Ya solo se mantiene Abascal: Vox se queda sin fundadores tras la salida de Espinosa de los Monteros

El líder del partido es el único que mantiene poder orgánico dentro de la formación, fundada en 2013 por diez perfiles relaciones con la derecha española

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Santiago Abascal e Iván Espinosa
Santiago Abascal e Iván Espinosa de los Monteros. Foto de archivo. (Ricardo Rubio - Europa Press)

Las elecciones del pasado 23 de julio dejaron un hemiciclo ligeramente diferente al que marcaban las encuestas. El Partido Popular no llegó a los números esperados y la fuerza de Vox se diluyó tanto que no fue suficiente para trasladar el modelo autonómico al Congreso de los Diputados.

La ultraderecha perdió en las elecciones 19 escaños y más de 600.000 votos, una derrota electoral que cambia la tendencia del espacio político con respecto a la registrada en Europa en los últimos años. El varapalo electoral ha agravado la guerra interna que, desde hace meses, se libra en el seno de la formación.

Dentro de Vox existe una pugna entre el ala más ultraliberal y la facción más tradicionalista y ultracatólica. A los primeros los lideraba, hasta hace unas semanas, Iván Espinosa de los Monteros, uno de los activos más importantes del partido. Por su parte, Jorge Buxadé es el cabecilla de los más cercanos a los nacionalcatólicos. El eurodiputado, en los últimos meses, ha logrado ir amasando un poder que ahora parece inmenso, llegando a dirigir la estrategia, tanto electoral, como postelectoral, llevando la voz cantante en materia de pactos. La división, tanto en la estrategia como en la acción política, ha terminado por explotar tras el 23-J.

Los más cercanos a Iván Espinosa de los Monteros acusan a Buxadé de haber cerrado demasiado rápido los pactos autonómicos y municipales, firmando acuerdos que han logrado movilizar a la izquierda y a los electores tradicionalmente abstencionistas que acudieron a las urnas para depositar su voto en contra de la alianza PP-Vox.

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Espinosa de los Monteros, en el órgano de acción política de la formación, advirtió tras la convocatoria de las generales que no era tiempo de pactar, que la mejor opción era dejar gobernar al PSOE en los ayuntamientos donde habían sido la lista más votada y tras el 23-J presentar mociones de censura y llegar a acuerdos con el PP. En comunidades como Valencia, Extremadura o Aragón, según las tesis del exportavoz de Vox, se debían dilatar al máximo los plazos. No le hicieron caso y Abascal avaló las tesis de Buxadé: pactar rápido y evitar dejar pensar al PP.

Tras los comicios, la guerra se desató. No obstante, la gota que colmó el vaso de Espinosa de los Monteros fue cuándo se enteró de que Abascal sopesaba arrebatarle la portavocía del Congreso. Un movimiento que no iba a permitir, por lo que apostó por dar un paso al lado. De esta forma, Buxadé habría ganado tan solo una batalla, no la guerra, y a pesar de que pretendía colocar a Figaredo como portavoz, finalmente cedió con Pepa Millán.

La deriva nacionalcatólica de Vox abanderada por Buxadé ha hecho que, en los últimos años, la gran mayoría de las caras de Vox se hayan ido desvinculando de la formación. La caída de Espinosa de los Monteros supone la salida del último de los fundadores que quedaban dentro del partido.

El líder de Vox, Santiago
El líder de Vox, Santiago Abascal y la portavoz de la formación, Pepa Millán (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Solo queda Abascal

La formación de ultraderecha, en multitud de ocasiones, ha utilizado eslóganes como #SoloQuedaVox o #SoloQuedaAbascal. En esta ocasión es, literalmente, así. De los fundadores del partido, solo queda Santiago Abascal.

Santiago Abascal, Aleix Vidal-Quadras, Ignacio Camuñas, José Antonio Ortega, Ana Velasco, María Jesús Prieto-Laffargue, Iván Espinosa de los Monteros, Enrique Álvarez, Cristina Seguí e Ignacio González de Quirós fundaron Vox en diciembre de 2013. El partido fue constituido por viejos conocidos de la política institucional, naciendo, en la práctica, como una escisión enfadada con Mariano Rajoy por su tibieza a la hora de enfrentar el conflicto catalán.

