Verstappen extiende su dominio y Alonso gana a Pérez y Sainz la batalla por el podio en la locura de Zandvoort

El piloto asturiano regresa al podio tras cuatro carreras de ausencia y confirma el buen rendimiento de las mejoras introducidas por Aston Martin. Verstappen reina en el diluvio para conseguir su undécimo triunfo del año, noveno seguido

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Fernando Alonso durante el GP
Fernando Alonso durante el GP de Países Bajos (REUTERS):

La victoria número 33 de Fernando Alonso deberá esperar. La cima del podio, de momento, tiene un solo dueño: Max Verstappen. Nada puede con el neerlandés, ni siquiera la meteorología . La carrera acabó como inició. Con el de Red Bull por delante de todos los pilotos y la lluvia sembrando el caos. En las primeras vueltas obligó a todos a pasar por boxes y en el tramo final les condenó a una bandera roja que pausó uno de los grandes premios más emocionante del año. Checo Pérez se fue contra el muro, en beneficio de Alonso que le arrebató la segunda posición final.

En la primera aparición de las precipitaciones, con el cielo desatando sobre el trazado toda su energía, Fernando Alonso brilló por encima del resto. “El sueño de aquí a tres horas que empiece la carrera es lograr el podio. Soy optimista”, avisó antes de que se apagara el semáforo y, en menos de dos vueltas, su amenaza se transformó en realidad. Arrancó quinto, por detrás de Russell y Albon que le arrebataron la tercera posición en el último intento de la clasificación. No obstante, Fernando buscaba venganza y la encontró en la tercera curva, en el óvalo del circuito.

Lección de Alonso sobre mojado

Mantuvo el monoplaza dentro de los límites de la pista pese a los hachazos que le dio en los primeros metros, aguantó el emparejamiento con Sainz y en cuanto vio el hueco en el óvalo, se lanzó. Sin pensárselo dos veces, decidió arriesgar con la pista en unas condiciones que no invitaban a ello, pero, él se crece sobre mojado. Se lanzó a la parte interior del óvalo, esa por la que se recorre menos metros y adelantó al mismo tiempo a Albon y Russell. Magistral. Lo visto en Zandvoort recordó a sus memorables masterclass acompañadas por la lluvia.

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Su obra, sin embargo, no acabó ahí. Se pegó al alerón trasero de Norris, le aguantó por el exterior y se tiró en la siguiente vuelta. Dos giros, tres posiciones ganadas y por delante únicamente el sempiterno Max Verstappen que miraba los retrovisores mientras entraba al pit lane para hacer la primera parada seguido de Fernando Alonso. Antes de ellos lo hicieron Checo Pérez y Charles Leclerc, ambos pilotos fueron los primeros en interpretar el estado cambiante de la pista y, al adelantar su paso por boxes, superaron al asturiano que no tardó ni cinco vueltas en rebasar al monegasco. El podio estaba en juego.

Sainz llegó a estar en el podio

También lo estaba para Sainz, que, pegado al alerón trasero de su compañero de equipo, veía como Fernando se le escapaba. “Charles tiene el coche tocado”, le dijo Ferrari a Sainz, que contestó de manera rotunda. “No me hagáis ir más lentos”. El español se quitó de encima a su compañero antes de realizar otra parada en boxes al mismo tiempo que Alonso. Red Bull se defendió dando entrada a sus dos pilotos y mantuvo la cabeza de carrera. Primer envite superado.

Sainz por delante de Gasly
Sainz por delante de Gasly durante el GP de Países Bajos (REUTERS).

Los dos españoles buscaban el podio. Fernando con mejor ritmo y Carlos fruto de su buena lectura de carrera que le llevó al podio de manera virtual tras aprovechar el embotellamiento de la rueda delantera izquierda de Alonso durante su parada en boxes. El asturiano aprovechó la juventud de sus neumáticos y la longeva edad de los de Sainz, para pasarle mostrando una gran superioridad. Al final, el madrileño finalizó en quinta posición por detrás de Checo Pérez que, sancionado, perdió el podio en favor de Gasly.

Verstappen reina en el diluvio

Restaban 20 vueltas para el final y podio parecía estar definido. Verstappen lideraba con gran ventaja sobre Pérez y el mexicano mantenía a raya a Fernando. Hasta que Red Bull le transmitió al neerlandés que “esperamos lluvia fuerte en las últimas diez vueltas, seguro”. A partir de ese momento, Alonso abandonó la gestión de los neumáticos y apretó. Marcó la vuelta rápida de carrera y echó todo lo que tenía para ampliar su ventaja respecto a Sainz y protegerse cuando llegara el diluvio que, por primera vez en mucho tiempo, hizo acto de presencia en la vuelta que lo indicaba el radar.

Checo Pérez no pudo mantener el coche dentro de la pista, se fue contra el muro y Alonso ascendió hasta la segunda plaza antes de que la bandera roja por la nula visibilidad pausase la carrera a falta de siete vueltas para el final. Fernando tenía ante sí la mejor oportunidad del año para lograr la 33. Mejor incluso que la de Mónaco porque partía pegado a Verstappen en la resalida y las condiciones de la pista le eran favorables.

Se acercó todo lo que pudo, le enseñó el coche y se mantuvo cerda del neerlandés hasta que el AMR23 dijo basta. No pudo con él Verstappen retuvo el primer puesto e igualó el récord de victorias consecuvitas de Vettel (9), pero Alonso se llevó el segundo puesto, la vuelta rápida y el premio a piloto del día. “Me vale todo eso, pronto ganaremos una carrera”, dijo Fernando una vez acabada la carrera. La 33 debe esperar, pero no se trata de una quimera, es una realidad.

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