hace unos días su cuenta de Instagram como altavoz de casos de violencia machista. Cualquiera que entre en su perfil podrá encontrar más de cien publicaciones, cien mujeres que relatan sus casos y juntos forman un significado propio: que no es Rubiales, es el sistema. Si se han publicado un centenar, Fallarás dice tener almacenados más de 700 mensajes, todos ellos recibidos en pocas horas.
“Todas hemos visto en Rubiales a nuestro jefe”, cuenta Cristina Fallarás a Infobae España. La columnista en medios como diario Público reconoce construir con todos los relatos “una memoria colectiva” que gana cualquier discusión ante los negacionistas de la violencia machista. Las historias no tienen nombre, no apuntan contra personas concretas, no buscan más que dar corriente a un circuito de empatía y redención que sane heridas. “Más de la mitad de las narraciones son narraciones de agresiones sexuales sufridas cuando tenían menos de 12 años. Las mujeres narran en mi muro agresiones sexuales en la infancia”, asegura la escritora.
Te puede interesar: La UNESCO da un ultimátum y amenaza oficialmente con incluir Doñaña en la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro
“Todas tenemos —relata Fallarás— el abuso de pequeñas, el abuso de adolescencia, el abuso borrachas, el abuso del marido, el abuso del novio..., y ninguna mujer te dirá que vaya sorpresa. Ni mi madre, de ultraderecha, ni mi hija con 14 años, se sorprenden de ninguno de los relatos que cuelgo”. Escribía Despentes que “no todos cazan, pero al cazador todos lo dejan pasar”, una idea que Fallarás traduce al momento actual: “Déjate de Rubiales, esto pasa todo el rato”.
Fallarás ya lanzó entre 2017 y 2018 por Twitter la campaña #Cuéntalo, que sirvió para que muchas mujeres dieran rienda suelta a sus agresiones sexuales. Fue un despertar del que, por suerte, la escritora ahora comprueba una evolución: “Hay una especie de resarcimiento en el tono, de restitución y de un sentimiento común. No hay soledad, que son cosas que sí sentía antes. Ahora no habla la víctima, habla la que ha ganado”.
Otro de los cambios, otro de los avances, también se puede comprobar en los centenares de mensajes recibidos por Fallarás: “Decía Rubiales que qué pensarán de esto las verdaderas víctimas. Pues es que ya no hay agrediditas. Ya hay un sentimiento que desde un jefe que te echa el aliento ya es una agresión. Ya no hay agredidas de primera y de segunda”, arguye la autora de Honrarás a tu padre y a tu madre.
Rubiales fue inhabilitado por la FIFA y la cuenta de Instagram de Fallarás fue bloqueada durante varias horas sin que la escritora supiera el motivo. Más de 100 publicaciones en menos de 24 horas, con palabras prohibidas por la aplicación y con el uso de hashtags revolucionarios, han podido ser el motivo principal. “Ya tengo de nuevo otro ciento y pico mensajes”, recopila Fallarás tras recuperar la actividad de la cuenta. El goteo nunca acaba.
Seguir leyendo: