Usman Garuba: “España no es un país racista, pero hay mucho más racista de lo que nos creemos”

El interior madrileño atiende a ‘Infobae España’ antes de un Mundial de baloncesto en el que la selección defiende título. Su futuro está en el aire tras ser cortado por Oklahoma City Thunder

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Usman Garuba, jugador de la
Usman Garuba, jugador de la selección española de baloncesto. FEB

Usman Garuba (21 años) apenas lleva tres veranos acudiendo puntualmente a la llamada de la selección española de baloncesto. Por no hablar de que es el segundo integrante más joven del equipo en la presente convocatoria, tan sólo por detrás de Juan Núñez (19). Sin embargo, Garuba, que acaba de ser cortado por los Oklahoma City Thunder de la NBA, parece un veterano más a las órdenes de Sergio Scariolo. Y lo que le queda si tenemos en cuenta lo fuerte que pisan en las categorías inferiores: está claro que cada gran campeonato con España es un máster acelerado para cualquiera que tenga el privilegio de disputarlo, y este 2023 toca Mundial.

“Ya llevo bastantes partidos aquí. Con mucho nivel y muy importantes. Me considero con experiencia”, asegura. Tras un Eurobasket en el que se llevó el oro junto a sus compañeros y fue capital en defensa, Garuba no se conforma: sabe que todavía le queda mucho recorrido por delante y quiere seguir aprendiendo. Por ejemplo, de “Rudy (Fernández), Sergi (Llull), Víctor (Claver) y los Hernangómez”. Ahora mismo, se considera “en el medio” de la plantilla.

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No se puede obviar que ilusiona lo suyo volver a verle, ahora en la absoluta, junto a Santi Aldama. El propio Garuba alimenta el disfrute que puede estar por venir: “Seguramente, si no pasa nada raro, coincidiremos mucho tiempo en la cancha”. Hasta que los Thunder tomaron la decisión de cortarle, eran los dos únicos representantes de la NBA en la selección, tras la baja sorpresiva de uno de los capitanes españoles, Ricky Rubio.

Usman Garuba entrenándose con España
Usman Garuba entrenándose con España en Madrid (FEB)

“A cualquier persona le puede pasar algo así. Que tenga momentos de venirse abajo. Al final, la salud mental es muy importante. Yo no he tenido esa sensación, pero sí que he estado con gente a mi alrededor con esas sensaciones. Sé cómo es y lo que hay que hacer es dar nuestro apoyo y ayudar como podamos a personas así”, expone Garuba.

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Un futuro incierto

Tras dos temporadas sin apenas protagonismo en los Houston Rockets, el ala-pívot criado en Azuqueca de Henares (Guadalajara) fue traspasado a los Atlanta Hawks en julio. Una semana después, acabó en los Thunder, donde estaba previsto que militase el próximo curso. Aunque, al conversar con este periódico desde Málaga, cuando todavía pertenecía a la franquicia de Oklahoma, no negaba la evidencia: “Obviamente, cualquier cosa puede pasar en la NBA”. A tenor de lo ocurrido, no andaba nada desencaminado.

Se ha llegado a hablar incluso de un posible regreso al Real Madrid, aunque lo único que pasa por la hoja de ruta de Garuba, a pesar de todo, es hacer carrera en la mejor liga del mundo. Y no le cabe duda de cómo puede lograrlo. “Me hace falta, sobre todo, más allá de mejorar cosas técnicas, ser yo mismo en la cancha. Como he sido toda mi vida. Y que un equipo me dé la oportunidad de ser yo mismo. Creo que puedo ayudar mucho, con todos los respetos. Para eso hemos trabajado tanto mis preparadores y entrenadores como yo durante este verano, para llegar al cien por cien a este Mundial y la temporada que viene. La cosa es esa: poder ser yo mismo, tener la oportunidad de serlo y demostrarlo día a día”, asevera.

