A las microempresas se les atascan las facturas: ya pagan el 8,5% pasados los dos meses

Un informe de Cepyme señala que las empresas más pequeñas están “restringiendo” financiación a sus clientes por el aumento de los intereses y la complicación del acceso al crédito, lo que ha redundado en “una pérdida de negocios”

Guardar
Persona con calculadora haciendo cuentas. @vecteezy.com
Persona con calculadora haciendo cuentas. @vecteezy.com

Las empresas de menos de 10 trabajadores muestran cada vez más dificultades para pagar sus facturas en un contexto de continuas subidas de tipos de interés y de un acceso al crédito que se complica, a lo que se suma la inflación y el aumento de costes fijos. Este conjunto de factores está llevando a las micropymes a pagar más facturas pasados los 60 días de su vencimiento, fecha a partir de la cual una factura se considera ‘morosa’ según lo establecido en el Real Decreto Ley 4/2013 de medidas de apoyo al emprendedor.

Esta es una de las conclusiones del Observatorio de Morosidad de Cepyme publicado este lunes, que constata, a partir de datos de Informa D&B, que en el segundo trimestre de 2023 las micropymes pagaron el 8,5% de sus facturas con mora, la mayor cifra de los dos últimos años. De este porcentaje, el 2,3% las pagaron entre los 61 y los 90 días y el 6,2% las abonaron tras más de 90 días.

También continúa descendiendo el volumen de facturas que las micropymes consiguen pagar a tiempo o de manera anticipada: el 49% en el segundo trimestre, 3,7 puntos menos que en el mismo periodo de 2019, antes de la pandemia. En consonancia con estos datos, las empresas de menor tamaño elevan su periodo medio de pago a proveedores (PMP) hasta los 81 días.

Desde Cepyme consideran que estos datos “deben entenderse como una consecuencia del incremento del coste del crédito y el acceso más difícil al mismo”. Señalan además que el impacto del coste y la accesibilidad al crédito bancario es más alto en las microempresas porque “cuanto mayor el tamaño de la empresa, el crédito se encarece menos y es más probable acceder a otras vías de financiación”.

Por otra parte, todas las empresas deben financiar una deuda comercial porque lo habitual es cobrar las facturas un tiempo después de haber efectuado la venta. La parte de la deuda que se cobra dentro del plazo acordado se puede considerar ‘ordinaria’, mientras que la que se retrasa es ‘morosa’. De esta manera, la deuda comercial es un margen que se usa para hacer negocios y conseguir ventas.

Según el informe de Cepyme, las micro y pequeñas empresas (hasta 49 trabajadores) han reaccionado a la inflación “restringiendo financiación a sus clientes” porque los intereses de la deuda comercial se han incrementado y, por tanto, implica un mayor esfuerzo financiero.

Según la patronal, las empresas de menor tamaño están llevando a cabo esta estrategia para defender el valor real de sus ventas (que pierden valor si se alargan más en el tiempo por la inflación) y como respuesta al “estrechamiento de márgenes” y al “paulatino endurecimiento de las condiciones crediticias”. A su vez, esto ha provocado que las micro y pequeñas empresas hayan “sufrido una pérdida de negocios”.

Las grandes empresas son las menos puntuales en pagar

Las microempresas aumentan su PMP en el segundo trimestre, pero también lo hacen las grandes (las de más de 250 trabajadores), hasta los 87,4 días. Esto es 14,4 días más en comparación con el segundo trimestre de 2019. Además, siguen siendo las que menos volumen de facturas pagan a tiempo o de manera anticipada, solo un 14,2%, aunque la cifra ha aumentado en los últimos años porque las grandes empresas han modificado su política de pagos y cobros al variar el contexto de tipos de interés, que dejaron de ser negativos.

Según Cepyme, “el bajo porcentaje de facturas pagadas puntualmente cabe ser interpretado, fundamentalmente, como una consecuencia de su forma de gestionar los pagos”. De hecho, la proporción de facturas pagadas en hasta 30 días de las grandes empresas es notablemente mayor que la de las pymes (79,1%). Esta gestión de pagar fuera de plazo, aunque sí en los 30 días posteriores, perjudica a los proveedores de las grandes empresas, entre los que también se pueden encontrar pymes.

Seguir leyendo:

Guardar