Luis Rubiales se mantiene en el cargo. Tan solo cinco días después de que España tocase el cielo ganando el Mundial femenino disputado en Australia. El de Motril seguirá como presidente de la Federación y extenderá sus cinco años de mandato marcados por sus escándalos y polémicas. Su primer día al frente de la Federación ha sido un perfecto resumen de su media década al frente de la Federación. 1.826 días en los que la inestabilidad ha sido la rutina a seguir.
Aquel 17 de mayo de 2018, el día en el que Rubiales ascendió hasta lo alto de la RFEF, lo inició en los juzgados de Valencia, como demandante por unas declaraciones del expresidente de la Asociación de Deportistas, Cayetano Martínez, que atentaban contra su honor. Horas después, viajó a Madrid, donde se proclamó presidente del fútbol español e inició así un mandato cargado de controversias que ha finalizado con su dimisión por el beso a Jenni Hermoso.
Pérdida del apoyo del CSD y el Gobierno
Sin embargo, Rubiales salió ileso de la orgía con fondos federativos en un chalet de Salobreña, de las comisiones por llevar la Supercopa de España hasta Arabia Saudí, del espionaje a directivos, de la denuncia por presunto acoso y humillación y de su viaje sufragado por la Federación a Nueva York con una pintora mexicana. De todo ello, ha salido impune, pero el beso a Jenni Hermoso, que desgraciadamente se ha convertido en historia del deporte nacional, ha derrocado al presidente de la RFEF, el mismo que mientras se disputaba la final del Mundial se tocaba sus testículos en un palco rodeado de la Reina Letizia y el presidente de la FIFA. Por no hablar de sus posteriores declaraciones radiofónicas en las que tildaba de “gilipollas” a los que criticaban su beso a la jugadora.
El exfutbolista, hasta ahora intocable, ha sido abandonado -con argumentos- por el CSD, que nunca se habían manifestado públicamente por sus polémicas y también ha dejado de tener el apoyo del Gobierno, que le acompañada en la carrera por organizar el Mundial 20230 pese a todas las polémicas que tornaban a su alrededor. Tras el vergonzoso beso de Jenni Hermoso, el discurso de ambas instituciones ha cambiado.
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De la destitución de Lopetegui a estar en contra de la Liga femenina profesional
A Luis Rubiales no le tomó el pulso a la hora de tomar su primera decisión transcendental al frente de la RFEF. Tan solo llevaba unas semanas en el cargo cuando, a dos días del debut de España en el Mundial 2018, Julen Lopetegui firmó su contrato para entrenar al Real Madrid una vez terminara la cita mundialista y Rubiales le cesó como seleccionador nacional. Su lugar lo ocupó Fernando Hierro, por aquel entonces director deportivo de la Federación, y el resultado fue calamitoso.
Así arrancó su mandato, dejando claro que no dudaría en, llegado el caso, tomar fuertes decisiones. Otro de sus puntos más polémicos ha sido el fútbol femenino. Ante la amenaza de huelga de las futbolistas de la Liga F, Rubiales respondió emitiendo en 2020 un informe que desaconsejaba profesionalizar la liga femenina. Sin embargo, no pudo evitar que la reivindicación se hiciera realidad y más tarde decidió destinar 20 millones de euros para su impulso.
Orgía en un chalé, viajes a Nueva York y negocios con Piqué
Las fiestas privadas han dado mucho que hablar durante su mandato. Juan Rubiales, tío del presidente y su exjefe de gabinete, afirmó en sede judicial que su sobrino invitó a “un grupo de ocho o diez chicas jóvenes a un chalé en Salobreña únicamente alquilado para el disfrute del presidente y su equipo, pagándolo con las tarjetas de la Federación. Similar situación se dio cuando viajó en 2018, meses después de ser elegido presidente de la Federación, viajó a Nueva York con una pintora mexicana y, al igual que en Salobreña, sus gastos corrieron a cargo de la Federación.
Otra de sus polémicas fue el traslado de la Supercopa de España hasta Arabia. El organismo presidido por Luis Rubiales pactó con Gerard Piqué -entonces jugador en activo del Barça- una comisión millonaria por llevar la competición al país árabe. El ente federativo se garantizó el cobro de 40 millones de euros por cada edición del torneo, mientras que Kosmos, la empresa de Piqué, se llevaba cuatro millones por cada uno de los seis ejercicios firmados con este país. A día de hoy, Anticorrupción investiga este y otros escándalos más de Rubiales como presunto delito de corrupción.
Su mandato, manchado por su gran cantidad de corruptelas, finaliza este viernes tras un vergonzoso beso a Jenni Hermoso que ha provocado una cascada de reacciones en su contra.
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