En España se contabilizan 133 personas mayores de 64 años por cada 100 menores de 16 años, una proporción que está creciendo “a un ritmo desbocado” a tenor de una esperanza de vida en máximos históricos y una caída de la natalidad que sitúa a España como el segundo país de la UE con menor número de nacimientos. Esta situación pone en jaque la sostenibilidad del sistema de pensiones en nuestro país, ya que en pocos años, los mayores de 55 años pertenecientes a la generación baby boom abandonará la fuerza laboral, añadiendo más presión a las nuevas generación que se incorporen al mercado de trabajo.
El número de personas activas mayores de 55 años se ha disparado un 62% en los últimos diez años y un 147% en 20 años, hasta situarse en 2023 por encima de los 4,8 millones de personas, según la Fundación Adecco. En concreto, España cuenta con 4.853.400 personas activas mayores de 55 años, o lo que es lo mismo, casi 5 millones de personas sénior tienen trabajo o lo buscan en España, cifra que supone el 20% del total de la fuerza laboral, siete puntos más que hace diez años.
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Por comunidades autónomas, Castilla y León (24,9%), Asturias (23,7%) y País Vasco (23,1%) son las regiones con una mayor proporción de personas mayores de 55 años entre el total de la población activa, mientras que Baleares (18,8%), Murcia (18,9%) y Andalucía (19,1%) presentan los menores porcentajes. Por provincias, Segovia (28,5%), Zamora (27,5%) y Lugo (27,3%) cuentan con el mayor número de sénior en activo en el total de su población edad de trabajar.
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Así, los llamados baby-boomers, la generación más numerosa de la historia, ya supera la franja de los 55 años y engrosa la proporción de personas sénior en España. “Vivimos en un invierno demográfico, lo que significa que el número de nacimientos es insuficiente para reemplazar a las personas que fallecen. Esto conduce a una disminución de la población y, por tanto, a una menor fuerza laboral disponible, además de otros efectos como una mayor presión sobre el sistema de la Seguridad Social”, advierte el informe.
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En este sentido, la Fundación Adecco muestra su preocupación por la falta de relevo generacional en una población activa entre la que escasean los jóvenes. A todo esto se suma el incremento de la población inactiva sénior, que no ha dejado de crecer en la última década, especialmente tras el punto de inflexión de la pandemia, “cuando no pocos trabajadores sénior se han visto abocados a la jubilación”, apunta la Fundación.
Sostenibilidad del sistema
La situación es insostenible para las arcas públicas. El gasto en pensiones ha superado por primera vez en su historia los 12.000 millones mensuales en junio. El Ejecutivo de Pedro Sánchez derogó la reforma que aprobó el PP en 2012 por la que se limitaba el incremento de las pensiones a un máximo del 0,25%. Sánchez ha impuesto de nuevo el sistema antiguo: ligar la subida de las pensiones a la previsión para ese año de la inflación. Este año, un 8,5%.
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De esta forma, el país se encamina en su conjunto hacia la marca de un pensionista por cada dos trabajadores, pero hay algunas regiones que están más envejecidas y más ‘vaciadas’ que se acercan ya al límite de un trabajador por cada pensionista.
Las reformas que desde 2011 se vienen acometiendo para garantizar la sostenibilidad del sistema conllevan, en la mayoría de los casos, una disminución de las expectativas del importe de la pensión. La elevación progresiva de la edad de jubilación, mayor exigencia de años cotizados, la ampliación de las bases de cotización, o la concreción de un factor de equidad intergeneracional son medidas encaminadas a afrontar estas presiones, y que podrían reducir en los próximos años el importe de las pensiones.
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