Una de las piscinas naturales más bonitas de Portugal: aguas turquesas entre acantilados de 400 metros de altura

Las islas Azores son un auténtico paraíso natural. Sus paisajes trasladan al viajero a parajes de ensueño propios de continentes como Asia o América. Todo ello gracias a una orografía y distribución única marcada por la roca volcánica, la cual ha dado lugar a formaciones geológicas y monumentos naturales únicos en el mundo. Así, el viajero puede disfrutar de playas exóticas, bosques con una exuberante vegetación y cascadas mágicas. A esas les acompañan pozas naturales que parecen de otro planeta.

Una de ellas se localiza en la isla de São Jorge, la más grande de las nueve que forman el archipiélago (São Miguel, Pico, Terceira, São Jorge, Faial, Flores, Santa María, Graciosa y Corvo). Estamos hablando de la majestuosa piscina natural de Simão Dias, una poza situada en el pueblo de Fajã do Ouvidor, uno de los más turísticos de la isla. Se trata de uno de los parajes más bellos de São Jorge y una visita obligada para cualquier turista, pues darse un baño en ella es una experiencia única.

La poza de Simão Dias es catalogada por muchos como la más bonita de Portugal. Esto no es para menos, pues se incrusta en un entorno exótico y salvaje, que tiene su culmen en el espectacular acantilado volcánico de 400 metros de altura que la cobija. Esto le brinda una imagen única que se termina de completar gracias a las inmensas columnas de basalto que alberga, fenómeno conocido como disyunciones prismáticas. Todo ello crea un conjunto natural único en el mundo que separa a la piscina del océano.

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Cabe destacar que la poza se sitúa en una de las fajãs más grandes de la isla de São Jorge. Este fenómeno es una pequeña extensión de terreno llano que se encuentra entre la montaña y el océano. De esta forma, gracias a las espectaculares paredes que contiene, se encuentra alejada del mar.

En su interior, sus aguas, de un llamativo color turquesa, hacen de las delicias de todo aquel que se acerca. Así, el contraste entre el negro del basalto y el azul del agua, combinado con el estado salvaje de la piscina, lo convierten en un lugar mágico y único. A su vez, cuenta con un alto valor medioambiental gracias a las formaciones volcánicas y a su exclusiva fauna y flora.

El acceso hasta la piscina natural no es complicado. Se puede hacer a pie desde Fajã do Ouvidor utilizando algunos de los senderos disponibles que llevaran al viajero hasta diferentes partes de la poza. En este sentido, existe un camino de piedra que lleva su parte más profunda, mientras que otro discurre a través de las rocas.

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