Desde que el hijo menor de Diana Spencer y Carlos III, el príncipe Harry, publicara su libro, Spare, no ha dejado de protagonizar titulares, y también polémicas. A su debut como escritor, donde sacó a la luz diferentes intimidades de la familia Windsor, se suma su censurada relación con Meghan Markle, su desvinculación con la familia Real Británica y las últimas controversias que hablan del cambio en sus estatus de Alteza Real por parte de Buckimgham Palace.
El nieto de Isabel II ha vuelto a ser el personaje principal de un nuevo rumor que asegura que el estrecho vínculo que el duque de Sussex mantenía con su niñera Tiggy Legge Bourke, a quien consideraba como una segunda madre, se ha roto. A pesar de que la nodriza no siempre ha tenido una buena acogida en la familia Windsor, pues Diana de Gales tampoco aprobaba la inquebrantable unión de Harry con Tiggy, hasta ahora había estado a su lado.
Alexandra Shân Legge Bourke, conocida públicamente por su apodo familiar Tiggy, tenía un lugar importante en la vida de Harry. Sus lazos eran tan cercanos que fue una de las primeras personas en conocer a Meghan Markle y su historia de amor con el príncipe y, además, es la elegida para ser una de las madrinas de Archie.
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Sin embargo, según ha desvelado Sarah Vine, una experta en la familia Windsor y columnista de Daily Mail, en el pódcast Palace Confidential, desde que la pareja se marchó a vivir a Montecito, California, la confidencial relación que el duque de Sussex tenía con Legge Bourke se ha disuelto. “Escuché que (Harry) no habla con ninguno de sus viejos amigos, no escucha a ninguno de sus antiguos asesores, personas como Tiggy Legge Bourke que solían ser clave para ayudarlo, simplemente no están con él nunca más”, ha afirmado en el programa Vine.
Rifirrafes con Diana
En 1993, tras la ruptura de Diana de Gales y, el ahora rey, Carlos III, el príncipe Harry y su hermano Guillermo tuvieron una nodriza que le aconsejaba y les acompañaba en su día a día. Tiggy Legge Bourke, tras ser la asistenta personal del príncipe Carlos, fue contratada para cuidar a los entonces jóvenes príncipes.
Alexandra Legge Bourke se había educado como niñera en la escuela St Nicholas Montessori de Londres y contaba con una gran experiencia como baby sitter, tras haber dirigido su propia guardería. Además, su familia guardaba un pasado cercano con los Windsor, pues su madre había sido la dama de compañía de la princesa Ana de Inglaterra y su hermano paje de honor de la reina Isabel II en los años ochenta.
Tiggy Pettifer, quien cambió su apellido tras casarse en 1999 con Charler Pettifer, se convirtió en la candidata perfecta para el cuidado de los hijos de Carlos III y, durante 5 años, fue una pieza fundamental en la vida de los dos hermanos. En concordancia con la descripción que Harry hace de ella en su libro Spare, Tiggy fue la niñera “más querida”. Sin embargo, a pesar del cariño que la nodriza y los entonces príncipes mutuamente tenían, Tiggy no era bien vista por la princesa de Gales, quien pensaba que su entonces marido estaba enamorado de la baby sitter y, de hecho, planeaba contraer matrimonio.
Una relación, que aunque nunca fue buena, terminó dinamitando con la acusación que Lady Di hizo de Legge Bourke. En 1995, Diana de Gales le confesó su mayordomo, Paul Burrell, que Tiggy estaba esperando un hijo ilegítimo de Carlos. Un rumor que corrió como la pólvora en la prensa británica y que provocó que el periodista Martín Bashir convenciera a Diana de Gales de realizar una entrevista sobre su entonces matrimonio. Bashir le enseñó una factura falsa en la que parecía que la niñera se había sometido a un aborto y con la que confirmaba una posible relación de Tiggy con Carlos.
Las diferencias entre Alexandra Legge Bourke y Diana no impidieron que los entonces príncipes cultivaran una relación cercana y cariñosa con su niñera. Si mientras Lady Di estuvo viva, Leggue Bourker se convirtió en una persona esencial en la vida de Harry, tras su muerte el vínculo entre ambos fue aún más fuerte. Para el duque de Sussex, ella era su segunda madre y a quien le confiaba todo.
A pesar de que, tras contraer matrimonio en 1999, Tiggy Pettifer dejó de trabajar para la familia Windsor, nunca estuvo alejada de “sus niños”. La baby sitter estuvo presente en la licenciatura de la academia militar de Harry, fue la primera persona en conocer su relación con Meghan Markle y, además, es una de las madrinas de su hijo Archie. Sin embargo, desde que los duques de Sussex se mudaron a Montecito, California, su relación se ha roto.
Adiós a su pasado
Desde que los duques de Sussex se trasladaron a vivir a Estados Unidos, la vida del príncipe Harry ha cambiado mucho. Al parecer no solo se ha distanciado de su familia, sino también de todo su círculo. Uno de esos vínculos que ya no formarían parte de la vida actual del duque es su “querida” niñera, Tiggy.
Alexandra Legge Bourke fue una de las primeras personas cercanas a Harry que conoció la existencia de Meghan Markle en la vida del príncipe. Al principio, la relación entre la nodriza y la actriz fue buena, pero pronto la madre de Lilibet no vería con buenos ojos la importancia que tenía la baby sitter en la vida de su marido.
A los celos por la estrecha relación de Harry y Tiggy, se sumaban los comentarios de Alexandra sobre la relación de los duques de Sussex. Tras asistir a la boda de la pareja, la nodriza aseguró que el matrimonio entre Harry y Meghan no tendría una larga duración debido a las diferencias entre ambos y a la forma en la que fueron cuidados.
Sin embargo, cuando la pareja decidió desvincularse de los Windsor parece que fue en aquel entonces cuando se produjo el adiós definitivo. Tiggy no aprobó la decisión de que los duques dejaran de ser miembros activos de la Corona Real Británica. La niñera le hizo saber su descontento a Harry, quien le explicó que había sido una decisión de la actriz debido a la exposición mediática y a la mala prensa. Desde entonces, no se ha vuelto a ver públicamente a Tiggy con Harry y parece que lejos ha quedado aquella cariñosa relación que niñera y príncipe habían cultivado.
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