Hace dos años se estrenó en Apple TV la primera temporada de Invasión en la que una especie alienígena se iba introduciendo en nuestro planeta paulatinamente hasta terminaba desatando una agresiva guerra contra nuestra raza para exterminarla. La trama se abría en múltiples direcciones abrazando la variedad de perspectivas desde distintos puntos del planeta a través de diferentes personajes que, de alguna manera, tenían algún tipo de conexión con lo que estaba ocurriendo.
Así, seguíamos los pasos de una familia capitaneada por Aneesha (Golshifteh Farahani) cuyo hijo había encontrado un extraño objeto a través del que percibía cosas que nadie más podía sentir. En Japón nos adentraremos en la agencia espacial nacional, donde estaba a punto de partir a una misión la astronauta Hinata (Rinko Kikuchi), que mantenía una relación en secreto con Mitsuki (Shioli Kutsana) que terminará haciendo todo lo posible por contactar con la nave extraterrestre cuando piense que así puede salvar a su amor tras desaparecer en el espacio. En Inglaterra, un chico introvertido y con ataques epilépticos, Caspar (Billy Barratt) tendrá visiones del futuro y en Afganistán, un soldado de nombre Trevante (Shamier Anderson) será el primero en ver a un gran monstruo que matará a todo su equipo.
Ahora regresa la serie creada por Simon Kinberg y David Weil y lo hace en un panorama totalmente diferente, después de que este mismo verano se abriera el debate público en torno a la existencia real de UFOS, objetos volantes no identificados, tras la comparecencia en el Capitolio de un ex oficial de inteligencia, que impulsó a los partidos políticos a pedir que el Pentágono desclasificara los documentos que hasta el momento secretos sobre el tema.
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Una segunda temporada más ágil y repleta de acción
Los OVNIS vuelven a la actualidad, y en ese contexto nos llega Invasión, en la que los aliens en principio, no son demasiado amistosos y parecen querer arrasar con nosotros de forma directa, y también infectando la atmósfera con sus esporas. La segunda temporada comienza donde terminó la anterior, aunque su primer capítulo se centra sobre todo en el recorrido actual de Aneesha y sus dos hijos y en Mitsuki. La primera seguirá escapando por las carretera sin rumbo fijo, intentando sobrevivir robando gasolina, hasta que se tope con un grupo de resistencia capitaneado por Clark (Enver Gjokaj) y se unirán a ellos a pesar de sus reticencias.
Por otro lado, Mitsuki será reclutada por un programa que está trabajando en el interior de la nave gracias a cuyos códigos pudieron derribar. En ella se encuentran los rasgos de la conciencia colectiva que parece determinar a la especie, así que la introducirán allí para ver si puede entablar un diálogo con ella.
El primer capítulo de esta segunda temporada ya no tiene la necesidad de jugar con el misterio, con la tensión, como ocurría en la primera parte. Ahora la acción se incorpora desde el primer minuto, y eso le confiere una agilidad de la que hasta el momento había estado poco dotada.
Por el momento, la única muestra de sensibilidad que hemos visto de esta raza marciana es que reaccionan con entusiasmo ante el Space Oddity de David Bowie y a través de ella parece que quieren expresar algo. Al menos, tiene buen gusto.
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