“No voy a dimitir. No voy a dimitir. No voy a dimitir”. Hasta en cinco ocasiones, cada una con el tono de voz más elevado que la anterior, comunicó Luis Rubiales su continuidad como presidente de la Real Federación Española de Fútbol para la sorpresa de la mayoría y ante los aplausos de los presentes en la Asamblea Extraordinaria, entre ellos los dos seleccionadores: Jorge Vilda, del combinado femenino, y Luis de la Fuente, del masculino. La respuesta del Consejo Superior de Deportes fue clara e inmediata: si no actúa la Federación, lo hará el Gobierno.
El Ejecutivo estaba convencido de que Rubiales dimitiría, pero ante su atrincheramiento en el cargo y su decisión de tomar medidas legales contra Yolanda Díaz, Ione Belarra, Irene Montero y Pablo Echenique, ha decidido iniciar los trámites para la suspensión de Rubiales. El CSD ha elevado al Tribunal Administrativo del Deporte una denuncia de “falta grave” con la intención de suspender del cargo de presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Y, en caso de que el TAD admita a trámite el expediente del CSD, que podría producirse el próximo lunes, el propio CSD podría suspender a Rubiales de sus funciones y a partir de ahí convocar nuevas elecciones.
El CSD podrá inhabilitar a Rubiales si el TAD incoa el expediente justificativo
Los pasos jurídicos a seguir son complejos. “El Gobierno no va a estar impasible. El señor Rubiales ha dicho que no dimitía. Queremos transmitirle con todo el respeto que el camino de este Gobierno para con la presidencia de la RFEF ha acabado. El Gobierno inicia los trámites para que el señor Rubiales tenga que dar explicaciones ante el TAD y anunciamos que, si el TAD lo tiene a bien y el CSD está en disposición de hacerlo, suspenderemos de sus funciones a Luis Rubiales”.
“Ni el CSD ni su presidente pueden inhabilitar a ningún presidente federativo, por ello, elevaremos al TAD un expediente justificativo de que hay una falta muy grave y puede constituir una violación de principios y ellos decidirán si incoan o no el expediente. En caso afirmativo, yo como presidente del CSD tendré derecho a convocar la comisión directiva del Consejo Superior de Deportes para instar a la suspensión en funciones del presidente. Mi obligación es seguir los procesos y, si tenemos capacidad, suspender a Rubiales”, recalcó Víctor Francos, presidente del CSD.
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La FIFA pasa a la acción y la UEFA mantiene su silencio
Esto es el primer paso para la inhabilitación del presidente de la Federación. El TAD estudiará las denuncias y, si lo considera, abrirá un expediente sancionar por parte del juez. Después del periodo de alegaciones, será cuando se conozca la sanción de forma definitiva por parte del TAD y si el CSD puede suspender a Rubiales o no. Es más, si el propio Tribunal Administrativo del Deporte cataloga alguna de las actuaciones de Rubiales durante la celebración del Mundial como infracciones muy graves, la nueva Ley del Deporte contempla en su artículo 108 las posibles sanciones que podría sufrir dependiendo de su gravedad.
Las penas serían económicas, con multas entre 3.000 y 30.000 euros, tendría prohibido el acceso a recintos deportivos durante cinco años, su licencia federativa quedaría suspendida e inhabilitación entre dos y quince años. Además, la FIFA también le ha abierto un expediente disciplinario y la única gran institución que todavía no le ha cuestionado es la UEFA, de la que todavía es vicepresidente. “Los hechos podrían resultar constitutivos de violaciones de los artículos 13.1 y 13.2 del Código Disciplinario de la FIFA”. En los mencionados artículos, la FIFA avisa que las federaciones, clubes, jugadores y cualquier miembro deberán “respetar los principios de juego limpio, lealtad e integridad”. Rubiales ha decidido morir matando, pero todos los caminos conducen a un mismo destino: su caída de la Federación.
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