El Consejo de Ministros ha dado luz verde este martes al presupuesto para el nuevo vehículo de apoyo a cadenas (VAC) del Ejército de Tierra, que asciende a casi 1.954 millones de euros. De esta manera, el Ministerio de Defensa podía celebrar el contrato, previa licitación, para la adquisición de 394 carros con los que reemplazar la flota de unidades M113, los veteranos vehículos de transporte oruga acorazado (TOA).
El Ejército cuenta con aproximadamente 1.300 TOA, unidades que están al final de su vida útil después de más de medio siglo en servicio. Los primeros de estos blindados, de origen estadounidense, llegaron al país en la década del 60, al mismo tiempo que Estados Unidos los desplegaba en la guerra de Vietnam e ilustraban todas las crónicas periodísticas sobre el conflicto.
En 2015, Defensa inició una modernización a gran escala de la mitad de su flota de TOA, proceso que se prevé concluya este año. La mitad restante, unos 600 vehículos, serán dados de baja y reemplazados, a partir de 2027, por los mencionaos VAC. Desde la invasión de Rusia a Ucrania, en el marco de la cooperación militar europea, España ha enviado al país invadido alrededor de 60 TOA.
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El VAC, en sus distintas variantes de apoyo al combate y apoyo logístico, aportará mejores capacidades de movilidad, protección y de potencia de fuego, complementando con ello a los carros de combate Leopard 2E y vehículos VCI Pizarro que integran las unidades acorazadas y mecanizadas o a los futuros sistemas que sustituyan a estos en los próximos 30 años.
Diseño nacional
La gran candidata para hacerse con este jugoso contrato es la empresa Tess Defence, la misma que actualmente desarrolla el Dragón, el nuevo vehículo de combate sobre ruedas 8x8 del Ejército de Tierra. En la pasada edición de la feria española de defensa y seguridad, Feindef, la firma presentó su propuesta para sustituir a los TOA.
El blindado expuesto en aquella oportunidad por Tess, compañía conformada por Indra, Santa Bárbara Sistemas, Escribano M&E y Sapa Placencia, se basa en el modelo de diseño español Ascod, que el Ejército denomina Pizarro y del que ya posee unas 261. El vehículo presenta una longitud de ocho metros, una anchura de tres y una altura de 2,4. De ser finalmente la elegida por Defensa -y todo a punta que así será- el Ejército se aseguraría de contar con la misma tecnología en dos de sus blindados, lo que redundará en menores costes logísticos y de mantenimiento.
El armamento equipado en la versión propuesta ha sido desarrollado íntegramente por la empresa Escribano M&E, que ha bautizado a esta torre como Guardian Mortar System (GMOS). La misma incorpora como arma principal un mortero de 120 mm cuyos proyectiles pueden alcanzar un objetivo ubicado hasta 10 kilómetros de distancia, y un cañón ligero de 7,62 mm operable desde el interior del blindado.
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