“Somos campeonas del puto mundo”, repetía Jenni Hermoso para autoconvencerse de la gesta lograda. “Estoy en shock”, reconocía Aitana Bonmatí, la MVP del Mundial. “Campeonas del mundo, se dice pronto... ¡Flipa!”, gritaba Alba Redondo. El fútbol femenino español, después de muchos años de trabajo, ha dado el salto definitivo y ha tocado el cielo en Australia por primera vez y contra todo pronóstico. 23 mujeres que crecieron en campos de fútbol habitados por hombres y que, a falta de referentes femeninos, tuvieron que recorrer su propio camino para convertirse en el espejo donde ahora pueden mirarse las generaciones venideras, han hecho realidad los sueños de las más optimistas: ganar un Mundial.
Jorge Vilda unió a las futbolistas veteranas, que llevaban años peleando por conseguir una gesta de tales magnitudes, con otras muy jóvenes que venían pisando muy fuerte. Un tándem perfecto. Tanto que ha finalizado con la Copa del Mundo en las vitrinas de la selección. La ilusión de Cata Coll, Olga Carmona, Tere Abelleira y Salma Paralluelo, combinada con la jerarquía de Irene Paredes, Alexia Putellas y Jenni Hermoso, ha catapultado al fútbol español a la cima del mundo.
Cata Coll se adueña de la portería
Si hay algo caprichoso en la vida es el deporte, y, especialmente, el fútbol. Cata Coll pasó de ser la sorpresa en la convocatoria a terminar el torneo siendo la portera titular por delante de Misa Rodríguez, que se desprendió de dicha condición tras la debacle ante Japón.
A raíz del último partido de la fase de grupos ante las niponas, la canaria fue relegada al banquillo y a un segundo plano en lo deportivo. En Australia no estuvo presente Sandra Paños, portera titular en el Barça, precisamente por delante de Cata Coll.
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La alicantina fue una de las 15 futbolistas que renunció a la selección y más tarde, sin éxito, intentó volver. Vilda ya había elegido a sus dos guardametas y curiosamente a la que Sandra Paños mantenía a la sombra en el Barça, se ha convertido en indiscutible para el seleccionador. Enith Salón, sin minutos, fue la tercera guardameta.
Olga Carmona, de señalada a heroína; Irene Paredes, la mariscal
La jugadora que dio a España su primera estrella femenina con el gol anotado en la final ha vivido una montaña rusa de sensaciones a lo largo del Mundial. Hay futbolistas que, cuando son señaladas por el entrenador, se hunden. Sin embargo, otras, se arman de valor con el fin de aprovechar cualquier mínima oportunidad para demostrar su valía.
Olga Carmona pertenece a este segundo grupo. Arrancó el Mundial siendo titular en los tres primeros partidos, pero fue una de las sacrificadas de la derrota ante Japón.
Ni siquiera acabó ese partido –fue sustituida al descanso–, no disputó ni un minuto del duelo en octavos de final y fue suplente en cuartos. Pero la sanción a Oihane le volvió a abrir las puertas de la titularidad en semifinales, donde marcó el gol definitivo y fue nombrada MVP. Imposible mandarla de vuelta al banco. Olga repitió titularidad en la final y también gesta: la estrella llegó en otro gol suyo.
Olga fue capitana pese a la jerarquía de jugadoras como Irene Paredes, que disputó todos los minutos posibles del Mundial ejerciendo como líder del grupo. Junto a Alexia Putellas y Jenni Hermoso son las únicas supervivientes de la selección que debutara en un Mundial, en Canadá 2015. Ahora es campeona del mundo. La incombustible Ona Batlle y la joven Laia Codina fueron las opuestas de Vilda para el lateral derecho y el centro de la zaga en todos los cruces. Ivana Andrés, Ohiane y Rocío Gálvez completaron la nómina de defensas.
Tere Abelleira irrumpe, Bonmatí se consolida y Alexia llega a tiempo
En torneos cortos suelen emerger figuras inesperadas que dan un plus de competitividad al grupo. Es el caso de Teresa Abelleira, la gallega que ha puesto a jugar a España. Sin Patri Guijarro, ausente en el Mundial por decisión personal, Vilda cambió la posición en el campo de Teresa, le dio la llave del centro del campo y esta no le defraudó. La gallega ha sido titular en todos los partidos del Mundial y ha brillado ejerciendo como ancla del equipo.
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Por otro lado, Aitana Bonmatí, MVP del Mundial, ha cerrado en Sídney una temporada inolvidable tanto colectiva como individualmente. La futbolista catalana ha sido una de las grandes artífices del triunfo de España en la Copa del Mundo y de los títulos del Barça a lo largo de la pasada temporada. Ha levantado la Liga y Supercopa española, Champions League femenina y Mundial femenino. Sus números no engañan: 18 goles y 21 asistencias con el Barça y tres tantos y dos pases de gol con España en el Mundial. Todos estos logros, al que suma el MVP del Mundial, le hacen postularse como principal favorita a suceder a Alexia Putellas como ganadora del Balón de Oro.
Precisamente, la doble campeona del mencionado galardón, llegó entre algodones a la cita mundialista, donde no ha podido brillar como le hubiera gustado. La lesión que le apartó de los terrenos de juego durante diez meses, culpable de ello. Alejada de los focos en el Mundial recientemente conquistado, Alexia ha ejercido con jerarquía dentro del vestuario. Claudia Zorzona, Irene Guerrero y María Pérez también tuvieron minutos en el centro del campo español.
Revolución Salma Paralluelo
Eligió el fútbol en lugar del atletismo, fichó por uno de los mejores equipos femeninos del mundo, el Barça, y a sus 19 años ya es campeona del mundo absoluta, Sub-17 y Sub-20, triple corona para la reina de la velocidad. Galardonada como mejor jugadora joven del torneo, Salma Paralluelo ha irrumpido definitivamente en la élite. Con la selección ha disputado 12 partidos saldados con 8 goles y dos MVP seguidos en el Mundial. Salma encontraba el orden dentro del caos que ella misma generaba en las defensas rivales con desmarques de ruptura, diagonales y constantes movimientos. Para el recuerdo quedarán sus dos goles, vitales, ante Países Bajos y Suecia. España tiene el futuro asegurado. Esther González, Jenni Hermoso, Alba Redondo, Mariona Caldentey, Athenea del Castillo y Eva Navarro fueron el resto de atacantes españolas.
El camino recorrido en Australia por las jugadoras españolas tiene su eco en la eternidad. Ahora las niñas tienen un espejo en el que mirarse, un referente femenino al que imitar. Ahora quieren ser Alexia, Salma, Aitana, Tere Abelleira... Ahora quieren ser como las campeonas del mundo.
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