Los 20 palacios increíbles de España que están abandonados y en riesgo de desaparición

A lo largo de toda la geografía española podemos encontrar multitud de castillos y fortalezas, que exentas de un carácter militar, se convirtieron en espléndidos palacios y casas. No obstante, la arquitectura civil también tuvo gran parte de relevancia en la construcción de estos espacios, pues era la manera de demostrar el poderío y el nivel social ante toda la población. Así, nacen una serie de palacetes que se enclavan, generalmente, en mitad de los núcleos urbanos. Algunos de ellos se conservan de una forma excepcional, mientras que en otros el paso del tiempo ha hecho mella.

En este sentido, Infobae España ha elaborado una selección de 20 palacios que están abandonados y en riesgo de desaparecer si no se realizan las obras necesarias de conservación. Para ello, nos hemos basado en los palacios recogidos por la Lista Roja de Patrimonio de Hispania Nostra.

Se comenzó a construir en 1910 siguiendo las tendencias de la arquitectura indiana. El edificio es de planta cuadrada y tres alturas, y tiene un trazado de estilo neoclásico con grandes vanos y balcones. Cuenta con un edificio anexo destinado a biblioteca y otro como caballerizas. Actualmente, se encuentra en un estado de abandono donde la maleza y el vandalismo han hecho mella.

Se encuentra en el Alceda, en el municipio de San Vicente de Toranzo. Junto con otros palacios, torres, ermitas, portaladas y blasones forma un bello conjunto dentro del casco histórico de la localidad. En cuanto a su estructura, esta se distribuye en diferentes edificios: la casa antigua del siglo XVII, la torre, el ala palaciega, una cuadra y otro edificio destinado a las labores relacionadas con la ganadería.

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Este palacete fue el hogar del empresario Miguel Zapata, conocido también como ‘El Tío Lobo’. Presenta un estilo modernista y es considerado como el mayor exponente de esta arquitectura en la región de Cartagena. Así, en el año 2002 fue declarado Bien de Interés Cultural gracias a sus características y su estilo arquitectónico, aunque a día de hoy, se encuentra en estado de abandono.

Este bello palacio se construyó en 1535 por petición del noble Hernán Riquelme y cuenta con unas dimensiones de 1.109 metros cuadrados. Se ubica en Jerez, en la plaza del Mercado, la principal del pueblo durante la Edad Media. De su estructura destaca la portada, una joya del Renacimiento, obra del alarife Fernando Álvarez, que tiene un amplio desarrollo iconográfico. Es uno de los mejores ejemplos de arquitectura residencial de Andalucía.

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Este palacio constituye uno de los hitos en la arquitectura neoárabe del siglo XIX, siendo considerado el iniciador de este estilo propiamente dicho. Los gustos de su principal mecenas, el duque de Montpensier, son bastante notables, aunque el trazado presenta un estilo oriental muy marcado que se mezcla con tintes eclecticistas. Así, se localiza en el pueblo gaditano de Sanlúcar de Barrameda y su construcción se inició en 1852. De su arquitectura destaca su exterior, el cual se edificó dando al espacio un aspecto de fortaleza o alcázar.

Ubicado en Boiro, el pazo de Goiáns o torre de Goiáns es el claro ejemplo del señorío y el poder que dominaba gran parte de la comarca de Braganza, en A Coruña. Se construyó a mediados del silo XVI en forma de L, con cantería de granito y techo a dos y tres aguas. Actualmente, pertenece al Ayuntamiento de Boiro, el cual quiere convertirlo en un centro cultural.

Este edificio tiene su origen en el siglo XIII y es considerado uno de los torreones bajomedievales más importantes de Cantabria. Su estructura se divide en tres partes diferenciadas. Por un lado, está el torreón, el cual presenta un aspecto robusto y almenado, mientras que adosado a él se sitúa un edificio alargado posterior a la torre. Junto a él está la capilla plateresca de la Magdalena del siglo XVI.

Se enclava en el solar que quedó tras derruirse la casa abacial de la iglesia de Santiago, comenzando su construcción en 1916. Se trata de un edificio de tres plantas flanqueado por dos jardines, los cuales servían como lugar de recreo y descanso gracias a sus fuentes y bancos. Se levantó en estilo barroco donde destaca la hermosa cúpula y la escalera de mármol con zócalo de azulejos valencianos. Entre sus muros, el Ayuntamiento de Orihuela estableció la oficina de turismo hasta el 2008.

