María del Monte y su mujer, Inmaculada Casal, vivían este pasado semana uno de los grandes sustos de su vida después de que un grupo de al menos cinco encapuchados entraran en su casa, ubicada en Ginés (Sevilla), mientras ellas estaban dentro. Como era de esperar, tras hacerse pública la noticia saltaban todas las alarmas y tanto medios de comunicación como familiares y amigos se ponían en contacto con ellas para comprobar cómo se encontraba después tan desagradable acontecimiento.
Tras unas horas de silencio, la cantante ha concedido sus primeras declaraciones y ha narrado lo que sucedió y cómo se encuentran ellas. “Se han llevado todo”, ha asegurado María, que aún con el susto en el cuerpo no podía evitar que se le entrecortara la voz. Y aunque ha desmentido que en su casa hubiera grandes cantidades de dinero, sí que ha afirmado que se han llevado numerosos objetos de valor y que los ladrones les han robado.
Tras esta confesión, ha recordado que no puede dar más detalles sobre el robo ya que “no debo entorpecer nada”, dando a entender que la investigación ya se está llevando a cabo. Quizás por eso, para no perjudicar el trabajo policial, ha optado por guardar silencio cuando le han preguntado si ella e Inmaculada fueron conscientes de lo que ocurría, y es que para lo importante es que no hayan tenido que lamentar daños personales. “Estamos bien y no hay que lamentar ninguna desgracia. Eso es para mí, lo importante” aclaraba.
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Gran reaparición
Ha sido un fin de semana de contrastes para Del Monte, que este domingo tenía una cita ineludible en la Real Feria de Agosto 2023 de Antequera. Enfundada en un llamativo traje de gitana de color claro y haciendo de tripas corazón en estos momentos tan complicados, María se ha subido al escenario, para hacer disfrutar a su público.
“Creo que todos y cada uno de los que estáis aquí merecéis el suficiente respeto para que cualquier esfuerzo sea poco”, comenzaba reconociendo María ya sobre las tablas, para añadir: “¿Sabéis lo que no me faltan? Ganas. Y eso es lo importante”.
Y así lo demostró durante todo el concierto, en el que dejó de lado el amargo suceso vivido horas antes para centrarse en su música y el amor, especialmente importante tras incidentes como el que ha vivido. “Yo soy de las que pintaba corazones con las iniciales y de las que lo siguen manteniendo. El corazón es el mayor motor de la vida y el que debe mover el mundo”, ha asegurado. Además, ha compartido un consejo con sus seguidores, también relacionado con este tema: “Cuando améis, hay que luchar para que os permitan amar. Es lamentable, pero es así. Hay que saber que por encima de todo no hay que escuchar a la gente, hay que escuchar el corazón”.
Tras más de dos horas de concierto, María se ha despedido de su público emocionada y con lágrimas en los ojos cantando la Salve Rociera. “Me rebosa el corazón y es del amor que me habéis dado. Me quiten lo que me quiten, el amor no me lo quitan”, ha afirmado.
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