Los terrores infantiles son la base de innumerables películas dentro del género que solo terminan por dar la razón a los pequeños. Si no, recordemos al niño de Insidious o a los de Poltergeist, al de The Babadok... y es que en ocasiones son ellos los que tienen una capacidad más receptiva para darse cuenta de que algo no va bien, al mismo tiempo que también son los más sensibles a ser aducidos por cualquier presencia maligna que pulule por el ambiente.
En ese sentido, Peter (Woody Norman) escucha todas las noches unos golpes en su pared. Su madre, Carol (Lizzy Caplan) y su padre, Mark (Anthony Starr) le dicen que son imaginaciones suyas e intentan quitarle importancia al asunto. Pero Woody sigue sintiendo una presencia extraña al otro lado. Al mismo tiempo, es objeto de bullying en el colegio, por lo que parece flotar en una atmósfera de violencia que se reflejará en su actitud. Una profesora del colegio, la señorita Devine (Cleopatra Coleman, a la que vimos en Piscina infinita), sospechará que algo le pasa e irá a su casa, pero la actitud de su madre es fría y amenazadora.
Terror más allá de la fórmula
¿Qué está pasando en realidad en esa casa? No tengas miedo (Cobweb) está dirigida por el director francés Samuel Bodin en lo que supone su primera experiencia americana, que se insertaría dentro de la vertiente de terror comercial con un cierto toque de personalidad, sobre todo a la hora de mostrar el espacio (la casa familiar) y la atmósfera, turbia, tenebrosa y en la que late el malestar gracias a la utilización de la ausencia de sonido y la apuesta, al menos durante una parte del metraje, así como su voluntad expresa no apelar a los golpes de efecto de manera indiscriminada.
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El guion tiene la virtud de ir cambiando casi a cada tramo. Al principio parece una cosa, para terminar siendo otra, y eso le otorga fluidez y cierta capacidad de sorpresa. Como suele ocurrir, el desenlace no siempre es tan satisfactorio como sus presupuestos iniciales, pero tiene la virtud de no caer en el sensacionalismo que en ocasiones abunda dentro del género. Y eso que se utilizan un buen puñado de estereotipos, como que la trama transcurre en los días previos a Halloween, pero incluso así le intenta dar una vuelta de tuerca creando una especie de nueva mitología, como el miedo a esas fechas porque en ese vecindario desapareció una niña cuando jugaba a Truco o Trato o el descubrimiento final de que, una vez que el miedo se ha metido en tu cuerpo, pase lo que pase, nunca te abandonará y pervivirá en las pesadillas.
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