Una de las lecciones que ha dejado la guerra en Ucrania, y de la que han tomado nota principalmente los países europeos, es la importancia de contar no solo con unas fuerzas armadas equipadas con la tecnología más moderna posible, lo que ha disparado el gasto militar en el viejo continente a cifras que no se veían desde la Guerra Fría, sino también con tener en buen estado el material con el que se cuenta. Consciente de esto, el Ministerio de Defensa ha puesto especial atención en el estado de la flota de tanques del Ejército de Tierra, ya que este tipo de blindados han demostrado tener un rol protagónico en el campo de batalla ucraniano.
De esta manera, el último Consejo de Ministros ha aprobado destinar algo más de 208 millones de euros para que la cartera de Margarita Robles celebre un contrato con una o más empresas con el objetivo de mantener en buenas condiciones y actualizar los carros de combate Leopard 2E, los más poderosos que posee España y que, según justificaron desde el Gobierno, “prestan una importante labor de disuasión dentro de las necesidades estratégicas del Ejército”. La duración del futuro contrato será de tres años, hasta el 31 de diciembre de 2026, y con la posibilidad de extenderlo por otros tres.
Previsiblemente, Defensa optará por que los trabajos de mantenimiento sean realizados por la empresa local Santa Bárbara Sistemas (SBS), propiedad de la firma estadounidense General Dynamics Land Systems. SBS es el fabricante de los tanques españoles que fueron construidos, a lo largo de la primera década de este siglo, en base al modelo 2A6 germano.
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El programa de desarrollo del Leopard 2E inició en 1995 y contó con un presupuesto de 1.900 millones de euros. El Ejército posee 239 Leopard 2E distribuidos entre las brigadas mecanizadas de Guzmán el Bueno (Cerro Muriano, Córdoba), Guadarrama (El Goloso, Madrid), Aragón (Zaragoza) y Extremadura (Bótoa, Badajoz). Las primeras 30 unidades llegaron desde Alemania y las restantes 209 fueron construidas por SBS, entre 2003 y 2008. Del total, 219 son carros de línea, 16 de recuperación y cuatro carros escuela.
Un carro con características exclusivas
Una de las principales características que distingue al carro de combate español de las otras versiones de la familia Leopard, diseñada originalmente por la compañía alemana Krauss-Maffei-Wegmann (KMW), es el sistema de mando y control BMS Lince, desarrollado conjuntamente por la empresa pública Indra y la francesa Thales. El BMS Lince, explican desde el Ejército, es el sistema más avanzado que existe para apoyar la labor de los mandos a la hora de llevar a cabo el planeamiento de una misión sobre el terreno y les permite a los distintos vehículos compartir en tiempo real toda la información que recopilen los sensores desplegados en el área, ya sean los instalados en el propio blindado o los de otras plataformas como aviones no tripulados. Gracias al MBS Lince los operadores del Leopard 2E disponen de una visión completa de todo lo que ocurre en su entorno.
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Otra particularidad del tanque del Ejército español es que posee un blindaje reforzado, particularmente, en sus zonas más delicadas, como lo son su parte delantera y la torreta, que eleva su peso hasta las 62 toneladas. El Leopard 2E tiene una longitud de 9,67 metros y un ancho de 3,75. Además, puede alcanzar una velocidad máxima de 70 kilómetros por hora y posee un autonomía de 340 kilómetros. Su tripulación está compuesta por cuatro personas y su armamento principal es un cañón de 120 milímetros fabricado por la firma Rheinmetall, también de origen alemán. De igual manera cuenta con dos ametralladoras de 7,65 mm.
Leopard para Ucrania
España también posee 98 unidades de la versión 2A4 de este blindado, que fueron entregados de segunda mano provenientes del Ejército germano a finales de la década del ‘90 del siglo pasado. Estos son los carros del modelo 2 más extendidos en el mundo y forman parte de las flotas de Alemania, Gracias, Finlandia, Polonia, Austria, Noruega, Chile, Portugal y Turquía, entre otros.
El Gobierno ha donado diez de estos tanques a Ucrania para hacer frente a la invasión rusa, que precisaron de un profundo proceso de mantenimiento previo a su envío debido a las malas condiciones en las que se encontraban. Esta decena de carros salieron de los almacenes que el Ejército posee en Zaragoza, donde aún permanecen inmovilizados otras 43 unidades. Además, alrededor de 40 de estos tanques están desplegados en las comandancias de Ceuta y Melilla y serían la primera línea de defensa en caso de que a Marruecos se le ocurriera invadirlas. Finalmente, cerca de 12 carros están en el campo de maniobras de San Gregorio, a las afueras de la capital de Aragón, destinados a tareas de adiestramiento.
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