Al recordar una playa, lo normal es pensar es sus aguas turquesas, su arena fina y blanca o su espectacular entorno. Sin embargo, muchas de ellas no dejan de sorprendernos gracias, por ejemplo, a alguna formación geológica, algún aspecto curioso o simplemente por su elevada belleza. En las islas Canarias se ubican gran cantidad de estos arenales, algunos catalogados como los mejores de España, pero también cuentan con otros que se caracterizan por su rareza y peculiaridad.
Este es el caso del norte de Fuerteventura, donde se reúnen algunas de las playas más especiales de nuestro país. Una de ellas es la playa del Bajo de la Burra, en Punta Elena, Corralejo. Sin embargo, muy poca gente la conoce por este nombre, pues se denomina popularmente la playa de las Palomitas. Este sobrenombre se debe a la particularidad de su superficie, pues parece estar repleta de este aperitivo que arrasa en las salas de cine.
Un hermoso coral blanco
La playa de las Palomitas debe su divertido nombre a las ‘palomitas’ que cubren todo el terreno. Sin embargo, en realidad se tratan de rodolitos, unas algas calcáreas que han sido arrastradas por el mar hasta la orilla. Allí., las algas mueren y la erosión termina por crear estas pequeñas formaciones, es decir, es un coral blanco resultado de la mezcla y la erosión de algas calcáreas con la arena blanca de la playa. Este es un proceso que puede llegar a durar varios siglos.
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Esta hermosa particularidad hace que sean muchos los curiosos que se acercan hasta la playa para llevarse unas ‘palomitas’. Sin embargo, esta práctica está prohibida debido al gran valor medioambiental y ecológico con el que cuenta.
El biólogo Francisco Otero, del Instituto Ecoaqua de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, explicó a El País que, mientras han estado bajo el agua, han absorbido el dióxido de carbono del mar, de manera que ayudan a combatir el cambio climático, y en sus cavidades se han depositado huevos de diferentes especies marinas. Con el paso de los años, una vez en la costa, se erosionan y se convierten en arena de la playa. Por ello, es de extrema relevancia cuidar el ecosistema cuando se visita y no llevarse nada.
Submarinismo y deportes acuáticos
En cuanto a la playa, se trata de un arenal aislado, perfecto para pasar unos días de relax y desconexión. Además, es muy buena opción para ir con los más pequeños, puesto que cuando baja la marea se forman pequeñas charcas naturales perfectas para darse un chapuzón con total seguridad. No obstante, sus condiciones y ubicación hacen que no cuente con ningún tipo de servicio.
Por otro lado, es un destino ideal para los amantes de los deportes acuáticos como son el surf y el windsurf. Este último gracias a que el viento suele ser un compañero habitual en la playa. Igualmente, el viajero puede descubrir los secretos sumergidos en el mar, ya que la práctica del submarinismo está permitida. Aunque hay que tener especial cuidado con las corrientes y las mareas.
Cómo llegar
Desde Puerto del Rosario, el trayecto hasta el arenal es de alrededor de 40 minutos por la carretera FV-1. Por su parte, desde Corralejo el trayecto tiene una duración estimada de 15 minutos por la avenida Rey Juan Carlos I.
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