Las lesiones, ‘descensos’ a la Liga de Desarrollo, derrotas cuantiosas y traspasos repentinos le han hecho “madurar tempranamente”. “Estoy orgulloso de haber vivido todas estas experiencias estos años, porque no es algo fácil. Sé que mucha gente se derrumbaría, pero yo soy consciente de lo que soy capaz. Todo lo que trabajo, todo el empeño y amor que tengo por el baloncesto. Quiero estar en la liga donde están los mejores porque amo el baloncesto. Es donde siempre soñé estar desde pequeño. Entonces, mi objetivo es estar toda mi vida ahí. Es por lo que he luchado y por lo que he entrado en esa liga”, proclama Garuba a los cuatro vientos. Está por ver, tras quedarse sin equipo, si seguirá en ello o decidirá regresar al Viejo Continente.

Un Mundial abierto

El campeón de Europa ve a Estados Unidos como “gran favorita” de esta edición mundialista, para variar. ¿Más ‘normal’ que en otras ocasiones? De eso nada: le parece “un equipazo”. Por detrás, no se moja con los pronósticos, ya que cree que “el mundo se está globalizando y todo se está igualando, más o menos”. Esto es aplicable al deporte de la canasta, en el que, de un modo u otro, los yankees ya no parecen tan imbatibles como antaño. “Siento que poco a poco estamos más cerca”, confía Garuba.

Usman Garuba en un entrenamiento
Usman Garuba en un entrenamiento en Málaga con la selección (FEB)

No es como una temporada, en la que el mejor equipo, en general, gana. Es un torneo corto donde cada uno tiene sus trucos, sus cartas, y puede pasar cualquier cosa. Incluso el rival que menos espere la prensa puede dar la sorpresa. Es lo bonito de este tipo de torneos”, opina también. Él y el resto de La Familia echarán mucho de menos a Ricky, pero también a otro base capital hace un año: Lorenzo Brown. Ese “Lorenzo de Albacete”, como le rebautizó Garuba para la historia, con el que compartió habitación durante el último Europeo.

“Tenemos que seguir trabajando con lo que tenemos. España es un equipo que siempre va a rendir, esté quien esté. Al final, siempre ha habido bajas en la selección. Tenemos que cambiar el chip desde ya y los que estamos, estamos. Competir con ello, y vamos a ir a por todas. Ir día a día, ganar partidos e ir mejorando, que es lo importante”, pide uno de los grandes animadores del vestuario español. Cuya unión inquebrantable no deja de sorprender a Garuba: “Pasamos mucho tiempo juntos. He estado en muchos equipos y es algo que no se hace tanto entre compañeros”.

“Da igual el color, da igual la raza”

Garuba luce con orgullo sus orígenes africanos, que llevaron a la familia del jugador a cambiar Nigeria por España en busca de una vida mejor. De pequeño, Usman sufrió porque en el colegio dudaban de la edad real que tenía, debido a su físico. Hoy en día, el racismo tampoco puede con él. De hecho, se desmarca de la postura esgrimida recientemente por Vinicius, estelar en el Madrid, en su caso en el fútbol, al que un día perteneció.

“España, para mí, no es un país racista”, cuenta. Para después remarcar que “siempre, en todos lados, hay racismo”. “Creo que, a día de hoy, estos temas del pasado hay que dejarlos atrás. Y seguir luchando para que esto acabe. Porque cosas así no pueden pasar. En el fondo, sobre todo como personas, todos somos iguales por dentro. Y por fuera también. Da igual el color, da igual la raza”, defiende Garuba.

“Creo que España no es un país racista”, vuelve a decir, “pero sí que hay mucha gente racista”. Y añade: “Mucho más de lo que nos creemos”. Su mensaje no puede ser más contundente: “Los jugadores intentamos trasladar que el racismo no es bueno ni debe ser así. Sobre todo de cara a los niños más pequeños, hay que aprender de estos temas. Porque esto no puede continuar. Esperemos que, en el futuro, esto acabe del todo”.

Usman Garuba, concentrado mientras prepara
Usman Garuba, concentrado mientras prepara el Mundial con España (FEB)

El propio Garuba quita hierro a sus raíces. Justo antes del inicio de la concentración con la vigente campeona del mundo, provocó la carcajada generalizada entre los asistentes a la presentación de El oro inesperado (libro oficial del Eurobasket 2022). Lo hizo por su reflexión, divertida y natural, sobre cómo se presenta este periodo estival con la absoluta: “Moreno”. Quién sabe, porque nada puede darse nunca por sentado con este grupo, si la cosa no acabará coloreada, otra vez, en tonos dorados, plateados o, más que morenos, bronceados.

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