El fuerte temporal que causo daños el pasado domingo en Baleares, puso en alerta a Menorca por un aviso que lanzó la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) por la posibilidad de que se produjesen rissagas, un extraño fenómeno costero que se caracteriza por la oscilación excepcional del nivel del mar en playas, calas, puertos o bahías.
A este fenómeno también se le conoce como ‘meteotsunami’, porque provoca unas ondas destructivas similares a los tsunamis, pero con origen no sísmico, sino meteorológico. Las ‘rissagas’, comunes en Baleares, aunque también en otras zonas del Mediterráneo.
Están categorizadas como “fenómenos marítimos raros” en el Sistema de Notificación de Observaciones Atmosféricas de la AEMET, aunque son frecuentes, especialmente durante los temporales. Se trata de oscilaciones extraordinarias del nivel del mar que pueden llegar a alcanzar los dos metros en periodos de 10 minutos: se trata de ondas gravitatorias que generan variaciones de la presión atmosférica en la superficie y propician variaciones al nivel del mar.
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Existen tres condiciones atmosféricas que favorecen la aparición de las ‘rissagas’, en función del nivel de la troposfera:
- En niveles medios y altos de la troposfera deben darse vientos fuertes, casi siempre del suroeste, con diferencias importantes de velocidad entre unas zonas y otras (cizalladura).
- En niveles bajos ha de darse una masa de aire muy cálida, por lo que se registra una fuerte inversión de temperatura entre este nivel y el aire sobre la superficie del mar, que está más frío.
- En nivel superficial tiene que haber un flujo débil o moderado de componente este.
Cómo se manifiestan
Primero, hay un descenso repentino del nivel del agua en el puerto, bahía o playa, que llegan a vaciarse en cuestión de minutos en zonas poco profundas. Esto suele provocar que muchas de las embarcaciones toquen fondo en los puertos poco profundos, muchos peces mueran de asfixia y otras zonas que no quedan vacías obliguen a los barcos a quedar varados.
Después el agua vuelve repentinamente y con fuerza el agua y provoca el arrastre de las embarcaciones y la avalancha de agua provoca inundaciones en zonas próximas al puerto, afectando a vehículos aparcados y edificios. Este fenómeno puede repetirse de manera cíclica durante horas o incluso en días sucesivos tras periodos de calma.
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