Las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (Famet) están inmersas en la modernización de la flota de Chinook CH-47, sus helicópteros de mayor tamaño, a la versión Foxtrot (F) de la aeronave, un proyecto para el que el Ministerio de Defensa ha destinado 800 millones de euros. En la práctica será como contar con aeronaves nuevas, dado el salto tecnológico y de capacidades que el Chinook F supondrá para el Ejército. La fuerza planea contar con un total de 12 de estos helicópteros para antes de que termine el año y continuará incorporando unidades, hasta un total de 18, hasta 2024.
En concreto, las Famet han acordado con la empresa estadounidense Boeing, fabricante del Chinook, la actualización de 13 de sus 17 antiguas unidades de la versión Delta y la compra de cinco helicópteros totalmente nuevos. De las cuatro aeronaves que no se han decidido modernizar, una ha sido entregada a la compañía para utilizar sus componentes y las tres restantes continuarán volando hasta que el Ejército apruebe su baja.
La flota de Chinook de España, país que fue el primer cliente internacional de este helicóptero famoso por su uso por parte de Estados Unidos en la Guerra de Vietnam, se remonta a 1973, año en el que llegaron las primeras unidades. Tras medio siglo en servicio, estos helicópteros tiene sobre sus espaldas más de 70.000 horas de vuelo. Con esta profunda puesta a punto, desde la fuerza terrestre pronostican una vida operativa para los Foxtrot, por lo menos, hasta 2050.
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Estos helicópteros, con dos juegos de hélices -una delantera y otra trasera- de tres palas cada una, forman parte del Batallón de Helicópteros de Transporte (Bheltra) V con base en Colmenar Viejo, al norte de Madrid, por lo que no es raro verlos sobrevolar la capital española de vez en cuando. A principios del pasado mes de julio, en uno de los últimos Consejos de Ministros previos a las elecciones generales, el Gobierno aprobó la ampliación de las instalaciones del batallón para la construcción de hangares que alberguen a las nuevas aeronaves, que tienen una longitud de 30 metros, proyecto que asciende a casi 13 millones de euros.
Características de la versión Foxtrot
Una de las principales particularidades de la nueva versión del Chinook es su capacidad de aterrizar sin la ayuda de un piloto. Sus nuevos sistemas le permiten efectuar aterrizajes con una precisión milimétrica gracias a las ayudas a la navegación y al piloto automático digital. De igual manera, la nueva tecnología y software que incorpora hace posible programar vuelos estacionarios -considerados de alto riesgo- en los que el helicóptero permanece suspendido en un punto fijo.
Su cabina está completamente digitalizada, con cinco grandes pantallas en las que se detalla la información den entorno y las condiciones del helicóptero. Otra de las principales innovaciones se refleja en la aviónica del aparato, que presenta 80% de cambios respecto a la versión anterior. La estructura del Foxtrot está fabricada en materiales compuestos más ligeros y resistentes, lo que se traducirá en una reducción de los costes de mantenimiento y redundará en una mayor vida operativa. Así, los helicópteros deberá someterse a mantenimiento cada 320 horas de vuelo, cuando en la versión Delta ese tiempo era de 200 horas.
Los Chinook F presenta también un nuevo freno de rotor, un sistema que mejora su capacidad de operar con los buques de la Armada, principalmente el portaaviones LHD Juan Carlos I, ya que controla la inercia de la aeronave. Asimismo, las unidades tendrán un sistema de autoprotección de última generación desarrollados por Indra, empresa que también dotará a los Chinook españoles con su sistema de planeamiento de misión Talium, por el que la cartera de Margarita Robles ha pagado 15 millones de euros.
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