Las estafas online están al orden del día. Los expertos en este tipo de acciones fraudulentas utilizan medios cada vez más sofisticados para llegar al saldo bancario de sus víctimas. En Estados Unidos, 70 millones de personas aseguran haber sufrido algún tipo de timo telefónico o por Internet solo en 2022. Las redes sociales se han convertido en la excusa perfecta para forjar vínculos ficticios y engañar a los usuarios menos perspicaces. Los delitos de estafa llevan años circulando por la red y parecen haber encontrado un nuevo modus operandi: las herencias falsas.
Todo el mundo conoce algún caso de una supuesta madre que necesita dinero urgente y se lo pide por teléfono a su hijo. Las ofertas de trabajo falsas también son otra de las excusas que más utilizan los estafadores. Los delitos de estafa se producen cuando una o varias personas engañan a otra para que cometa un error y realice un acto económico perjudicial para sí mismo o para un tercero. El objetivo de los ladrones no es otro que lucrarse a costa de sus víctimas.
La última triquiñuela de los estafadores pasa por el controvertido mundo de las herencias. La operación es de lo más sencillo y consiste en buscar herederos por Internet. Los medios más habituales son el correo electrónico y las redes sociales, aunque también se utilizan otras vías, como los mensajes de texto por teléfono. Las potenciales víctimas, aunque no existe un perfil delimitado, son las personas mayores y las mujeres de más de 50 años. En cualquier caso, los afectados, ante un mensaje sospechoso, deben acudir a la Policía y presentar una denuncia.
La estafa de buscar herederos por Internet
La búsqueda de herederos por Internet sigue un procedimiento bastante lineal y fácil de comprender. La víctima suele recibir un mensaje de una persona desconocida, que dice padecer una enfermedad terminal y da detalles de su pronóstico. El paciente, normalmente, no tiene familia y tampoco descendientes directos, por lo que utiliza su presunta soledad para sacar el tema de la herencia. Los estafadores presumen de una cuantiosa suma de dinero y se inventan que la fortuna no tiene propietario, por lo que buscan a alguien que sea digno de su confianza para dejar los billetes en buenas manos.
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Nada más lejos de la realidad. En cuanto la persona que recibe el mensaje envía algún tipo de respuesta, los ladrones empiezan a pedirle todo tipo de datos, entre ellos su identificación personal, imprescindible para dejarle la supuesta herencia. Los expertos recomiendan no dar ninguna información, ni siquiera este documento, puesto que puede servir a los estafadores para suplantar tu identidad y contratar servicios a tu nombre. En ocasiones, los autores del timo también piden los datos bancarios de su potencial víctima.
El delito de estafa está contemplado en los artículos 248 y siguientes del Código Penal y es uno de los más frecuentes en el ámbito de las herencias. Estas actuaciones conllevan pena de prisión para los estafadores, que pueden ser más o menos elevadas en función de la gravedad de los hechos. Los ciudadanos deben recordar que es importante no facilitar ningún dato personal y pueden denunciar los hechos en la Policía Nacional, la Guardia Civil o el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE).
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