Si el Real Madrid montase un circo, ahora mismo le crecerían los enanos. No tiene un delantero referencia -al menos por el momento- y Ancelotti ha perdido en poco más de una semana a dos de sus mejores jugadores, Courtois y Militao por el mismo motivo: rotura del ligamento cruzado. Para paliar la lesión del meta belga, el club blanco fichó a Kepa, sin embargo, el técnico italiano tenía claro que Lunin jugaría Almería. “Será titular. Luego ya veremos”, confirmó Ancelotti en rueda de prensa.
Lunin salió airoso de su visita a San Mamés en la primera jornada liguera. No fue muy exigido, pero solventó el trabajo que tuve y mantuvo su portería imbatida. Este sábado afrontaba en Almería su segundo examen y, por caprichos del destino, debía frenar a Sergio Arribas, una de las promesas de la cantera del Real Madrid y reciente fichaje del club andaluz, que pagó ocho millones de euros por el 50% de sus derechos. Es decir, que la otra mitad sigue perteneciendo al club blanco para un posible regreso o futuro traspaso.
Dos minutos para cumplir la ‘ley del ex’
El centrocampista, que ya dejó buenas sensaciones en la primera jornada liguera frente al Rayo Vallecano entrando como revulsivo y cambiando la cara de su equipo, se estrenó como titular ante los blancos y no tardó nada en mostrar sus credenciales en la élite del fútbol español con su primera diana.
Lo hizo culminando una jugada que inició su propio guardameta. Maximiano atrapó el centro al área y rápidamente abrió a un Ramazani descolgado en banda y libre de marca. El belga prolongó a Robertone y este centró ante la entrada de un Arribas que no quiso celebrar su cabezazo picado con el que batió a Lunin. El ucraniano pudo hacer más, al igual que Kroos, que estuvo lento en el repliegue.
La alegría no le duró mucho a los de Vicente Moreno. Tan sólo 16 minutos después, Bellingham, empeñado en tirar del Real Madrid en el inicio liguero, devolvió las tablas tras cazar un balón muerto dentro del área. El VAR dio validez al gol, ya que el pie de Akieme rompía la posición ilegal. Posteriormente, Arribas siguió con su gran partido. Estiraba a su equipo y caía a banda para buscar a un Luis Suárez que no deja de tirar desmarques y complicar a la zaga blanca.
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