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Basándose en el estilo indiano, el palacio de los Allende se construyó a principios del siglo XX por petición de don Tomás de Allende y Alonso. Para ello se utilizó piedra caliza azulada labrada a sillería en esquinas y vanos y se levantaron llamativos arcos de piedra y un corredor. A su vez, destaca la amplitud de sus estancias y su bella decoración. Actualmente, el palacio ha sido desmantelado piedra a piedra, por lo que prácticamente está desaparecido.

Se localiza en el Valle de Guesálaz, atravesado por el río Salado, y el palacio que podemos encontrar hoy en día pertenece a los siglos XVI y XVII. Se le conoce también con el sobrenombre de palacio del Marqués de Monte Hermoso y su fachada principal se compone de dos cuerpos y un ático, todo entre dos torres cúbicas de mayor altura. También se puede distinguir un portalón y un balcón adintelado.

Se construyó entre los siglos XVIII y XIX por orden del Marqués de Alfarrás. De todas sus partes destacan sus jardines, uno de estilo neoclásico creado en el siglo XVIII y otro de estilo romántico del siglo XIX. En cuanto a la estructura, el palacio carece de elementos simbólicos y presenta un estilo neobarroco.

Su construcción se inició en el año 1585 de la mano de Tomás Grimón, regidor de Tenerife en ese momento. Se trata de uno de los monumentos más importantes de Santa Cruz de Tenerife, pues presenta una combinación de arquitecturas única en Canarias. En su fachada se pueden apreciar el manierismo, barroco y neoclásico.

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Construido en el primer cuarto del siglo XVI, este suntuoso palacio renacentista fue obra de Juan de Tovar, marqués de Berlanga, duque de Frías y condestable de Castilla. De su imponente estructura, a día de hoy solo queda la hermosa fachada plateresca de piedra con una de las dos torres de los extremos. A su vez, se pueden observar algunas columnas en su interior que probablemente formarían el patio interior.

Se trata de una edificación del siglo XVII caracterizada por la unión de cuatro construcciones más pequeñas que forman un rectángulo. En cada una de sus esquinas se enclava una torre y en el centro del palacio un patio interior. Alberga también un pintoresco porche abierto con una elegante arcada de piedra lavada.

Esta construcción situada en Torrelodones (Madrid) fue un proyecto personal de José María del Palacio y Abárzuza, conde de Las Almenas. En ella no intervino ningún arquitecto, pues se realizó de la mano de maestros canteros de la zona entre los años 1920 y 1922. Presenta un estilo eclecticista con predominio neogótico y se destinó a ser un espacio donde el conde de Las Almenas pudiera conservar su colección de arte y piezas arqueológicas.

Conocido también como el Palacio de Moral (por la localidad donde se ubica), esta edificación es todo un ejemplo de la arquitectura señorial asturiana. Se levantó en el siglo XVII y alberga dos torres, una de principios del siglo XVI, así como una arquería y galería exterior.

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El palacio pertenece a la Edad Media, entre los siglos XI y XIV. A día de hoy, se pueden apreciar las diferentes etapas arquitectónicas por las que pasó, destacando una iglesia que se remonta a la época de la Reconquista. En sus orígenes se encontraba separado del barrio por una muralla, de la cual se conserva la puerta de San Cristóbal.

Se trata de una de las mayores muestras de arquitectura barroca civil asturiana. Fue levantado en el siglo XVI, probablemente como un añadido a una torre medieval, para más tarde ser ampliado y reedificado en el siglo XVII. Presenta la estructura característica de los palacios barrocos asturianos: cúbica y articulada alrededor de un patio central cuadrado, de dos plantas y torres en las esquinas.

Edificado durante el siglo XVII, el palacio del Marqués de Revilla presenta una planta casi cuadrada separada por un gran muro del resto del palacete. Actualmente, mantiene la fachada y los muros, mientras que el interior se encuentra en muy mal estado de conservación.

Se incrusta sobre una colina cerca del pueblo de Pola de Allande. Se construyó sobre un antiguo castro en el siglo XIV, aunque se reedificó alrededor del año 1520. Además, Se caracteriza su aspecto de fortaleza, en el que se puede apreciar su patio rectangular carente de pórticos. Cuenta también con tres torres, dos de planta cuadrada y una rectangular, la cual cuenta con una galería.

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