El euríbor a 12 meses ha dado una tregua a los hipotecados tras bajar en tasa diaria del 4,1% y situar su media provisional en agosto en el 4,072%, por debajo del 4,149% con que cerró julio. Este descenso lleva a pensar a los analistas que el índice de referencia para los préstamos hipotecarios a tipo variable puede estar cerca de tocar techo, y más si se cumplen las previsiones de que el Banco Central Europeo mantenga los tipos de interés en el 4,25% en la reunión que va a celebrar en septiembre.
“Todo dependerá de lo que el eurobanco haga con los tipos de interés el próximo mes, después de que dejara la puerta abierta a que, esta vez sí, los podría mantener”, apunta Estefanía González, portavoz de finanzas personales del comparador Kelisto.
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La decisión del supervisor europeo dependerá de cómo se comporte la inflación en la eurozona durante el mes de agosto, después de que cerrara julio con un retroceso de dos décimas, hasta situarse en el 5,3% tras la caída del precio de la energía, lo que supuso la menor subida de precios desde enero de 2022. Mientras que la inflación subyacente se mantuvo en el 5,5%.
A expensas de la inflación
“Lo que pase con el euríbor de aquí a fin de año dependerá de los precios”, asegura González: “Los precios de la energía, aunque en un mejor contexto que hace unos meses, amenazan con volver a subir y no solo el gas, también el petróleo, a pesar a que la UE tiene sus reservas bien surtidas”. A ello se unirá, según la experta, el impacto de la guerra entre Rusia y Ucrania y de la sequía en el coste de los alimentos. Todo ello, a su juicio, “determinará qué pasará con el IPC de la zona euro e influirá en la política monetaria del BCE”.
Por el momento, lo que refleja la evolución del euríbor en agosto es que tanto los bancos como los inversores “siguen sin creerse que el BCE pueda subir los tipos en septiembre. No es que confíen en una bajada, pero sí en que se mantengan”, argumenta la experta.
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También Simone Colombelli, director de Hipotecas y asesor de iAhorro, considera que “es posible que en septiembre el BCE paralice las subidas para intentar estabilizar el mercado”. Si eso ocurre, prevé que la curva del euríbor “se aplanará enseguida, y si lo hace alrededor del 4% no será una mala noticia”. No obstante reconoce que también existe el riesgo de que, “si la subida de tipos continúa, el euríbor llegue al 5%”.
Por el momento, los analistas descartan que el índice llegue a los máximos históricos registrados hace 15 años, en plena crisis financiera tras la quiebra de Lehman Brothers. “Ahora no estamos en una situación ni parecida a la de entonces, por lo que llegar a esos mismos niveles sería algo realmente extraordinario”, señala Colombelli.
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Asegura que si el BCE paraliza las subidas de tipos de interés, “podríamos ir en la misma línea que marca la serie histórica y ver, a partir de ahora, una estabilización real del euríbor, lo que sería una muy buena noticia para los hipotecados”.
Por el momento, los analistas vaticinan que el euríbor cierre el año en torno al 4%, lo que significa que aquellos que revisen en enero de 2024 su hipoteca variable, con el dato de diciembre de 2023, y cuyo diferencial sea del 1,15%, para un importe y plazo igual al de la hipoteca media en España, 141.798 euros a 25 años, verán cómo sus cuotas mensuales subirán de 535,88 euros a 825,86 euros: es decir, pasarían a pagar 289,98 euros más al mes y casi 3.500 euros más al año.
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