Siete de los diez fundadores de la formación de ultraderecha habían tenido relación con el Partido Popular, con José María Aznar, o habían formado parte del Gobierno de España. Santiago Abascal había dejado el PP meses antes de firmar con Vox, y lo hizo en una carta en la que mostraba su enfado con Mariano Rajoy. Previamente, Abascal se había forjado en la política como hijo político de Esperanza Aguirre y José María Aznar. Con el expresidente del Gobierno había llegado a dirigir las Nuevas Generaciones vascas y con Aguirre comenzó a facturar. La expresidenta de la Comunidad de Madrid le rescató del destierro al que le tenían sometido los populares vascos antes las diferencias estratégicas con la dirección del PP de Euskadi. Aguirre le colocó como director de la Agencia de Protección de Datos de Madrid. Más tarde, con la llegada de Ignacio González a la presidencia de la Comunidad de Madrid, este le aseguró la dirección de la Fundación de Patrocinio y Mecenazgo de la Comunidad, un puesto por el que facturaba 80.000 euros al año.

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María Jesús Prieto-Laffargue, al igual que Abascal, mantenía una estupenda relación con el expresidente popular. Fue directora general del Instituto Nacional de Meteorología. Por su parte, González Quirós ocupó una de las sillas del Consejo Asesor de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales, es decir, de la fundación FAES. Quirós vio nacer, y fue el primer director de la Revista Cuadernos, la publicación que edita la fundación de Aznar desde el año 2003. Ambos dejaron la primera línea del partido por diferencias ideológicas con la dirección.

Santiago Abascal junto a los
Santiago Abascal junto a los dirigentes de Vox durante el seguimiento de la jornada electoral el 23 de julio.

Entre los diez fundadores también hay perfiles que se unieron por la deriva del conflicto catalán y otros relacionados con la lucha contra el terrorismo de ETA, como es el caso de Ana Velasco y Ortega Lar. Alejo Vidal-Cuadras, exmilitante del PP y presidente de la formación en Cataluña, dejó el partido descontento con la falta de mano dura de Rajoy con Artur Mas. Todos ellos o han dejado la formación o se encuentran alejados de cualquier órgano de poder.

Por último, Cristina Seguí, uno de los perfiles más ultras de la formación, ahora colaboradora en diferentes medios de comunicación, abandonó Vox años después de su fundación y, paulatinamente, se ha ido acercando al Partido Popular, principalmente, durante la época de Pablo Casado, cuándo la pudimos ver participando en actos y conferencias organizadas por los populares.

Más allá de Espinosa de los Monteros

Dejando a un lado los fundadores de Vox, resulta interesante poner el foco en como, durante los últimos años, han ido cayendo algunos de los perfiles más importantes de la formación. Sin duda, la salida más polémica fue la de Macarena Olona. Su derrota en Andalucía aceleró lo que muchos buscaban poniéndola al frente de la candidatura andaluza, acabar con su protagonismo, que llegó a preocupar al propio Abascal.

Mazaly Aguilar en un acto
Mazaly Aguilar en un acto de Vox. Imagen de archivo. (David Zorraquino / Europa Press)

Mientras los medios relataban las andanzas de Olona, en Europa se urdía un plan para aplacar a Mazaly Aguilar. La eurodiputada ostenta el cargo internacional más importante de la formación. Es la vicepresidenta de la Comisión de Agricultura y una de las primeras en confiar en el proyecto que lidera Abascal. Para muchos es la “madre” de Vox y no es para menos, tiene –o al menos tenía– el carné de afiliada número 8. Ahora, su partido no cuenta con ella y en su propio Twitter no aparece por ningún lado alguna referencia a Vox.

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El boicot a Aguilar llegó después de que ella reivindicara su independencia y valía ante sus compañeros, una actitud que ni Hermann Tertsch ni Buxadé pasaron por alto: “A Mazaly ni agua”, se ha escuchado entre los miembros de la formación. Aguilar y Olona comparten lista con Espinosa de los Monteros, Juan Luis Steegmann, Víctor Sánchez del Real o Rubén Manso. Una lista que, en principio, apunta a que irá aumentando en los próximos meses.

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