La hermosa iglesia conocida como la ‘Capilla Sixtina de Valencia’: un tesoro barroco que es el doble que la del Vaticano

La Creación de Adán y Eva, El pecado Original o La Ebriedad de Noé son solo algunas de las impresionantes pinturas que decoran la Capilla Sixtina. Entre 1508 y 1512, Miguel Ángel creó y dio forma a una de las obras de arte más importantes de la humanidad. Una serie de frescos de una dificultad y perfección extrema que configuran la mayor obra del Renacimiento.

Tal es su majestuosidad que muchas iglesias optaron por decorar sus bóvedas de la misma forma, dando lugar a monumentos y obras de gran valor. De esta forma, en Valencia, la iglesia de San Nicolás de Bari y San Pedro Mártir ha sido apodada la Capilla Sixtina de Valencia por las increíbles pinturas que decoran su interior. Su techo se encuentra decorado de forma magistral con numerosas obras que representan diferentes episodios religiosos.

La iglesia de San Nicolás de Bari y San Pedro Mártir fue construida en el año 1242 como parroquia. No obstante, en el espacio que ocupa ya se levantó un templo romano destinado al culto de divinidades paganas y se usó como cementerio. En los siglos posteriores a su construcción, concretamente entre el XVI y XVII, el templo se amplió, adoptando un estilo gótico, para más tarde vivir otra ampliación con tintes barrocos.

Así, desde la página web de la iglesia destacan que se trata del “mejor ejemplo de convivencia de un templo de estructura gótica del siglo XV con decoración barroca del siglo XVII que encontramos en la ciudad de Valencia”. Fue durante esta transición al barroco cuando el interior de la iglesia se decoró con las impresionantes pinturas, las cuales reflejan la vida de los dos santos titulares de la parroquia. Estas recorren toda la bóveda de la iglesia y fueron diseñadas por Antonio Palomino, aunque las pintó su discípulo, Dionís Vidal.

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Los frescos se conservan a la perfección hasta hoy en día, siendo tal su belleza que se la ha catalogado como la Capilla Sixtina de Valencia. De hecho, la superficie donde se desarrollan ocupa un total de 2.000 metros cuadrados, siendo el doble que el de la Capilla del Vaticano. Sin embargo, cabe destacar que durante la Guerra Civil, el espacio se utilizó como almacén, lo que produjo un gran deterioro.

Su restauración se llevó a cabo en 2016, usando técnicas muy avanzadas como la biolimpieza con bacterias. Esta técnica consiste en el uso de microorganismos para la limpieza de las obras de arte, como si de probióticos se trataran. De hecho, fue calificada como “la intervención arquitectónica y pictórico-ornamental más importante realizada hasta la fecha a nivel internacional por la magnitud de la obra y las técnicas empleadas”, según Pilar Roig, la coordinadora del equipo de restauradores.

La entrada para disfrutar de esta obra de arte es de 10 euros, siendo la reducida de 7 euros. En ella se incluye audioguía y la duración de la visita es de alrededor de 45 minutos. En cuanto al horario, este es de martes a viernes de 10:30 h a 20:30 h; los sábados de 10:00 h a 19:30 h y los domingos de 13:00 h a 20:30 h.

La iglesia de San Nicolás de Bari y San Pedro Mártir se ubica en plena ciudad de Valencia. En un paseo por la ciudad la podrás encontrar en la calle de Caballeros, en la frontera que separa los barrios de El Carme y El Mercat.

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