Javier Fesser (Campeonex): “En España recibimos mucho a cambio de los impuestos que pagamos”

El director regresa con ‘Campeonex’, la continuación de la historia que triunfó en la taquilla y que “está hecha desde la felicidad de comprobar cómo las limitaciones se las ponemos nosotros a los demás”

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El director Javier Fesser (Gustavo Valiente, Europa Press)
El director Javier Fesser (Gustavo Valiente, Europa Press)

Más de 18 millones de euros de recaudación en taquilla, tres Premios Goya (entre ellos, el galardón a ‘Mejor película’ o el de ‘Mejor actor revelación’ a la interpretación de Jesús Vidal) y un boca a boca que la convirtió en el fenómeno feel-good de la temporada. Campeones (2018) es ya un fenómeno incontestable del cine patrio. Una cinta que, según su director, Javier Fesser (Madrid, 1964), “está hecha desde la felicidad de comprobar cómo las limitaciones se las ponemos nosotros a los demás”.

En una conversación con Infobae España, el cineasta presenta Campeonex, la esperada continuación de la historia en la que su equipo cambiará el baloncesto por el atletismo, aunque el humor se mantiene intacto con respecto a la primera (y celebrada) entrega.

Después del éxito de Campeones, ¿hubo vértigo a la hora de escribir la continuación de la historia?

Ninguno. Lo que había era agradecimiento. La película funcionó, el público se volcó con Campeones y la hizo suya. Hemos querido hacer la mejor película de la que somos capaces porque tenemos que presentarnos ante el público con lo mejor. Creo que el elemento que no se puede perder nunca es el espíritu de los campeones. Esa mirada hacia el mundo, y esa forma de entender la vida, tan original, tan desprovista de reflexión y tan llena de corazón y de emoción. Esa capacidad de reinventarse y de la alegrarse por cosas muy pequeñas.

¿Y cómo recibís la noticia de su aterrizaje en Hollywood con Woody Harrelson haciendo de Javier Gutiérrez?

No soy muy amigo de los remakes porque no entiendo muy bien el por qué de repetir una película. En este caso sí le veo sentido. Era una película que había que realizar con personas con discapacidad intelectual y eso hace que cualquier remake, el que se ha hecho en Estados Unidos, el que se ha hecho en Alemania, el que se ha hecho en el mundo árabe y el que probablemente se vaya a hacer en China tenga su personalidad y su entidad propia. Estas películas tienen la oportunidad de hacer lo que hicimos nosotros con Campeones: adaptarla a nuestros personajes, no que nuestros personajes se adaptaran a un guion o una historia. Por eso la película respira tanta verdad y naturalidad, que es lo que ha conectado con el público.

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En esta nueva entrega jugáis (sin spoiler) con las nuevas tecnologías y con todo el universo del gaming y los eSports.

Todo esto es más espontáneo de lo que parece. Cuando empiezas a documentarte sobre la realidad virtual, los videojuegos y las competiciones de eSports descubres que te has quedado corto en el concepto de imaginación porque se trata de un mundo infinito. Es evidente que todo este universo tecnológico ofrece unas oportunidades de inclusión alucinantes y permite a gente que, quizá no puede correr, participar en una competición de atletismo.

“El universo tecnológico ofrece unas oportunidades de inclusión alucinantes y permite a gente que, quizá no puede correr, participar en una competición de atletismo”
Tráiler oficial de 'CampeoneX'

En Campeonex hay muchas lecturas y moralejas, pero la principal es la de la deportividad. ¿Estamos creando monstruos competitivos en el deporte de élite y dejando de lado el espíritu deportivo?

