Terelu Campos se ha sincerado en una extensa entrevista en la que habla de su experiencia en el amor, de su trayectoria profesional y, cómo no, del final de Sálvame. La hija de Teresa Campos ha relatado cómo vivió la cancelación del histórico programa, aprovechando para lanzar un reproche hacia Telecinco y dejar un recado a Ana Rosa Quintana, que a partir de septiembre saltará a las tardes para cubrir el hueco dejado por el formato de La Fábrica de la Tele.
“Nos sentó mal que nos quitaran el programa”, reconoce en esta conversación con Papel. Sin embargo, desmiente que lo que les molestara fuera la elección de Ana Rosa para sustituirles. “Una vez que lo hacen, ya me da igual que sea Ana Rosa o Pepita la de los palotes”, asevera.
Lo que sí reconoce que le ha sorprendido es que la estrella de las mañanas haya aceptado saltar a las tardes: “Ella ya tiene su territorio muy ganado en la mañana. También entiendo que cuando uno trabaja para una empresa se ve comprometido a ayudarla. Y yo creo que Ana Rosa ha tomado esa decisión porque se lo han pedido y le debe mucho a la casa”, explica.
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No obstante, Terelu expresa sus dudas sobre si la periodista será capaz de extrapolar a la franja de Sálvame su éxito en las mañanas: “No sé si el público de la mañana es el público de la tarde. Ahí lo dejo”, afirma.
“Lo podían haber hecho de otra manera”
Sobre la cancelación de Sálvame, la excolaboradora confiesa que “para todos fue un shock porque se podía haber hecho de otra manera”. En ese sentido, critica el hecho de que se enterasen de la noticia por la prensa mientras desde Telecinco les daban una información totalmente contraria: “Tú no puedes hacerles creer a tantos trabajadores que todo iba bien, cuando no te estaban diciendo la verdad. Con la verdad se va a todas partes, por muy dura que sea. Y lo podían haber hecho de una manera más elegante”, sentencia.
Ahora que han pasado dos meses del final, Terelu hace balance de las luces y sombras del formato: “Las luces han sido crear un formato completamente diferente, con personas muy distintas. Y las sombras que nunca fue un programa que hizo amigos. No se construyó para ello, aunque luego nos hubiera venido bien haber tenido uno o dos, por lo menos”.
“Sálvame fue todo menos un programa amable. Nunca pretendió serlo”, afirma Terelu Campos, que reconoce que en esa intención por ser “un programa gamberro” han podido hacer daño a alguien, pero defiende que Sálvame “ha dado mucha más felicidad que infelicidad”.
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