Mario Casas se ha convertido en un referente en el mundo del cine español. Su rostro empezó a ser conocido en 2010 después de dar vida a Hache en la película A tres metros sobre el cielo. Desde entonces, su trayectoria profesional ha ido en aumento. Ha pasado de ser el ídolo de muchos adolescentes a convertirse en un auténtico fenómeno de masas.
Bird Box, El fotógrafo de Mauthausen, Bajo la piel del lobo, El inocente, El practicante, Hogar..., son algunas de las producciones de las que Casas ha formado parte. De hecho, ha sido galardonado con el Goya a mejor actor protagonista por la película No matarás. En la actualidad, ha dado un paso más y se ha erigido como director de cine con su primer filme, Mi soledad tiene alas.
Lo cierto es que mucho se ha hablado de que la fama del actor está ligada a su atractivo físico. Esta cuestión también la ha planteado Victoria Martín, conocida como Living Postureo, en un pódcast para Podimo. “Cuando tú naces guapa o guapo, todo es maravilloso. La vida es increíble, ¿o no?”, ha preguntado al intérprete.
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Sin embargo, Martín no se esperaba para nada la realidad que escondía Mario Casas. “Uf. ¿Tú no tienes por ahí una foto de cuando yo nací, no? No me sacaban a la calle, esto también es real”, ha expresado el hermano de Óscar Casas antes de dar paso a su confesión. De acuerdo con lo que ha contado, cuando era bebé no era muy agraciado para sus padres, ni tampoco para su familia.
“Salí deformado. Mi madre siempre cuenta que estaba a punto de parir y estaban viendo una serie de la época y ponían los últimos capítulos”, ha comenzado relatando el protagonista de El practicante. Según Mario Casas, en ese preciso momento, su progenitora se puso de parto, lo que dio lugar a una serie de complicaciones en su nacimiento. “Fue al baño y empezaba yo a salir”, ha explicado en el pódcast. Los médicos tuvieron que emplear fórceps para ayudar a Casas a nacer.
El intérprete de Contratiempo ha asegurado que nació “muy deformado” y con la cabeza “apepinada”. De hecho, a modo de gracia, ha realizado una comparación con “Sloth, el monstruo de Los Goonies” con el fin de que pudieran hacerse una idea de su aspecto físico en aquel entonces.
Por si fuera poco, sus familiares también le rechazaron por su aspecto. “Qué feo tío... Os ha salido feo”, ha recordado Mario Casas que expresó un tío suyo cuando lo vio. “Estuvieron meses sin sacarme. Empezaron a sacarme como a los dos o tres años”, ha asegurado, entre risas.
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