Cuando Rufián aseguró que Yolanda Díaz le daba más miedo que Abascal

En campaña se conceden muchas entrevistas, se debate y se escriben muchos tweets. Durante la campaña previa a las elecciones del pasado 23J, el portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián, aseguró en el programa de Cuatro, ‘Todo es Mentira’ que le daba más miedo Yolanda Díaz, la líder de Sumar, que Santiago Abascal, el líder de la extrema derecha. Por aquel entonces, la gran mayoría de las encuestas apuntaban a que Feijóo y Abascal alcanzarían una mayoría suficiente para formar Gobierno, un ejecutivo que previsiblemente contaría con Abascal como vicepresidente.

Gabriel Rufián argumentó que le daba más miedo la vicepresidenta segunda en funciones porque Abascal “todo el mundo sabe qué es” y lo que supondría “el fascismo”. No obstante, al líder de ERC en el Congreso de los Diputados, le inquietaba la actitud de Díaz, a la que acusaba de faltarle valentía.

Gabriel Rufián se convirtió de forma inesperada en uno de los mayores defensores de la ministra de Igualdad, Irene Montero. Rufián acusaba a Yolanda Díaz de haberla vetado en la negociación con Podemos para que los morados pudieran incluirse en la coalición de izquierdas de Sumar y criticaba “el hecho de que dejara en la cuneta a gente como Irene Montero simplemente porque le han dicho que le va a ir mejor”.

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Muchos expertos relacionaron las palabras gruesas de Rufián por el contexto de competición electoral en Cataluña, una batalla que finalmente acabó ganando Sumar. El pasado 23J, la formación liderada por Yolanda Díaz logró ser la segunda fuerza política, por detrás del PSC. Esquerra Republicana, por su parte, quedó relegada a la cuarta posición, por debajo, incluso, del Partido Popular, dejándose por el camino casi 400.000 votos con respecto a las elecciones de 2019.

La caída de apoyos del independentismo el pasado 23J es indudable. Sin embargo, se produce la paradoja que, ante la nueva aritmética parlamentaria, sus votos son vitales, a pesar de que su espacio haya retrocedido. La importancia de los diputados de ERC y de Junts Per Catalunya obliga al PSOE y a Sumar a llegar a acuerdos con las fuerzas independentistas.

A pesar de las críticas en campaña, ahora, después de pactar, Rufián no tiene razones para tener miedo de Yolanda Díaz. Este pacto, supone una primera concesión con el objetivo de lograr un acercamiento para lograr el sí de estas formaciones de cara a una posible investidura de Pedro Sánchez. Esta distinción se logra si la formación ha alcanzado, al menos, 15 escaños, ha superado los cinco diputados y, al mismo tiempo, ha logrado el 5% de los votos en todo el país, o bien, si en los comicios la formación en cuestión firmó un 15% de sufragios en todas las circunscripciones en las que se concurre.

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Hoy por hoy ni Esquerra Republicana de Catalunya, ni JxCat cumplen ninguno de estos requisitos, por eso Sumar prestará dos de sus diputados a ERC y el PSOE hará lo propio con Junts, esto permitirá que la Mesa del Congreso de los Diputados acepte su candidatura y estudie si la aprueba o, por el contrario, la desestima. Por esta razón, era imprescindible que el bloque progresista controlara el órgano gestor del parlamento.

Tener grupo propio supone grandes ventajas políticas, económicas y de medios. Quien lo constituye tiene garantizada su representación en todas las comisiones parlamentarias, en la Diputación Permanente y voz propia en la Junta de Portavoces y capacidad para intervenir en todos los debates en igualdad de condiciones; mientras que dentro del Grupo Mixto hay que repartirse tiempos de intervención y asientos en las comisiones.

En las sesiones de control, tener grupo propio posibilita entrar en los cupos de preguntas e interpelaciones al Gobierno, así como ventajas a la hora de incluir sus proposiciones, no de ley en los plenos, pero en el Grupo Mixto todo ese ‘pedazo de tarta’ debe distribuirse a partes iguales.

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En el plano económico, por ejemplo, En la legislatura que termina cada grupo percibía una subvención de fija de 364.160,64 euros al año (30.346,72 al mes) y una variable en función del número de diputados de cada uno de ellos, que se estableció en 1.746,16 euros mensuales por cada parlamentario.

Además, sólo habiendo conseguido grupo parlamentario propio se puede acceder al cobro de las subvenciones por envío gratuito de propaganda electoral durante la campaña. Y las ventajas se prolongan para las siguientes elecciones, porque los que ahora lo consigan tendrán opción a presencia en los futuros debates electorales y planes de cobertura informativa de los medios públicos.

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