El baloncesto español puede y debe estar muy orgulloso de su capacidad incesante de reciclaje. Son muchos años ya de éxitos, pero también de cantera inagotable. Que la canasta nacional es un hábito natural para el talento ha vuelto a quedar demostrado en las dos primeras jornadas del presente Mundial. Lo que viene por detrás tiene muy buena pinta, pero es que la materia prima juvenil que ya ha llegado a la absoluta no se queda atrás. Al contrario: los representantes de la Generación Z (los nacidos entre 1997 y 2012) con los que cuenta La Familia ahora mismo son los grandes protagonistas de lo que va de torneo en términos españoles.
19, 21 y 22 años. Entre estas edades se mueve el estrellato de la vigente campeona del mundo y de Europa en estos momentos. Son las que corresponden a Juan Núñez, Usman Garuba y Santi Aldama, respectivamente. Juventud divino tesoro la suya: cualquiera diría que no son ya veteranos en su condición de internacionales. El partido contra Brasil, en el que se selló la clasificación para la segunda fase, fue una muestra excepcional de lo mucho que pueden ofrecer tanto el base como ambos interiores en el presente más inmediato, sin esperas que valgan.
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Ricky Rubio tiene sustituto
No se esperaba a Juan Núñez este verano. Al menos, no para ser de la partida en tierras asiáticas. Sí en algún momento de la concentración premundialista, para seguir metiéndose selección en vena. Sin embargo, la baja repentina de Ricky Rubio llevó a cambiar de planes. Unos que Sergio Scariolo siempre tuvo más claros que nadie: el ex del Real Madrid, ahora estelar y campeón de Alemania con el Ulm, iba a ser el sustituto de todo un MVP de la Copa del Mundo por lo civil o por lo criminal.
La declaración de intenciones de poner al madrileño a dirigir las operaciones españolas desde el primer partido de la gira de amistosos no tuvo nada que ver con las probaturas. El técnico italiano mandó un mensaje que poco a poco fue ganando nitidez: la titularidad en el puesto de base iba a corresponderle a Núñez. Visto lo visto, y a pesar del escepticismo que despertó en algunos su convocatoria (es de 2004, no lo olvidemos), con todas las de la ley.
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La presentación en sociedad en un gran evento de selecciones del ya conocido con el apelativo de ‘Harry Potter’ (por magia baloncestística, pero también por notable parecido físico) no ha podido ser mejor hasta la fecha. Menos clarividente pero no por ello ineficaz contra Costa de Marfil (13 de valoración: 3 puntos, 8 asistencias y 5 rebotes) y absolutamente arrolladora ante los brasileños: 13 puntos, 7 rebotes, 5 asistencias y 2 robos para un 21 digno de mejor jugador español de la jornada.
Núñez anota, rebotea y asiste. Está empeñado en hacerlo todo y todo bien. Poco importa su edad, que podía preocupar no hace tanto: parece decidido a ser uno de los líderes de esta España. Con una precocidad no muy alejada de la que gastó Ricky cuando cogió el timón allá por los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.
Reivindicación anunciada y adaptación progresiva
Usman Garuba ya dio un paso de gigante en cuanto a incidencia en el roster español en el pasado Eurobasket. Ex del Madrid, al igual que Núñez, acaba de quedarse sin equipo en la NBA: los Oklahoma City Thunder a los que apenas acababa de llegar no lo vieron claro y terminaron por cortarle. El de Azuqueca de Henares, lejos de achantarse, expuso en sus redes sociales que afrontaba el Mundial con ganas de demostrar lo equivocado de la decisión. Un ánimo de revancha especialmente notorio frente a la Canarinha.
Cuando Garuba defiende, el resto de España va detrás. Y no sólo eso, aunque sea su labor fundamental: también puede anotar (8 puntos este lunes) y mover la bola (4 asistencias). Van dos encuentros mundialistas realmente sólidos para él. En el debut, cayeron 12 puntos y 7 rebotes con su continente originario, el africano, al otro lado de la cancha. El futuro que le espera a nivel de clubes es incierto a día de hoy, pero se labrará uno realmente bueno si continúa jugando así en lo que reste de competición.
En la selección, Garuba encuentra a la perfección lo que busca en un equipo baloncestístico, tal y como reconoció a Infobae España: “Poder ser yo mismo, tener la oportunidad de serlo y demostrarlo día a día”. Es esa confianza necesaria para ser importante aun recién aterrizado la que empieza a adquirir su amigo Santi Aldama.
El único representante de la NBA en la plantilla española se mostró un tanto dubitativo en el primer duelo mundialista de su vida. Aunque anotó 8 puntos y capturó 5 rebotes, no se le vio tan incisivo a nivel FIBA como en la mejor liga del mundo. Pero se puso manos a la obra 48 horas después, e incluso él mismo reconoció haberse sentido más “cómodo” en el día clave del grupo inicial: 15 puntos, 4 rebotes y 2 asistencias que definen mucho más al canario.
Sin pausa pero sin prisa, Aldama irá a más a medida que pasen los partidos. Le ayudará la velocidad de crucero en la que van instalados Núñez y Garuba, además del otro ‘Z’ de esta España, Joel Parra: a sus 23, el nuevo integrante del Barça ya es uno de los que más y mejor hace grupo. Queda confirmado que los chavales vienen pisando fuerte. Si a ellos les sumamos los clásicos, que no pierden fuelle (Rudy, Llull, Claver, los Hernangómez...), los motivos para soñar, por qué no, continúan intactos en Yakarta.
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