Mo Katir, el atleta apodado el “monje de Sierra Nevada” que llegó a España en patera

El atleta español, de origen marroquí, escribe poesías en sus ratos libres desde lo alto de la cordillera andaluza, donde se somete a intensas sesiones de entrenamiento que le han llevado al subcampeonato mundial en los 5.000 metros

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El atleta español, originario de marruecos, era desconocido antes de la pandemia. Al salir del confinamiento, se pasó todo el año entrenando en el CAR de Sierra Nevada. Allí, además, aprovecha para desconectar y escribir poesía

El atletismo español refleja la situación actual que atraviesa el planeta. Las migraciones, la diversidad de un mundo sin fronteras, la herencia del colonialismo y la globalización, han provocado que Mo Katir, originario de Marruecos, defienda los colores españolas en cada competición. La última tuvo lugar en Budapest, donde se está disputando el Mundial de atletismo. Suele decirse que los grandes campeones de la historia resurgen después de una amarga derrota. Mohamed Katir hizo realidad el intangible. Aprovechó su eliminación en las semifinales del 1.500 para pasar del infierno al cielo.

Logró el mayor éxito de su carrera deportiva tras cruzar la línea de meta en segundo lugar. Se proclamó subcampeón del mundo de 5.000 y se quedó a la orilla de bañarse en oro. Se lo arrebató Jakob Ingebrigtsen, con el que mantuvo un antológico mano a mano en la recta final que se llevó el noruego por 14 centésimas. Un formidable final que no se correspondió con la reacción del campeón, incapaz de saludar a Katir tras finalizar la carrera. Un gesto más de prepotencia de un atleta tan engreído como sobresaliente sobre el asfalto.

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Sierra Nevada, su fortín

“Me he sentido muy fuerte, pero he perdido. Para ganar ese tío tienes que dar lo máximo de ti. Es el mejor atleta de la actualidad”, afirmó Katir, emocionado por el triunfo. No es para menos, su ascensión hasta el podio de Budapest ha sido fulgurante. Nacido en Marruecos, llegó a España en patera, y se instaló en Mula, Murcia, donde se ha desarrollado el cuerpo más privilegiado para el medio fondo de la actualidad nacional.

Antes de la pandemia, en 2020, era prácticamente un desconocido del atletismo español. El plusmarquista cambió su mentalidad durante el confinamiento. Salió de él rejuvenecido tanto física como mentalmente. Se pasó todo el año entrenando en el Centro de Alto Rendimiento de Sierra Nevada, realizando sesiones con diferentes altitudes, temperaturas y condiciones climatológicas.

Mo Katir celebra su medalla de plata en el Mundial de Budapest  (REUTERS).
Mo Katir celebra su medalla de plata en el Mundial de Budapest (REUTERS).

Cada prueba en la que competía, su rendimiento mejoraba por momentos. Durante sus retiros en Sierra Nevada, Katir tan solo tiene dos preocupaciones: entrenar y descansar. Allí, en lo alto de la cordillera andaluza, se somete a tremebundas sesiones físicas y también aprovecha para desconectar y dar rienda suelta a su otra pasión: la poesía. “Parte de mi energía la gasto escribiendo versos, haciendo un esfuerzo para llevar a casa el almuerzo y seguir bregándola en este mundo tan perverso”, afirma el atleta. Por ello, Miguel Mostaza, su representante, le apoda el ‘Monje de Sierra Nevada’.

“Me hubiera gustado que un atleta español hubiera batido mi récord”

El trayecto de Katir hasta la gloria también ha estado marcado por la polémica. Sus apellidos y ascendencia marroquí, desencadenaron el altercado racista. Hace dos años batió tres récords en un mes, el último, en los 3.000 metros pertenecía a un Isaac Viciosa que cargó contra él. “Me hubiera gustado que mi récord lo hubiera batido un atleta con apellidos castellanos”. A lo que Katir, respondió enorgulleciéndose de sus raíces. “Para quien no sepa de quién es mi apellido, es de un gran señor de origen marroquí, mi gran motivación y un ejemplo a seguir: mi abuelo Mailud Katir”.

Más tarde, Viciosa se disculpó. “Me gustaría transmitir que lo primero que hice tras la entrevista fue enviar un mensaje a Mo Katir pidiéndole disculpas por mis declaraciones y por lo que le haya podido sentar mal. En mi familia se vive con total naturalidad el fenómeno de las migraciones de personas”. Disculpas aparte, el bochornoso incidente no fue a mayores. Katir sigue redactando versos desde lo alto de Sierra Nevada a la misma velocidad que escribe su nombre con letras de plata, que pronto serán doradas, en el atletismo español.

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