El pueblo conocido como la ‘villa de las tres mentiras’ que es uno de los más bonitos de España

La localidad alberga uno de los mayores descubrimientos históricos de la humanidad

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La localidad cuenta con uno de los mayores descubrimientos históricos de la humanidad y se caracteriza por su gran valor histórico y artístico

La costa cántabra es uno de los destinos más bonitos del norte peninsular. En ella, los pequeños pueblos, salpicados por impresionantes playas marcadas por una orografía escarpada, se suceden como puntos de paso de una belleza increíble. Caracterizados por su alto valor histórico y cultural, son citas obligatorias para aquellos que recorren el norte de nuestro país.

De todos ellos destaca uno en especial no solo por su arquitectura o valor artístico, sino por el sobrenombre con el que se le identifica. Estamos hablando de Santillana del Mar, un hermoso pueblo conocido popularmente como la Villa de las tres mentiras, pues se dice que ni es santa, ni llana, ni tiene mar. Algo que no está del todo claro, pero lo que es indudable es su belleza única que le ha permitido ser considerado como uno de los pueblos más bonitos de España.

Una hermosa colegiata

Santillana del Mar es una de las localidades de mayor valor histórico-artístico de España, pues cuenta con monumentos de gran valor. Sus estrechas y empedradas calles permiten al viajero perderse por ella y descubrir todas sus maravillas. Una de ellas es la colegiata de Santa Juliana. Este templo ya existía en el siglo IX, con el nombre de monasterio de Santa Juliana, cuando monjes provenientes de Al-Ándalus decidieron esconder las reliquias de Santa Juliana en este lugar.

Colegiata de Santa Juliana, en Santillana del Mar, Cantabria.
Colegiata de Santa Juliana, en Santillana del Mar, Cantabria.

Igualmente, se trata del primer y más importante edificio románico de Cantabria y debido a este acontecimiento tuvo gran relevancia durante la Edad Media, llegando a convertirse en capital eclesiástica. A su vez, en torno a ella y su hermoso claustro, de finales del siglo XII y principios del XIII, se estableció un núcleo poblacional que vivió épocas de gran esplendor económico. Esto se refleja en los numerosos palacetes presentes esta villa.

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Más allá de este monumento, Santillana del Mar esconde otros que son toda una obra de arte. Sus dos calles principales, Carrera y Juan Infante, se unen con la calle Cantón, la cual conduce a la Colegiata. No obstante, antes de ello es obligatorio hacer una parada en la Plaza Mayor, donde se ubica la Torre del Merino, del siglo XIII, y la Torre de Don Borja. Igualmente, en ella también se desarrolla el mercado.

Calles de Santillana del Mar, en Cantabria.
Calles de Santillana del Mar, en Cantabria.

Las pinturas rupestres más importantes del mundo

Por otro lado, Santillana del Mar destaca por albergar uno de los mayores descubrimientos históricos de la humanidad: las Cuevas de Altamira. Estas cuevas cuentan con, probablemente, la colección de pinturas rupestres más importantes y famosas del mundo. El descubrimiento se hizo en el año 1868 de forma casual por Modesto Cubillas, aunque su parte más famosa, la ‘sala de los policromos’ no fue hallada hasta 1879.

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En sus inicios, el hallazgo causó un gran revuelo en la comunidad científica, pues esta se negaba a admitir los 14.000 años de antigüedad de las pinturas. A día de hoy, el viajero puede disfrutar de una réplica exacta de las pinturas, pues la gran afluencia de visitantes hizo que los científicos temieran por su preservación.

Pinturas rupestres en la Cueva de Altamira (Turismo de Cantabria).
Pinturas rupestres en la Cueva de Altamira (Turismo de Cantabria).

La ‘Villa de las tres mentiras’

A Santillana del mar se la conoce como la Villa de las tres mentiras (ni es santa, ni llana, ni tiene mar), sin embargo, existen ciertos aspectos que hacen que, quizá, no sea del todo cierto. En primer lugar, el hecho de que se depositaran las reliquias de Santa Juliana en la colegiata hace que el pueblo le deba mucho a esta figura. Por otro lado, uno puede pensar que Santillana es un entramado empinado donde todo son cuestas, pero nada más lejos de la realidad, pues solo alberga dos calles en pendiente, la de Carrera y Juan Infante.

Por último, esta es quizás la que más sentido tiene, pues sí es cierto que la localidad carece de puerto y de costa. Sin embargo, se encuentra a tan solo ocho kilómetros del mar, donde el viajero puede disfrutar de playas como la de Santa Justa. Este arenal de arena dorada y bellas aguas se caracteriza por albergar una iglesia en sus acantilados.

Playa de Santa Justa, Cantabria.
Playa de Santa Justa, Cantabria.

Cómo llegar

Desde Santander, el viaje es de alrededor de 30 minutos por la carretera A-67. Por su parte, desde Bilbao el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 25 minutos por la vía A-8.

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