Escribiendo esta película hay una imagen que hemos tenido en mente todo el rato, y es la de la Selección Francesa totalmente abatida y quitándose las medallas del cuello después de quedar segundos en el Mundial de Qatar. Es la imagen patente del fracaso protagonizada por unos tíos que son los segundos mejores del mundo, un hito al que poquísima gente va a llegar. Por desgracia, tu gran capacidad intelectual y tus grandes habilidades físicas te pueden llevar a esa tristeza en lugar de la inmensa alegría que sería decir “somos los segundos mejores del mundo, vamos a los que nos han ganado, qué partidazo hemos hecho”. En la película volvemos a plantear una competición final donde la deportividad no proviene de una reflexión de respeto al contrario, sino de algo instintivo, natural y espontáneo.

¿Está la competitividad mal planteada, entonces?

Lo considero. Ahora mismo solo hay dos resultados posibles: el éxito o el fracaso. Esto es mentira. No existe el éxito absoluto o el fracaso absoluto. Hay tantas cosas entre medias tan interesantes de vivir, caminos tan interesantes por recorrer, que al final la gran lección, lo que importa verdaderamente, es el camino. Es algo tan fácil de entender que parece mentira que nos cueste tanto comprenderla.

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¿Cómo lidias con la inclusión en una coyuntura en la que cada vez hay más miedo a meter la pata en la terminología o el trato?

De forma natural, no teniendo ninguna precaución que no tuviera con cualquier persona a la que conozco o a la que retrato en una película. Campeonex (y Campeones) están hechas desde una admiración profunda hacia sus protagonistas. Está hecha desde la felicidad que me provoca comprobar cómo las limitaciones se las ponemos nosotros a los demás en la mayoría de las ocasiones.

“‘Campeones’ está hecha desde la felicidad de comprobar cómo las limitaciones se las ponemos nosotros a los demás”
Imagen de 'Campeonex'
Imagen de 'Campeonex'

¿Se reducen las (ya reducidas) posibilidades laborales de las personas con discapacidad intelectual en el gremio audiovisual?

Creo que, ahora mismo, cuando haces una ficción donde aparece algún personaje con discapacidad intelectual, la primera opción es que lo interprete una persona con discapacidad intelectual, porque hay algo en la sinceridad, en la bondad y en el corazón de estas personas que no es precisamente fácil de interpretar. No creo que para hacer el papel de un sacerdote tengas que ser cura, pero a mí me interesaba muchísimo el hecho de que fueran personas con discapacidad intelectual y no actores interpretando. Ahí estaba el reto de toda esta aventura.

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¿Hay suficientes leyes, políticas y propuestas que les amparen?

Siempre se pueda hacer más y mejor, estoy seguro. Pero sí tengo la sensación de que vivimos en un país con unas coberturas excepcionales, lo tengo que reconocer y así lo vivo. Recibimos mucho a cambio de los impuestos que pagamos.

Uno de los grandes puntos de debate en la campaña electoral del 23-J fue la censura cultural que implementó Vox en algunos de los Ayuntamientos en los que consiguió gobernar tras las elecciones municipales. Se cancelaron obras y películas familiares como Lightyear por contener un beso entre dos mujeres.

Todo lo que hemos visto ha sido feo y triste. Durante la campaña se ha manejado un número de mentiras tan grande... cuando intento pensar qué persona con discapacidad intelectual de las que he conocido en los últimos diez años me ha dicho alguna vez algo que no es verdad no me sale el más mínimo ejemplo. Los resultados electorales son los mejores que han ocurrido en los últimos años. Muchas personas con discapacidad intelectual y grandísima capacidad emocional han recuperado su derecho al voto.

“No creo que para hacer de sacerdote tengas que ser cura, pero me interesaba que fuesen personas con discapacidad intelectual y no actores”

El fenómeno Barbenheimer ha generado una especie de locura colectiva por el cine. ¿Se está recuperando tras los años de pandemia?

Yo he vuelto al cine, pero me ha pasado como a mucha gente: te acostumbras a ver películas en casa con las comodidades, entre comillas, que esto tiene. Pero, de pronto, vuelves y te encuentras con un peliculón, en mi caso fue Los Fabelman de Spielberg, y digo “qué suerte tengo de estar viendo esto en un cine”. Cuando voy me entrego a una película y en casa nunca he conseguido que eso ocurra.

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